Crítica

Sangre en El Pireo

Alejandro Luque
Alejandro Luque
· 4 minutos

Petros Markaris
Offshoremarkaris-offshore

Género: Novela
Editorial: Tusquets
Páginas: 288
ISBN: 978-84-9066-385-1
Precio: 19  €
Año: 2016 (2017 en España)
Idioma original: griego
Título original: Offshore
Traducción:  Ersi Marina Samará Spiliotopulu

Resulta sorprendente que, constituyendo el transporte marítimo un 90 % del comercio mundial de mercancías, sean tan escasas las ficciones dedicadas a este ámbito. El mar tiene su lenguaje, sus códigos, sus claves, y es probable que todo ello desanime a muchos escritores: pisar tierra firme siempre parece más seguro, también en Literatura.

No es la primera vez, sin embargo, que el superventas Petros Márkaris pone a navegar a su comisario Kostas Jaritos. Ya en El accionista mayoritario se atrevió a desarrollar una historia en un ferry de los que cubren la línea Atenas-Creta, con la piratería marítima como gancho. Ahora, en Offshore, Jaritos vuelve a embarcarse en una aventura pasada por agua, aunque sin perder de vista la costa.

La cosa se complica cuando dos buques griegos se hunden casi a la par en aguas ucranianas y tailandesas

Tras la llamada Tetralogía de la Crisis, Márkaris nos sitúa en una Grecia que empieza a ver la luz al final del túnel. Tras años de recortes y ajustes brutales, el pueblo empieza a respirar y el dinero, ayer objeto de corralitos inclementes, vuelve a fluir como por ensalmo. En este contexto aparece asesinado de un tiro en la cabeza Kostas Lalópulos, director puertos deportivos de la Secretaría de Estado de Turismo. La hipótesis inicial es el robo, pero el disparo a bocajarro inspira a Jaritos la posibilidad de una ejecución en toda regla.

Poco después es el cuerpo de Stéfanos Jardakos, uno de los más prominentes armadores del país, el que aparece asesinado de varias cuchilladas. La cosa se complica aún más con la noticia de que dos buques griegos se han hundido casi a la par en aguas ucranianas y tailandesas. A partir de ese momento, Jaritos, ese comisario entrado en años, hombre de familia algo cansado de tanto bregar y aficionado a ayudarse en sus pesquisas del diccionario Dimitrakos, deberá sortear no pocas pistas falsas y algunas trabas profesionales para resolver el caso y perseguir a los verdaderos culpables.

Como maestro de la novela negrocriminal que es, para Márkaris la investigación de Jaritos no es más que un pretexto para tomar el pulso de la Grecia actual, del país post-cataclísmico que se deja arrastrar por el entusiasmo a la vista de los primeros brotes verdes, pero que se resiste a corregir sus más atávicos defectos. Una población que celebra como el maná cualquier inyección de capitales, sin reparar en la turbia procedencia de esos fondos.

El novelista demuestra que la vida portuaria y el mar pueden dar todavía mucho juego literario

Encontramos así a empresarios sin escrúpulos, a funcionarios que rinden culto a la mediocridad, a inmigrantes dispuestos a cualquier cosa con tal de llevar el pan a su mesa, a ancianas que se afilian a Amanecer Dorado porque, creen, “son los únicos que nos pueden devolver la dignidad”.

En la saga de Jaritos, Márkaris nunca ha ejercido de poeta ni de filósofo: sus novelas discurren sin apenas adornos, sus personajes están en permanente movimiento, su ley es que ocurran cosas continuamente. Su investigador, hombre del siglo XX, busca en las nuevas tecnologías sin abandonar su viejo diccionario. Márkaris sabe que el lector de hoy es escurridizo, y también perezoso: él allana el camino para que ninguno se le descarríe. Pero una vez logra metérselo en el bolsillo, no duda en aprovechar su ventaja para explicar aspectos de la realidad mucho mejor de lo que suelen hacerlo los periódicos.

De paso, el novelista demuestra que la vida portuaria y el mar pueden dar todavía mucho juego literario, y la realidad, con sus juegos de dinero y poder, no se cansará de respaldarlo. Sin ir más lejos, el año pasado, coincidiendo con la salida a la luz de la edición griega de Offshore, una naviera china compraba el escenario principal de la novela, el legendario puerto de El Pireo…

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