Opinión

Feliz ramadán

Sanaa El Aji El Hanafi
Sanaa El Aji El Hanafi
· 3 minutos

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En primer lugar, feliz ramadán a todos. Dios nos regaló este mes para abundar en la salud, la honradez y la paz. Pero ¿qué os parece si viviéramos el ramadán de la manera en la que deberíamos vivirlo? ¿Qué os parece si pudiéramos aprovechar este mes para centrarnos en nuestra devoción, en lugar de centrarnos en la devoción de nuestro vecino y nuestro compañero de trabajo… y en lugar de centrarnos en nuestra barriga?

¿Qué os parece si convertimos el ayuno en un periodo de contemplación, de veneración y de acercamiento a Dios, en lugar de tornarlo en una justificación para la violencia, los ataques de nervios, la rabia, los accidentes y los robos?

No ayunar no perjudica a nadie… excepto si nuestra fe es muy endeble

¿Qué os parece si nos convinciéramos de que si alguna persona no ayuna, esto no es motivo para que Dios nos castigue a nosotros, y que toda persona es responsable ante Dios de si reza o si deja de rezar, si ayuna o deja de ayunar?

¿Qué os parece si nos convenciéramos de que Dios no nos ha nombrado guardianes de sus fieles y que no nos exige en absoluto, jamás, en ningún caso, que castiguemos a quienes comen durante el ayuno del ramadán?

¿Qué os parece si lo pensáramos con calma y nos convenciéramos de que es únicamente nuestra práctica religiosa la que nos hace acreedores del paraíso o el fuego eterno, sin que la práctica de los demás tenga nada que ver? Si ya lo dice el Corán: «Nadie cargará con la carga de otro». Es decir, cada individuo es responsable de sus actos, y no de los actos de los demás.

¿Qué os parece si recordáramos que ni en el Corán ni en la tradición profética hay nada que se pueda interpretar como una orden de castigar con golpes o cárcel a quien rompa el ayuno en ramadán? El Corán habla de la expiación que el musulmán se impone en su relación con el Señor. Y quien no quiere cumplir con esa expiación, solo es responsable de ello ante su Creador.

¿Por qué, entonces, decidimos ocupar el lugar de Dios y castigar a quienes no ayunan? ¿No le pertenece todo acto de un ser humano? ¿Salvo el ayuno, por el que ofrece recompensa, siendo Dios? Entonces ¿por qué queremos usurpar el lugar de Dios?

Luego, ¿qué si decidiéramos dirigir nuestras críticas contra las personas que se vuelven violentas en nombre del ayuno? Porque la violencia perjudica a los demás. No ayunar no perjudica a nadie… excepto si nuestros sentimientos son frágiles hasta el punto de sentirse heridos al ver a una persona que come durante el ayuno. Y eso significaría que nuestra fe es muy endeble. Y nuestro ayuno, más débil todavía.

¿Qué os parece si ayunáramos solo para Dios… en lugar de ayunar para los demás?

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© Sanaa El Aji | Primero publicado en MC-Douliya· 29 Mayo 2017 | Traducción del árabe: Ilya U. Topper

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