Opinión

¿Qué es ser libre?

Aïcha Zaïmi Sakhri
Aïcha Zaïmi Sakhri
· 4 minutos

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La revista illi cumple tres años. Y ya es tradición: noviembre, el mes de nuestro aniversario, se dedica a la libertad. Acuérdense: en 2012 nos hemos puesto a escudriñar la definición de la libertad, su percepción y su práctica, mediante un estudio realizado sobre una muestra representativa de la población marroquí urbana.

Un tercio de esta muestra definía la libertad como independencia económica. Cierto: sin autonomía financiera, la libertad de actuar, de emprender y de afirmarse en la vida es más complicada o incluso imposible para las mujeres.

Pero la libertad ¿no es más que un asunto económico? Ser libre, en definitiva ¿qué es?

Una puede decidir sobre su cuerpo para colocarse un velo o mechas. Pero no para tener una relación sexual libre

Se puede definir la libertad como la ausencia de imposiciones en una actuación. En otras palabras, la libertad es tener la opción y tener conciencia de que se tiene la opción. Algo que, no obstante, no debe causar daños a otros. Por esto, una sociedad democrática establece un marco legal que garantiza el respeto a todos y un máximo de autonomía para cada uno y cada una. Una sociedad realmente democrática garantiza a todos la libertad de expresarse, de circular, de decidir sobre su cuerpo, de crear, la libertad de conciencia y de culto.

Nosotras, las mujeres ¿somos libres en este Marruecos de 2014? Hemos adquirido ciertas libertades desde hace algunos años, sobre todo la de estudiar y la de poder trabajar. También somos libres de utilizar nuestro dinero como nos parezca. Pero hay muchas imposiciones que nos impiden todavía aprovechar nuestras libertades. Entre ellas se cuentan las mentalidades retrógradas. Circular en el espacio público es un derecho vulnerado constantemente y cotidianamente mediante el acoso verbal y la inseguridad.

Una puede decidir sobre su cuerpo para colocarse un velo en la cabeza o para ponerse mechas. Pero no para tener una relación sexual libremente consentida entre personas adultas. Y mucho menos aún para controlar y planificar los partos y poner fin a un embarazo no deseado.

Una es libre de practicar su fe, excepto cuando nace de padres musulmanes: ya no puede cambiar de religión

Una es libre de practicar su religión, excepto por un hecho: cuando una nace de padres musulmanes, cambiar de religión o no practicarla se convierte en algo inconcebible. Es cierto que la libertad de conciencia, fundamental en una sociedad democrática, no se ha inscrito en la Constitución. Y la libertad de conciencia engloba la libertad de religión. De manera que respeta a los creyentes y respeta la libertad referida la religión, es decir a los que no practican y a los no creyentes.

illi quiere ser la revista de las marroquíes libres y modernas. La de las jóvenes de hoy día que desean vivir de forma plena en un marco legal y respetuoso con todas y que garantice todas sus libertades. Ellas son cada vez más numerosas y más decididas a querer vivir en un Estado de derecho que les permite asumir su fe como parte de su esfera privada, respetando siempre las libertades individuales de las demás.

La prueba: las mujeres ‘illi’ de la libertad que ustedes pueden descubrir en este número militan cada una a su manera para afirmarse, imponerse, crear, ayudar y sostener en toda libertad a sus conciudadanas. Como marroquíes libres y modernas, ellas encarnan un futuro más alegre que nuestro presente, que como mínimo se puede llamar mezquino en lo que a libertades individuales y públicas se refiere.

La elección democrática de las internautas ha recaído en Yasmine Naciri, a la que felicitamos. Desde luego, todas merecían nuestro apoyo. Un guiño particular para Hind Touissate, musulmana, libre, laica, moderna y orgullosa de serlo.