alevíes


Jóvenes alevíes preparan frutan en una ceremonia cem (Estambul) | © I. U. T. / M'Sur
Jóvenes alevíes preparan frutan en una ceremonia cem (Estambul) | © I. U. T. / M’Sur

Los alevíes profesan una fe monoteísta.  Muy a menudo se les presenta como una rama del islam chií, pero en realidad su fe no tiene mucho más en común con el islam que con el cristianismo o el judaismo.

Los teólogos musulmanes oficiales consideran  a los alevíes tradicionalmente musulmanes herejes, es decir una comunidad de origen musulmán pero fuera de toda escuela o rama admitida. Esto los coloca en una categoría netamente peor que los cristianos o judios a los que se les respeta como religiones con origen divino.

La definición de los propios alevíes es ambigua en este sentido:  algunos aseguran que se trata de hecho de una rama islámica; otros, que se trata del único islam verdadero. Otros lo consideran una religión distinta. Finalmente no falta quien asegura que no es siquiera una fe sino simplemente una visión del mundo o de la vida.

Ni siquiera hay unanimidad sobre el concepto de Dios en la fe aleví: aunque la convicción mayoritaria es que se cree en un único dios, se puede expresar en la idea mística de que el creyente es dios en sí mismo ( «Dios es el hombre y el hombre es Dios», según un dicho aleví), que Dios es el elemento bueno en todos los humanos, o incluso que Dios no existe.

¿Islam?

La asociación al islam chií se fundamenta en el detalle de que los alevíes invocan durante sus ritos la trilogía Dios-Mahoma-Alí. Pero a diferencia de los musulmanes, apenas dan importancia a Mahoma y convierten a Alí en la figura central de su veneración, hasta el punto de convertir su nombre en un sinónimo del concepto divino.

No sólo su concepto de dios diferencia a los alevíes del islam. También su observancia es enteramente distinta. Los alevíes no pronuncian el credo islámico, no consideran el Corán como su libro sagrado (o sólo dentro de un conjunto de otros textos espirituales),  no cumplen los rezos diarios, nunca acuden a una mezquita, no ayunan durante el mes de ramadán (aunque sí durante otros días específicos del año), no peregrinan a La Meca, no tienen vetado el alcohol, no aceptan la poligamia, no establecen una jerarquía entre hombre o mujer,  no siguen en ningún punto la jurisprudencia islámica (charia) y no buscan extender su fe.

Aunque no hay norma que prohíba la conversión, ésta no es habitual y normalmente se nace aleví. A pesar de ello, la actitud hacia los foráneos es muy abierta, al menos en las ciudades de Turquía occidental, y los matrimonios mixtos son frecuentes.

Normas

La enorme dificultad de definir exactamente las creencias alevíes no se debe tanto a que éstas se oculten sino a que gran parte del colectivo los desconoce y no existe una autoridad clerical para acotarlas. Entre los pocos preceptos se recuerda la frase turca ‘eline beline diline sahip ol’: controla tus manos, tus caderas, tu lengua’, como exhortación a no robar ni matar, no cometer adulterio y no mentir. Aparte de esta máxima, hay pocas prohibiciones concretas.

Existe una serie de días al año en los que se debe observar el ayuno, según se asegura superan con mucho los 28 días del ayuno islámico, pero se reparten por el año y la gran mayoría de los alevíes de hoy desconoce incluso de qué fechas se trata. Otra norma conocida es la prohibición de comer carne de conejo o liebre (al igual que ocurre en el judaísmo). Esta norma es tan difundido en Anatolia que muchos turcos creen que el propio islam prohíbe la carne de conejo.

Ritos

No existe una jerarquía religiosa en la fe aleví. Aunque existen líderes respetados, estos no ejercen tanto una función teológica como social o política. No obstante, existe la figura del guía espiritual, conocido normalmente como dede (abuelo, en turco). El dede debe ser siempre miembro de una familia concreta cuya genealogía se remonta a Alí. Asume su cargo por el hecho de su linaje, no por estudios ni por destacar moralmente; así puede haber dedes incluso despreciados por la comunidad pero, no obstante, obligados a dirigir las reuniones religiosas.

