Alfabetos


En el Mediterráneo se emplean hoy doce grafías distintas para poner por escrito los alrededor de cuarenta idiomas que se utilizan como lenguas literarias.

El alfabeto más usado es el latino, pero también el cirílico y el árabe se emplean para numerosos idiomas distintos.

Otros nueve abecedarios, desde el griego hasta el hebreo o el tifinagh, sólo se usan para escribir un único idioma o un conjunto de lenguas muy cercanas al que están íntimamente ligados. Dos, el copto y el mandeo, se emplean casi exclusivamente para fines litúrgicos, no en la comunicación cotidiana.

Los alfabetos utilizados hoy en el ámbito mediterráneo, exceptuando el geez etíope, son fonéticos, es decir que cada signo traduce un solo fonema. El número de signos varía entre los 22 del arameo y los 39 del armenio.

alfabetos: difusión

Se pueden diferenciar cinco conjuntos:

  • El grecolatino, al que pertenecen el latino, el griego, el cirílico y el copto.
  • El caucásico, que agrupa al armenio y el mjedruli (georgiano), ambos derivados del conjunto griego pero hoy muy alejados.
  • El semita, compuesto por el árabe, el hebreo, el siriaco y el mandeo. Aunque estas cuatro grafías se distinguen considerablemente a primera vista, comparten muchas características comunes, incluso el orden de las letras.
  • El tifinagh bereber. Este último aparece alejado de los otros tres, aunque comparte el mismo origen púnico-fenicio.
  • El geez de Etiopía. Se diferencia de todos los demás en que no es estrictamente fonético sino silábico.

Todos los alfabetos mediterráneos parecen haberse desarrollado a partir del fenicio, el primer sistema fonético conocido, salvo el geez. Se cree que este deriva de un precursor del fenicio, más cercano todavía a la fase tardía de los jeroglíficos egipcios.

Variantes

Los abecedarios utilizados para más de un idioma experimentan ciertas adaptaciones a la fonética de la lengua que deben representar. Si el latino conoce la ñ española, la ü turca o la ç portuguesa, las letras árabes reciben algunos puntos añadidos para expresar fonemas —como ch, p, g— habituales en farsi o magrebí. Las lenguas caucásicas que utilizan el cirílico a menudo recurren a signos latinos para completar el abecedario.

La mayoría de los alfabetos se presentan en dos versiones. El latino, griego, cirílico y armenio emplean mayúscula y minúscula, una diferencia que se reduce al mínimo en el caso del mjedruli y el copto. El hebreo utiliza una grafía ‘cuadrada’ en impresiones y otra, muy distinta, como cursiva en textos manuscritos. El árabe sólo conoce una versión cursiva, en la que las letras se enlazan, mientras que el tifinagh y el geez sólo tienen modo ‘de imprenta’, sin enlazar.

Historia

Durante los últimos tres milenios se han utilizado muchas decenas de grafías diferentes en la cuenca mediterránea. Entre los alfabetos extintos más conocidos se sitúan el jeroglífico de Egipto y el cuneiforme de Mesopotamia. Si bien en el Mediterráneo occidental se conocen pocos alfabetos antiguos – el celtíbero en la Península Ibérica, el etrusco en Italia -, el Egeo y Anatolia albergaron numerosas grafías hoy extintas. En la Península Arábiga se conservan inscripciones de media docena de alfabetos diferentes, aparentemente derivados del fenicio pero abandonados al imponerse la variante nabatea que finalmente desembocó en el árabe.