Reportaje

El sexo no tiene educación

Imane Rachidi
Imane Rachidi
· 11 minutos
Una joven levanta un Corán en El Cairo (2013) | © Imane Rachidi
Una joven levanta un Corán en El Cairo (2013) | © Imane Rachidi

El Cairo | Junio 2016

“Follar en Egipto es más complicado que planear el atraco de un banco”. Lo diche Youssef Alimam, un comediante egipico que ha dirigido el cortometraje “Libido”, una sátira sobre la concepción que tiene la sociedad egipcia sobre el sexo.

No hay ninguna ley en Egipto que prohíba mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, pero la sociedad se encarga de censurarse y de establecer normas invulnerables que todos se encargan de hacer cumplir. Un hombre y una mujer – basta con que uno de ellos sea egipcio – no pueden pasar la noche en un hotel si no están casados: para hacer la reserva, necesitan el acta matrimonial. Darse un beso en la calle cuenta como una enorme falta de pudor y una violación de la moral pública.

En 2010 se fulminó todo lo que estuviera relacionado con el sexo en el currículo escolar

Tampoco es fácil subir a casa de él o de ella, ni siquiera cuando viven solos. El bawab, el portero que oficia en casi todos los edificios de El Cairo, se encarga de prohibir la entrada a visitantes “ilícitos” o incluso llama a la policía en caso de que la pareja no le haga caso.

Mazen, un joven universitario, vive con su familia en el barrio de Mohandisin, en El Cairo. Llega con su chica a la puerta del edificio, donde empieza la aventura de intentar llegar hasta su habitación, en el noveno piso. Lo primero que se encuentra es el bawab, que les llama «sinvergüenzas», e intenta impedirles la entrada al ascensor. Allí coinciden con un vecino islamista que les lee la cartilla, asegurando que Dios los castigará por «pecadores». Nada más llegar a su piso, sale el vecino de la casa de al lado y los ataca, llegando a levantarles la mano. Una vez en casa, los jóvenes deben esquivar a los padres hasta llegar a la habitación.

Este es el guion del cortometraje de Alimam. Pero el filme termina donde en realidad empiezan los problemas: Mazen y su compañera probablemente no sepan casi nada de sexo. Nadie les ha explicado nada. Desde el año 2010, las autoridades educativas fulminaron todo lo que estuviera remotamente relacionado con el sexo en el currículo escolar.

En los libros de instituto para alumnos de 12 y 13 años, el temario de glándulas se salta la descripción de testículos y ovarios. Los alumnos de 13 y 14 años no encontrarán dibujos de los órganos genitales masculinos y femeninos en sus libros de Ciencias. Y los estudiantes de biología de entre 15 y 18 años no estudian el contenido sobre educación sexual, salud reproductiva o enfermedades de transmisión sexual.

“Un simple beso todavía no es aceptado por mi sociedad como algo normal»

“La vergüenza y el conservadurismo hacen que las familias no le hablen a sus hijos de sexo y la consecuencia de ello es que los jóvenes recurren a internet o hablan entre amigos sobre esta cuestión, y en la mayoría de las veces el resultado es un conjunto de conocimientos confusos e imprecisos”, asegura Mansoura Ezz Eldin, escritora y feminista egipcia.

Así no sorprende que según ciertas estadísticas, Egipto sea uno de los países donde más contenido porno se comparte. En la red y entre los amigos se resuelven las dudas sobre educación sexual. Y así es como se comparten los errores que conducen a embarazos no deseados o contagios… o a las altas expectativas que llevan a la frustración y a la violencia.

“Acostarse con una mujer árabe es como hacerlo con una carga de remordimientos y normas morales, sociales y religiosas. Muchas incluso acaban llorando después de tener sexo”, dice Karim, un joven universitario egipcio, de familia musulmana. Por su parte, Mariam, cristiana egipcia de 20 años, se muestra tajante con respecto a los prejuicios que mantienen las sociedades árabes hacia las mujeres. “Un simple beso todavía no es aceptado por mi sociedad como algo normal. El sexo va contra las normas sociales y religiosas que nos inculcan desde nacimiento”, lamenta.