La reunión religiosa, llamada cem, se celebra en el cemevi, un edificio que a menudo sirve para múltiples fines sociales, desde comedor a lugar de enseñanza y administración. Entre los grupos alevíes modernos de Estambul se suele realizar todos los jueves. Hombres y mujeres se reúnen en una sala para repetir en coro los nombres de los tres conceptos sagrados: Dios, Mahoma, Alí, y postrarse rítmicamente. Tras un rato de invocación, doce jóvenes —seis varones y seis chicas— inician una danza en círculo y ofrecen una copa con agua. El rito termina con el reparto de pan y fruta a todos los asistentes, que deben llevarse a casa estos alimentos, bendecidos por el dede.

El dede, acompañado a veces por por algunos dignatarios laicos, dirige toda la ceremonia sentado sobre una piel de cordero. Se asegura que esta piel de cordero es el único elemento sagrado en toda la ceremonia, dado que nadie más se debe sentar sobre ella. Por lo demás no existe un claro concepto de objetos ni espacios sagrados. Tampoco hay temor a que el lugar pueda ser profanado, ni se ve mal la asistencia de personas extrañas al rito.

En algunos grupos alevíes del sur de Turquía, la reunión termina con los asistentes bebiendo una ritual copa de raki (aguardiente de anís). Se asegura que se usa raki por falta de vino, que sería el elemento original, un elemento que parece entroncar directamente con la comunión cristiana.

Otro rito fundamental de la fe aleví, aunque poco practicado hoy día, es el ‘musahiplik’ (compañerismo), una especie de hermandad de sangre entre dos hombres jóvenes o, preferentemente, entre dos parejas. En algunos grupos alevíes específicos, como los tahtaci (leñadores) en el oeste de Turquía, se mantiene aún como ritual necesario para participar en las ceremonias, vetados a extraños. Este grupo destaca, además, por no instaurar ninguna diferencia social entre mujeres y hombres, ni siquiera para asignarles distintas tareas o trabajos.

Historia

No se conoce el origen de la fe aleví, aunque se cree que se formó en el siglo XIII como fusión de la corriente chií del islam con elementos místicos y gnósticos y probablemente también cristianos. Una de las figuras históricas más venerados entre los alevíes es el filósofo y místico persa Bektash Wali (muerto en 1271 d.C.).  Otro es Pir Sultan Abdal, un poeta de la región de Sivas en Anatolia central, al que se le representa siempre levantando el saz – un instrumento musical similar a un laúd – por encima de su cabeza. Sus canciones, en lengua turca, son populares hasta hoy.

Según algunos alevíes, el origen de su comunidad se deriva directamente de las primeras comunidades chiíes, dirigidos por el califa Alí y su hijo Husein y derrotados en el siglo VII.

Difusión

aleviesLa distribución de la religión aleví con este nombre aparentemente se limita a Turquía, pero está presente en prácticamente todo el país. Únicamente la provincia de Tunceli (antes Dersim) en el este de Anatolia cuenta con una clara mayoría aleví. En el resto de Turquía, los alevíes forman una minoría más o menos importante, a menudo en pueblos propios (en el campo) o en barrios particulares (en ciudades como Estambul).  Existen tanto alevíes turcos como kurdos y – sobre todo – zaza.

No existen cifras sobre la presencia aleví, dado que el Estado turco cuenta a los alevíes oficialmente como musulmanes y les asigna esta religión en el carné de identidad. Las estimaciones más habituales señalan que un 20% de la población turca sería aleví, lo que arrojaría una cifra de unos 15 millones. Algunas asociaciones alevíes elevan este número hasta los 20 o incluso 25 millones.

