Unión Europea


union-europeaLa Unión Europea (UE) es el bloque con mayor peso político y económico en el área mediterránea y el único que está evolucionando hacia una integración política de sus miembros con una administración común.

Fundada en 1952 como una unión aduanera entre Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, la UE tiene hoy 27 miembros e incluye la mayor parte de Europa. Tiene dos sedes: Bruselas en Bélgica y Estrasburgo en Francia.

Tras la primera ampliación, en 1973, hacia el norte, el bloque, entonces llamado Comunidad Económica Europea (CEE), se extendió hacia el sur: en 1981 se adhirió Grecia y cinco años más tarde lo hicieron España y Portugal.

En 1993, la CEE cambió su nombre por el de Unión Europea y empezó a incorporar aspectos políticos y legislativos comunes. En 2004 tuvo lugar la ampliación más llamativa, que integró de golpe a siete países del antiguo bloque comunista de Europa del Este, además de las islas de Malta y Chipre. Tres años más tarde, Rumanía y Bulgaria cerraron el círculo hacia el Mar Negro.

De los seis estados herederos de la antigua Yugoslavia, sólo Eslovenia se pudo adherir a la Unión Europea junto con el resto de los países ex comunistas. Croacia lo hizo 9 años más tarde, en 2013.

Candidatos

Macedonia recibió el estatus de candidato en 2005, pero desde entonces ha avanzado en el proceso. Montenegro se convirtió en candidato en 2010.  Serbia, que mantiene un contencioso con la Unión Europea porque casi todos los miembros de la UE —España es una excepción— reconocen la independencia de Kosovo, no pidió la adhesión hasta 2009 y sólo desde 2012 es país candidato.

El cuarto candidato y el más polémico es Turquía, que desde 1987 ha solicitado su adhesión al bloque europeo. Destaca por su poder demográfico, militar y económico, pero su historial de respeto a los derechos humanos y la independencia de la justicia se sitúan lejos de los niveles europeos.

Otros tres Estados de los Balcanes figuran como «candidatos potenciales»: Albania, que solicitó integrarse en la UE en 2009, recibió una respuesta positiva en 2012, al recomendar la Comisión Europea que se le otorgase estatus de país candidato.  Bosnia, un Estado aún tutelado por un Alto Comisionado internacional, ha abierto un diálogo de alto nivel, y Kosovo está estudiando aún la posibilidad de un primer acuerdo de asociación, como paso previo

Aunque cabe pensar que en un futuro más lejano, también Ucrania o Moldavia e incluso los tres estados del Cáucaso —Georgia, Armenia y Azerbaiyán— podrían solicitar su adhesión, la UE aún no cuenta con ellos.  Como miembros del Consejo de Europa, sin embargo, se reconoce que se ubican en este continente, una condición necesaria, según los estatutos de la UE: Marruecos solicitó su adhesión ya en 1987 pero fue rechazado con el razonamiento de que no es un país europeo.

Desde 1995, el Proceso de Barcelona, también conocido como Asociación Euromediterránea, establece un marco para la cooperación bilateral de la UE con los países de la ribera sur. En 2008, esta iniciativa desembocó en la creación de la Unión para el Mediterráneo.

Estructura

La Unión Europea tiene dos sedes: Bruselas y Estrasburgo, aunque habitualmente se habla de Bruselas para referirse al complejo administrativo de este organismo, mientras que en Estrasburgo tienen lugar las sesiones del Parlamento Europeo. Los europarlamentarios tiene oficinas en ambas ciudades.

La estructura administrativa de la UE es extremamente compleja. El Parlamento Europeo se compone de 785 miembros, elegidos cada 5 años en votaciones directas en todos los estados miembros; cada estado envía un número de diputados acorde a su población, aunque calculado según fórmulas disputadas y acordadas políticamente. Su trabajo consiste en debatir, enmendar y aprobar las propuestas legislativas de la Comisión Europea —no pueden rechazarlas— y dar el visto bueno a la composición de este cuerpo.

La Comisión Europea realiza la mayor parte del trabajo legislativo y administrativo. Está compuesto por 27 comisarios, uno de cada país miembro. Uno de ellos es elegido por el Parlamento como presidente de la Comisión Europea, tras ser propuesto por el Consejo de la Unión Europea. Desde 2004, este cargo lo ocupa el ex primer ministro portugués José Manuel Durão Barroso.

Al menos en teoría, los comisarios no representan los intereses de sus respectivos países sino que trabajan de forma supranacional y son responsables sólo ante el Parlamento Europea. La Comisión emplea a unas 23.000 personas y emplea 24 lenguas oficiales.

