Calendario juliano


Calendario Juliano
Almanaque de pared marroquí con la fecha juliana 1 de enero correspondiente al 14 de enero de 2019 gregoriano

El calendario juliano es el precursor del calendario gregoriano considerado hoy universal. Actualmente solo se emplea de forma cotidiana en Marruecos, así como en la liturgia de algunas Iglesias ortodoxas.

Era el calendario oficial del Imperio romano a partir del I siglo d.C. y se utilizaba de forma común en toda Europa hasta el siglo XVI, cuando fue paulatinamente reemplazado por el año gregoriano, creado en 1582 y extremamente similar en su concepto. Actualmente, la diferencia de fechas entre los dos calendarios es de 13 días, de manera que el 1 de enero juliano siempre cae en el 14 de enero gregoriano. Este desfase se mantendrá invariable hasta 2100, cuando aumentará en un día.

Hoy día, el calendario juliano no es oficial en ningún país, pero está en uso en gran parte de la población campesina de Marruecos, especialmente la de cultura y lengua amazigh (bereber). Es conocido en todo el país bajo el nombre de «año campesino» (fel·lahí), ya que prácticamente todos los almanaques de pared que se venden en Marruecos incluyen la fecha juliana, al mismo nivel que la gregoriana oficial y la del año lunar islámico.

Además, en las regiones orientales del Mediterráneo, varias Iglesias ortodoxas decidieron mantener este calendario para marcar las fechas litúrgicas como Navidad, Reyes, Semana Santa etcétera. Se trata de los Patriarcados de Jerusalén, Rusia, Serbia, Georgia y Macedonia, además de la comunidad griega en el Monte Athos, pero tanto en Grecia como en varios países balcánicos existen clérigos y comunidades menores que mantienen las fechas del calendario juliano, en oposición a la cúpula eclesiástica de su país.

Sistema astronómico

Yennayer Siglos

El año juliano se basa en un ciclo solar estandarizado de 365¼ (365,25) días. Al igual que el gregoriano, cuenta cada año 365 días repartidos en 12 meses de 30 o 31 días, con el segundo mes, febrero,  de solo 28 días. Cada cuatro años, febrero tiene 29 días. Este año bisiesto de 366 días, con su 29 de febrero, corrige la diferencia entre el año expresado en días enteros y el tiempo real que necesita la Tierra para completar su órbita.

Dado que el año solar real es 11 minutos más corto que el año juliano de 365¼ días, al cabo de aproximadamente 120 años, las fechas astronómicas de los solsticios y equinoccios han retrocedido un día respecto al calendario.

Este es el motivo por el que hoy el año juliano no coincide con el gregoriano, que procedió a una corrección de este desfase en el momento de inventarse, en 1582, saltándose 10 días. La fecha del equinoccio de primavera, que en este momento estaba en el 11 de marzo juliano, se volvió a ubicar así en el 21 de marzo. Desde entonces, la discrepancia ha aumentado en 3 días más, ya que el juliano intercala un 29 de febrero cada 4 años, sin excepción, mientras que el gregoriano omite ese día en los siglos no divisibles por 400, es decir en los años 1700, 1800 y 1900 (pero no en 2000). El desfase seguirá aumentando al ritmo de un día por siglo, al ser bisiestos los años 2100, 2200 y 2300 en el calendario juliano, pero no en el gregoriano.

Los nombres de los meses del calendario juliano son los latinos que también se siguen usando en el gregoriano, con sus variantes fonéticas locales.

Historia

La elaboración de calendario juliano se atribuye a Julio César o, mejor dicho, a un equipo de astrónomos que trabajaban por encargo de este dirigente del Imperio romano. Probablemente tomaron como modelo el más antiguo calendario egipcio. Se convirtió en el calendario oficial en el Imperio romano y seguía siéndolo en la mayor parte del Mediterráneo y Europa hasta 1582, cuando la Iglesia Católica propuso el Calendario gregoriano, más ajustado a la realidad astronómica por omitir tres días bisiestos cada 400 años, el único detalle que diferencia ambos sistemas.

La reforma se introdujo de forma casi inmediata en el sur de Europa, pero solo gradualmente en el centro y norte del continente. Así, el juliano se mantuvo en Gran Bretaña hasta 1752, en Bulgaria hasta 1916, en el Imperio otomano hasta 1917, y en el Imperio de Rusia hasta 1918.