En muchas asociaciones o reivindicaciones políticas se habla del conjunto «aleví-bektashi«, uniendo así a los alevíes propiamente dichos con los seguidores de la orden sufí que sigue las enseñanzas de Hayi Bektash Veli, un místico de probable origen persa que vivía en el siglo XIII en Anatolia. Los escritos atribuidos a Bektash forman también la principal fuente de espiritualidad de los alevíes y ambas corrientes comparten numerosos ritos, como la reunión en el cemevi y el símbolo del saz, el laúd que acompaña las recitaciones.

Sin embargo, existe una importante diferencia entre alevíes y bektashis: estos últimos forman una orden sufí, en la que uno puede ingresar a voluntad, si decide seguir esta vía espiritual, como ocurre con las demás órdenes de derviches en el mundo islámico. Para ser aleví, no obstante, es necesario nacer en una familia aleví, dado que es imposible o poco frecuente convertirse a esta fe.

La orden bektashi, además de estar presente en Turquía, está difundida también en los balcanes, especialmente en Albania, donde fue duramente perseguida durante la época comunista. También hay derviches bektashi en las regiones albanesas de Macedonia y en Kosovo, pero también en Bulgaria, donde se hallan dos santuarios de la orden.

Shabak

Los shabak son un colectivo que habita el norte de Iraq, sobre todo la zona de Mosul y el Kurdistán iraquí. Se consideran un grupo «étnico-religioso» diferente de kurdos (suníes o chiíes), cristianos, yezidíes y kakai,  de cultura y lengua kurda o bien mixta árabe-kurda. No está claro hasta qué punto la religión forma parte de su identidad, dado que se sabe poco o nada de su fe. En algunas webs oficiales de movimientos culturales shabak se asegura incluso que el colectivo es parte suní, parte chií; en otras no se hace referencia alguna al factor religioso.

Algunos estudios aseguran que los shabak realizan reuniones similares a los cem alevíes y que su fe se asemeja a la de los yarsan, sin ser la misma.  La escasa información disponible hace pensar que se trata de un colectivo iraquí -quizás procedente originalmente de Anatolia – de tradición aleví.

Alauíes

Los alauíes (o alawíes), también llamados nusairíes, casi siempre se consideran una rama de islam. Comparten con los alevíes su rechazo de las normas ortodoxas, pero no se les conocen ritos propios. Aún así, en Turquía es muy habitual considerarlos como parte de la confesión aleví. Los propios alauíes araboparlantes en Hatay no hacen una distinción clara entre su fe y la de los alevíes turco- o kurdoparlantes.

Política

La mayor parte de los turcos y kurdos alevíes apoyan la política del estado turco kemalista porque consideran el laicismo la mejor garantía para ser protegidos contra el extremismo musulmán. Se puede incluso considerar que la burguesía progresista de clase media, compuesta en gran parte por alevíes, es uno de los pilares del Estado turco moderno.  Entre los elementos que hacen asociar a las familias alevíes con el sector progresista y ‘de izquierda’ de la sociedad turca se cuenta la tolerancia religiosa y sobre todo, la posición de la mujer respecto al hombre, mucho más igualitaria que entre los turcos musulmanes.

Sin embargo, el Estado nunca ha reconocido a los alevíes como un colectivo con fe propia. Sus actividades religiosas fueron restringidas y sus templos, los cemevi, nunca han recibido consideración de lugares santos, a diferencia de las mezquitas, iglesias y sinagogas. La excusa oficial es que los alevíes son musulmanes, y no se puede reconocer un templo musulmán que no sea una mezquita. Se han incluso construido numerosas mezquitas en pueblos exclusivamente alevíes, donde nadie las usa.

La identificación de las comunidades alevíes con la izquierda del espectro político provocó en los años noventa persecuciones y masacres en los barrios alevíes de Estambul en el marco de la dura represión contra los movimientos estudiantiles de izquierda y las corrientes marxistas.

Con la llegada al poder del partido islamista AKP en 2002, el acoso disminuyó y las comunidades alevíes recuperaron la vida social asociada a su religión. Sin embargo, la apertura del gobierno hacia la comunidad aleví acabó siendo denunciada por los alevíes como un mero intento de fagocitar esta confesión y asimilar sus creencias a las islámicas.