“A mí se me ha perforado la mente con que el sexo antes del matrimonio es malo y que mi virginidad es lo más importante”, advierte Mariam. “La mayoría de las mujeres árabes con las que he tenido relaciones solo mantienen sexo anal para no romper su himen, e incluso así, después tienen muchos remordimientos”, agrega Karim.

“Aunque es cuestión de vergüenza y timidez, de tabú, también tiene mucho de ignorancia. Todos sabemos cómo se tienen hijos, pero nadie habla del sexo porque les da vergüenza. Hablar de disfrutarlo es ya algo inimaginable”, añade.

Proteger el honor de la familia por encima de todo, ser chica de bien, y actuar de acuerdo a lo preestablecido es lo que hasta ahora prevalece. No obstante, Karim y Mariam confirman que las nuevas generaciones árabes, con ayuda de internet, están reaccionando a la teoría y poniendo en práctica nuevos modelos.

La plataforma Ma3looma nació para paliar la falta de educación sexual entre los jóvenes egipcios

Una herramienta en esta corriente es la plataforma Ma3looma (‘Un dato’), que nació precisamente con el objetivo de paliar la falta de educación sexual entre los jóvenes egipcios. También es útil para padres y maestros que sienten vergüenza o no están preparados para hablar de estos temas. Utiliza las redes sociales y mantiene una página web con un servicio de preguntas y respuestas, así como un teléfono móvil de contacto para resolver las dudas y dar asesoramiento. Triunfa en Egipto debido a su respeto al anonimato.

¿Cuáles son las causas de la eyaculación precoz y como puedo evitarla? ¿Qué es la próstata? ¿La ablación femenina afecta las relaciones? ¿Qué hago si no sangro en la noche de bodas? ¿Me puedo quedar embarazada con un beso? ¿La longitud del pene afecta la relación sexual con la mujer? ¿Es normal que las chicas tengan sueños sexuales? Ma3looma responde.

A veces la pregunta parece ingenua, pero la respuesta siempre es seria, profesional, buscando el dato: ¿Puedo quedarme embarazada si lavo mi ropa interior con la ropa interior de mi marido? “Por supuesto que no, es imposible quedarse embarazada por lavar la ropa interior junta porque los espermatozoides pierden su vitalidad y su capacidad de movimiento fuera del cuerpo y durante el lavado”. ¿Usar pantalones vaqueros ajustados puede causar la infertilidad? “Lo que puede provocar son infecciones vaginales si se llevan los pantalones vaqueros muy ajustados durante mucho tiempo y si se descuida la higiene personal. No obstante, estas infecciones por hongos son en la parte superior de la vagina, lejos del sistema reproductivo, por lo que no hay temor de sufrir infertilidad”.

“No podemos hablar de educación sexual en los medios porque son cuestiones para la pareja»

Además, la web de Ma3looma ofrece un listado de experto y contactos de sexólogas, ginecólogas, y clínicas con un mapa de las diferentes localizaciones para aquellos que se atrevan a acudir para hacerse una revisión o resolver sus dudas. No es una profesión especialmente respetada: en un canal privado egipcio, el muy popular presentador Tamer Amin entrevistó a una sexóloga, pero antes de hacerlo, pidió perdón al público por “la falta de respeto que podría suponer a algunos tratar este tipo de temas”.

Para contrariarlo, Mariam Sayed, una tertuliana, salió en defensa de la especialista diciendo que “esta mujer está para ayudar, recibe una remuneración por su trabajo y sus tratamientos solo conciernen a personas casadas, son para matrimonios”. Haciendo hincapié en que los que no hayan firmado el acto y quieren recibir educación sexual son “unos sinvergüenzas”.

Amin insistió: “No podemos estar hablando de educación sexual en los medios de comunicación porque esas son cuestiones para tratarlas en pareja y en la habitación”.