El Consejo de la Unión Europea se compone de 27 ministros, uno de cada estado miembro; su composición cambia según la temática debatida: puede reunir todos los ministros de Economía, los de Agricultura, los de Interior… Todos forman parte de sus respectivos gobiernos nacionales y se espera de ellos que defiendan los intereses de sus países. La presidencia del Consejo es rotativa; cada seis meses, otro país —y su representante en el Consejo— asume este papel.

Este cuerpo, también llamado a veces Consejo de Ministros, es el de más poder político para definir el rumbo de la legislación europea. Está asistido por un secretariado general encabezado actualmente por el español Javier Solana, que también es, desde 1999, el Alto Representante para la Política Exterior y la Seguridad Común. Por las iniciales de este cargo, también se le conoce como ‘míster PESC’, aunque en otros idiomas se le llama simplemente ‘míster Europa’, ya que representa la UE frente a otras naciones.

Distinto del Consejo de la Unión Europea es el Consejo Europeo, compuesto por los jefes de gobierno de los 27 estados miembros. Se reúne cuatro veces al año pero no tiene poderes ejecutivos concretos. Ninguno de estos cuerpos se debe confundir con el Consejo de Europa, un organismo no relacionado con Unión Europea.

Los cuerpos administrativos de la UE se complementan con el Tribunal de Cuentas y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, ambos con sede en Luxemburgo y compuestos por un delegado de cada país. El primero audita las finanzas y vigila el empleo de los fondos comunitarios. El Tribunal de Justicia es la máxima autoridad judicial en la aplicación de la legislación comunitaria y en disputas entre los Estados miembros, pero no tiene competencias respecto a los sistemas judiciales nacionales. No admite denuncias de ciudadanos, pero sí consultas de tribunales nacionales cuando se trata de interpretar la legislación comunitaria. No debe confundirse con el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, creado por el Consejo de Europa e independiente de la UE.

El Banco Central Europeo, creado en 1998 con sede en Francfort (Alemania), estableció al año siguiente la moneda común, el euro, que entró en circulación pública en 2002 y ahora se emplea en 16 países, la llamada eurozona. El Banco es independiente de las estructuras políticas comunitarias. Los 6 miembros de su junta directiva son nombrados por consenso de los jefes de gobierno de los países de la eurozona y toman sus decisiones junto con los presidentes de los bancos nacionales de estos países.

Evolución

La política de la Unión Europea se limitó durante décadas a los aspectos económicos como la eliminación de la aduana y los aranceles. 34 años después del Tratado de Roma, que estableció estas bases, el Acta Única Europea diseñó, en 1986, una mayor cooperación política para eliminar las diferencias legislativas entre los estados miembros y permitir la creación de un mercado único. En 1992, el Tratado de Maastricht cambió el nombre de la Comunidad Económica Europea por el de la Unión Europea y estableció las bases para la estructura actual y la posterior adopción de una moneda común.

El Acuerdo de Schengen, firmado en esta ciudad de Luxemburgo en 1985 y aplicado más tarde por varios países centroeuropeos fue recogido en 1999 por el Tratado de Amsterdam. Este acuerdo implementó el permiso de la libre circulación de personas entre todos los países de la Unión Europea, exceptuando Reino Unido e Irlanda. Dos años más tarde, el Tratado de Niza ordenó las estructuras internas, los mecanismos de adhesión y el peso de cada estado miembro en el Parlamento Europeo, y al año siguiente, la puesta en circulación de la moneda común, el euro, contribuyó a fomentar la imagen de unidad.

Tras la incorporación de otros 12 miembros en los años sucesivos, se planificó una nueva reforma, inicialmente como propuesta de una «Constitución Europea». Este documento incluía por primera vez un apartado relativo a los derechos humanos, sociales y económicos de los ciudadanos de la Unión.

En 2005 fue aprobado en referéndum en España pero rechazado en Francia y Holanda; la oposición popular se debía en parte a que los derechos recogidos en el Tratado eran inferiores a los aplicados en algunos estados miembros, otros criticaron las referencias del texto a la libre competencia de los bienes y servicios, sin aclarar si los servicios públicos también estarían sometido a las reglas del mercado.

Por otra parte, el documento también daba al Parlamento Europeo mayor poder y aceleraba el funcionamiento de la Comisión. Tras el rechazo, un nuevo texto, similar en un 90%, fue elaborado y firmado en diciembre de 2007 como Tratado de Lisboa. Fue ratificado por 23 estados pero rechazado en 2008 en un referéndum en Irlanda. Desde entonces está bloqueado y la UE funciona según las reglas del Tratado de Niza.