Opinión

¿A quién castiga Dios?

Sanaa El Aji El Hanafi
Sanaa El Aji El Hanafi
· 4 minutos

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[A raíz de ciertas web en las que simpatizantes del fundamentalismo islámico se felicitaban porque Dios castigara a Estados Unidos mediante el huracán Irma]

¿Cómo puede ser que invoques la fe… y celebras que otra persona haya sufrido una desgracia, solo porque es distinta a ti o porque no te gusta el gobierno de su país?

En primer lugar, y antes de nada, lo que es una verdadera desgracia humana es sentir alegría porque lo pasen mal las víctimas del huracán Irma. Y es una desgracia doblemente fea que te felicites tú, cuando dos días de lluvia te pueden destruir las infraestructuras de tu propio país.

Si existen regiones que se merecen que alguien se ría de sus desgracias son las nuestras

Es una desgracia que nuestra alegría por el sufrimiento de los demás refleje nuestra ignorancia geográfica, política y jurídica. Las víctimas del huracán son personas como tú y yo y no tienen necesariamente ninguna relación con las políticas de su país. Además, el huracán no elige entre musulmanes, cristianos o chiíes antes de arrasar con sus víctimas.
Pero lo más peligroso de todo eso es que… no nos damos cuenta de que si existen regiones que se merecen que alguien se ría de sus desgracias son precisamente nuestras propias regiones.

¿Hemos seguido cómo las autoridades de Florida eran capaces de evacuar a los habitantes en un periodo de tiempo tan breve, con trenes y por autovías y por avión? ¿Hemos visto cómo se llevó a cabo el traslado de millones de personas en pocas horas? ¿Tienen nuestros países la capacidad de conseguir la misma hazaña con la misma organizacion, si la furia de la naturaleza se desatara sobre nosotros de igual manera?

Un país como Japón está expuesto a los terremotos más potentes y más violentos… pero con muy pocos daños y pérdidas. Porque el Estado fundamenta su desarrollo en la tecnología y la ciencia, lo que le permite no ser aniquilado por las catástrofes naturales, sino tomar medidas y actuar de forma racional de manera que se reduzcan al mínimo las pérdidas y se protege al ciudadano.

¿Y nosotros?

¿Recordamos las riadas en La Meca en 2016, el volumen de destrozos que causaron, el número de coches que arrastraron las lluvias? ¿Era la furia de Dios contra La Meca y sus habitantes o una falta de capacidad para prevenir los desastres naturales? ¿Recordamos las inundaciones que se suceden en Marruecos en los últimos años y el número de muertos que han causado?

¿No está nuestro país podrido de sobornos, corrupción, falta de derechos cívicos y violencia?

Todo eso, por supuesto, sin ponernos a hablar de nuestros propios desastres y atrocidades con los que la naturaleza no tiene nada que ver. ¿No está nuestro país podrido de sobornos, corrupción, falta de derechos cívicos y violencia?

Así que ¡por el amor de Dios! ¿con quién está enfurecido Dios? ¿Con los países que quizás estén expuestos en un grado mayor a las catástrofes naturales y que se afanan en tomar medidas para proteger, en primer lugar, a las personas? ¿O con los países a los que destruye el más mínimo ataque de furia de la naturaleza… y a los que destruyen, todavía mucho más, las personas que los habitan?

Tal vez la razón por la que Dios esté más enfurecido con nosotros sea la ignorancia que anida entre nosotros… y sobre todo el odio que vive entre nosotros y que nosotros llamamos fe.
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© Sanaa El Aji | Primero publicado en MC-Douliya· 18 Sep 2017 | Traducción del árabe: Ilya U. Topper

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