Opinión

Qatar y Egipto: Reconciliación

Sultan Al-Qassemi
Sultan Al-Qassemi
· 7 minutos

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Tras el golpe de Estado apoyado por el pueblo en Egipto en julio de 2013 se produjo una ruptura en las relaciónes entre El Cairo y Doha que no sólo ha afectado los lazos entre ambos Estados sino también otros asuntos de interés. Tras la masacre devastadora de Israel en la Franja de Gaza, el ministro de Exteriores de Qatar, Khaled Attiyah, propuso establecer un puerto comercial en Gaza con “supervisión internacional”. Sin embargo, es poco probable que Egipto permitiría la construcción de este puerto, vital para aliviar el sufrimiento de los palestinos de la Franja, dadas las suspicacias de El Cairo respecto a las intenciones de Qatar y las de Hamás, la organización afiliada a los Hermanos Musulmanes que gobierna Gaza. Es sólo un ejemplo de las repercusiones negativas que provoca esta ruptura de relaciones en otros países.

Qatar se metió en un buen fregado al principio del año, cuando sus vecinos del Golfo le acusaban de que respaldaba a los Hermanos Musulmanes. Tanto Arabia Saudí como Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos retiraron sus embajadores en marzo, y sólo los enviaron de vuelta la semana pasada, tras el Acuerdo de Riad. El rey saudí Abdulá ben Abdulaziz en persona pidió al Gobierno egipcio públicamente que respaldara el acuerdo y restableciera sus relaciones con Qatar. El Cairo acogió de buen grado la petición y declaró que esto era “una nueva era” en los lazos entre países árabes.

El rey saudí Abdulá en persona pidió al Gobierno egipcio que restableciera sus relaciones con Qatar

Para Qatar sería una politica poco natural no tener relaciones con el mayor Estado árabe, al margen de lo severos que puedan ser sus desacuerdos con el Gobierno actualmente en el poder. También los lazos entre Rusia y Occidente se han deteriorado notablemente, pero sus líderes se siguen encontrando en el G-20 y en otros foros para debatir asuntos de interés compartido.

Para avanzar en esto, el Gobierno egipcio debería liberar de inmediato a los tres periodistas de Al Jazeera detenidos y volver a enviar a su embajador a Qatar, país donde se cree que viven unos 200.000 egipcios. Por su parte, Qatar debería ponerle límites a su incendiaria cobertura de Egipto mediante el canal especializado de Al Jazeera, que emite bajo el nombre Mubasher Misr, y mediante varioas páginas web a favor de los Hermanos Musulmanes que fueron establecidas en Londres con respaldo qatarí. El país del Golfo también debería tomar parte activamente en la conferencia sobre la economía de Egipto que se prevé para febrero próximo, para así demostrar que su apoyo a Egipto no se limitaba únicamente al Gobierno de los Hermanos Musulmanes.

Irónicamente, el apoyo de Qatar a los Hermanos Musulmanes contribuyó a su pérdida de popularidad y su derrocamiento

Hace meses, el antiguo ministro de Exteriores egipcio Amr Moussa, estrecho aliado del presidente actual, dijo que existe un futuro político para los Hermanos Musulmanes. Declaró en una entrevista con Reuters: “Hay un camino abierto para ellos, si deciden tomarlo. Presenten candidatos, lleguen al Parlamento… La pelota está en su tejado”.

Irónicamente, el apoyo de Qatar a los Hermanos Musulmanes era uno de los factores que contribuían a la pérdida de popularidad de este movimiento y a su derrocamiento. Durante el año que estuvieron en el poder, de verano de 2012 a verano de 2013, el Gobierno de los Hermanos nombró como primer ministro a Hisham Qandil quien, pese a varios intentos, nunca alcanzó a conseguir un préstamo de miles de millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros donantes, que exigían la formación de una amplia coalición gubernamental.

Quizás para aliviar la presión sobre su aliado islamista, Qatar se presentó con ayudas de un total de 8.000 millones de dólares para el Ejecutivo de los Hermanos. Esto hizo posible retrasar indefinidamente la formación de un Gobierno de unidad nacional, un paso que habría permitido conseguir un préstamo de 4.800 millones de dólares del FMI y que, además, habría facilitado la obtención de otros 12.000 millones en préstamos bilaterales.

Pero sobre todo, la ausencia de ayuda qatarí habría forzado a los obstinados Hermanos a incluir a otras fuerzas en su Gabinete. Una medida así habría cumplido las condiciones para acceder a préstamos y habría reducido las tensiones políticas que al final llevaron al derrocamiento del Gobierno.

El apoyo de Qatar a los Hermanos Musulmanes también aumentó la percepción en la calle egipcia de que este movimiento es una organización respaldada por potencias extranjeras, refuerza la intransigencia de los líderes de la Hermandad y retrasa una reconciliación política esencial.

Esta reconciliación política a la que aludió Amr Moussa, puede ser necesaria para afrontar los retos que tiene Egipto hoy, desde la lucha contra el terrorismo hasta el alivio de la pobreza. Los Hermanos Musulmanes han fallado en sus políticas, lo que ha hecho que en pocos meses les hayan dado la espalda muchos más egipcios que en los 85 años transcurridos antes. Pero aún así, su red de obras caritativas sociales ofreció apoyo educativo y médico a miles de familias, lo que se tradujo en votos favorables.

En pocos meses, más egipcios han dado la espalda a los Hermanos Musulmanes que en los 85 años transcurridos antes

Si los Hermanos Musulmanes se acogen a la oferta de Amr Moussa, el movimiento podría continuar trabajando, en principio, como organización social, poniendo fin a sus actividades de adoctrinamiento y dejando de lado sus ambiciones políticas. A cambio, se podría lanzar una investigación que aclare quiénes perpetraron la masacre de Rabia al Adawía, donde murieron cientos de personas. La investigación debería aclarar tanto la actitud de los responsables en el Gobierno como la de los de la Hermandad, que sacrificó a sus miembros en aras de una ganancia política.

Wal Nawara escribió en el diario Al-Monitor, antes de la masacre de Rabia: “Los líderes de los Hermanos Musulmanes parecen estar dispuestos a sacrificar más sangre de sus seguidores para atraer la atención, ganar simpatías a nivel nacional e internacional y quizás reforzar su posición negociadora. El guía supremo de la Hermandad, Mohamed Badei, apareció de repente en el escenario de la sentada de Rabia al Adawía el 5 de julio de 2013, un día después de que se hubiese dado a conocer oficialemente su detención, y exhortó a los manifestantes a sacrificar sus almas para [el expresidente Mohamed] Morsi”.

Distanciarse de los Hermanos es esencial para Qatar para mejorar las relaciones con sus vecinos del Golfo

Los Hermanos Musulmanes no sólo le han fallado al pueblo de Egipto y a sus propios seguidores, sino también a sus aliados en Qatar. Los líderes de la Hermandad han rechazado reconocer sus errores, en parte gracias al balón de oxígeno en forma de apoyo financiero y mediático que reciben de Doha y Ankara. Distanciarse de los Hermanos y apoyar a Egipto es un punto de partida esencial para Qatar para mejorar las relaciones con sus vecinos del Golfo, especialmente en un momento en el que se prepara para presidir el Consejo de Cooperación del Golfo, en 2015.

Es hora que Qatar reevalúe su relación con los Hermanos Musulmanes egipcios y aprenda de los errores cometidos. Rehacer los lazos con el pueblo egipcio, antes que con el Gobierno, es un paso importante en esta dirección.

Publicado en Al-Monitor | 20 Nov 2014 | Traducción del inglés: Ilya U. Topper