Algunos almanaques de pared modernos de Turquía, basados en el sistema gregoriano, siguen indicando hasta hoy día como curiosidad la fecha juliana, identificada como «Rumi Yıl». El nombre significa «Año griego», ya que la palabra turca ‘rum’ describe a los cristianos de fe ortodoxa y habla griega, autóctonos de Anatolia, en asociación al imperio de Bizancio, también llamada Roma de Oriente. Combinan este calendario, además, con el cómputo de años de la hégira solar otomana, utilizada en Turquía entre 1840 y 1926 junto al calendario juliano.

Marruecos

En Marruecos, el calendario juliano se sigue utilizando hasta hoy en grandes partes del país, sobre todo en las regiones de habla tamazigh (bereber), como el Alto Atlas, pero no en el Rif. Se puede estimar el número de usuarios en varias millones de personas. En las regiones donde se emplea el calendario juliano, las fechas oficiales del gregoriano se conocen como «francesas», en distinción de las autóctonas.

En 2023, el Gobierno marroquí declaró este calendario parte del patrimonio nacional e instauró como festivo oficial el 1 de enero juliano (correspondiente al 14 de enero gregoriano). Sin embargo, las fechas julianas generalmente no se emplean en documentos institucionales ni en la prensa.

Los nombres de los meses reproducen los originales latinos, si bien con variaciones de pronunciación regionales.

Pronunciación

Yennayer
Febrair
Mars
Ibril
Mayu
Yuniu
Yuliuz
Ghusht
Shtamber
Oktober
Nuwamber
Duyamber

Ortografía marroquí

يناير
فبراير
مارس
أبريل
ماي
يونيو
يوليوز
غشت
شتنبر
أكتوبر
نونبر
دجنبر

Latín

Ianuarius
Februarius
Martius
Aprilis
Maius
Iunius
Iulius
Augustus
September
October
November
December

Tifticht en el Alto Atlas en Marruecos | © Inma Garro

Estos mismos nombres, ligeramente diferentes de las usadas en Egipto o los países árabes orientales —especialmente en el caso de agosto, que se llama Aghustus en oriente y Ghusht en Marruecos— se utilizan también para los meses del año gregoriano, por lo que en las regiones en las que se emplean ambos calendarios de forma paralela se suele aclarar si se hace referencia al calendario «francés» o al autóctono. En los almanaques de pared, los meses del año juliano se diferencian por colocarse tras el nombre la palabra árabe فلّاحي (fel·lahí ), es decir ‘campesino’.

«Yennayer»

El calendario juliano, tal y como se emplea hoy en Marruecos, estuvo en uso en toda África del Norte probablemente hasta el siglo XIX, pero fue abandonado durante la época colonial. En Argelia, la población amazigh de Cabilia mantiene aún como «Año Nuevo» una celebración tradicional en el 13 de enero gregoriano, festividad a la que llama «Yennayer» (Enero), pero sin utilizar el calendario como tal. La diferencia de 1 día respecto a la celebración en Marruecos se debe a que hasta 1900, el 1 de enero juliano caía en el 13 de enero gregoriano, y solo pasó al 14 a partir de 1901, por omitirse el día bisiesto en el gregoriano. Esto permite deducir que el calendario juliano cayó en olvido en Argelia en algún momento entre la ocupación colonial francesa en 1830 y 1900.

Anclada a la fecha del 13 de enero, la festividad de «Yennayer» se ha difundido también en la diáspora amazigh en Europa, e incluso entre muchos marroquíes oriundos del Rif, que reivindican su legado cultural amazigh, pero desconocen el calendario, dado que este ya no está en uso en la franja norteña de Marruecos.  Incluso existen algunas corrientes que felicitan el ‘Año Nuevo’ el 12 de enero, probablemente por confundir la víspera del festivo (equivalente a Nochevieja) con el inicio del año.

Pese a que el calendario juliano goza de plena vigencia en las cordilleras del Atlas, donde rige la vida de millones de personas, algunos movimientos culturales amazigh modernos, incluso los basados en Marruecos, han decidido ignorar su existencia, y si bien reivindican la fecha de «Yennayer» el 13 de enero, no hacen mención a las fechas del calendario juliano en sus publicaciones o comunicados.

Por otra parte, muchos de estos movimientos han adoptado una supuesta ‘era de Sheshonq‘ en la que el año 2000 de la era cristiana corresponde al «2950 amazigh». Se trata, sin embargo, de una fabricación de la segunda mitad del siglo XX, desconocida en las culturas amazigh tradicionales y sin base histórica.