Si se pregunta a los ciudadanos de a pie qué piensan de la educación sexual, los hombres reaccionan entre sorpresa y risa. Las mujeres, en cambio, niegan rotundamente tener conocimiento alguno relacionado con el sexo, excepto que es algo que sirve para tener hijos.

«Muchos no diferencian entre educación sexual y biología: creen que conocer las partes del cuerpo de un hombre o una mujer ya es suficiente, pero la educación sexual es mucho más que eso, es enseñarte cómo evitar enfermedades, embarazos, y más cuestiones», recuerda Alimam.

«El debate suele ser si es posible o no implantar la educación sexual en los colegios, pero es que no nos debe preocupar si la gente se moleste o no: es imprescindible y útil educar. Es lo que nos explicará las problemáticas de la que tanto nos quejamos en las calles: el acoso, las violaciones, etc.», advierte el cineasta.

«Cuánto más ignoremos la cuestión de la educación sexual, más acoso habrá»

En su opinión, la violencia verbal contra las mujeres que se produce día a día en las calles de Egipto es consecuencia de esta represión sexual.  «Cuánto más ignoremos esta cuestión, más acoso habrá. Si educamos y hay más libertad para tener relaciones sexuales, será distinto porque entonces, si una persona acosa a otra es que está enferma. Hoy no todos están enfermos, su problema es otro. La gente tiene unas necesidades y en Egipto hay demasiadas barreras», reflexiona Alimam.

Sin embargo, la rigidez con la que se encaran los encuentros, así sean casuales, entre hombres y mujeres es tal que incluso al propio director de ‘Líbido’ le cuesta darle la mano a una reportera femenina y parece buscar la máxima distancia durante la entrevista.

“Es difícil encontrar a un chico criado en una sociedad árabe que no te juzgue por acostarte con él. A sus ojos, ya eres una ‘puta’, o lo que es lo mismo, dejas de ser una mujer ‘decente’ con la que pueda formar una familia”, denuncia Mariam. Las lágrimas por los remordimientos de conciencia después del sexo de las que habla Karim son una “reacción inconsciente” a la presión social, explica la joven.

“Tener novia o novio” en Egipto es una cuestión bastante difícil, corrobora Alimam. La norma dicta que las mujeres deben llegar vírgenes al matrimonio. Quien vulnera el tabú, lo oculta a toda costa a la familia. “Si yo le digo a mi madre que he tenido relaciones prematrimoniales, le provocaría un gran problema porque su primer pensamiento será: ¡Y cómo se casará ahora! Supongo que algún día me lo perdonaría pero antes me llevará a la iglesia para que me confiese. Mi padre jamás podría enterarse”, resume Mariam, indignada porque nunca ha podido confiar en su madre sus cuestiones de pareja.

“La mayoría de mis amigas son vírgenes, aunque tengan relaciones, pero mis amigos no lo son»

“La mayoría de mis amigas son vírgenes, aunque han mantenido relaciones físicas con sus parejas (sin romper el himen). Pero mis amigos no lo son, y ya no nos juzgan porque creo que han entendido que eso no define a la persona”, recalca. Aunque nada le asegura que si algún día se quieren casar, no optarán también por una joven “pura”.

En la tradición clásica, la única manera lícita de tener sexo es después de firmar un acta de matrimonio, seguido de la habitual boda con una celebración por todo lo alto, extremamente costosa y fuera del alcance de muchos jóvenes.

Por ello se ha popularizado otra opción: el matrimonio “orfi” (‘de costumbre’) que no necesita celebración ni notario. Sí un acta: ante dos testigos, normalmente amigos, se “formaliza” la relación en un documento no oficial, pero que moralmente autoriza a mantener relaciones sexuales. Sólo moralmente, porque ante las instituciones estatales, este acta no tiene ningún valor.

El temor a violar las normas sociales provoca un silencio en todo lo relacionado con el sexo, tanto que, a veces, el tema no se toca ni siquiera en las conversaciones de la propia pareja.

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