Opinión

Rojo hundido

Saverio Lodato
Saverio Lodato
· 8 minutos

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De Toscana hacia el Sur ya no queda rastro de la que fuera la gran armada del Partido Democráta (PD). Y, aunque muchos ya han empezado a dar rodeos y seguirán haciéndolo, es inútil negar la evidencia. Por debajo de la franja Bolonia-Rávena, donde a pesar de la clamorosa hemorragia los viejos bastiones han conseguido resistir de alguna forma, todo es un gran desierto. Mientras más se baja hacia el Sur menos rastro queda del PD.

Incluso en Sicilia el Movimiento 5 Estrellas consigue el pleno en la segunda vuelta. Y conviene notar también que, por una extraña elección mediática debida al fastidio que provoca a muchos en “Palazzo” (Palazzo Chigi, sede de la Presidencia del Gobierno) el triunfo de Luigi de Magistris, todos evitan hablar de la clamorosa derrota del PD en Nápoles, doblemente decepcionante, teniendo en cuenta que el partido no consiguió llegar ni siquiera a la segunda vuelta.

El PD queda reducido a pequeños atolones dispersos por Italia, rodeados por islas enemigas

Si tenemos en cuenta que las cuatro mayores ciudades por número de habitantes son Roma, Milán, Nápoles y Turín (más de 13 millones en total), las cuentas salen rápido: aparte de la reñida victoria en Milán, el PD ha quedado reducido a un insignificante maniquí.

Terminó como debía terminar, o incluso peor. Con el PD reducido a numerosos pequeños atolones dispersos por Italia, a cientos de kilómetros de distancia, rodeados por islas enemigas, asediados incluso en su propio interior por contingentes enemigos, aguerridos y motivados o, peor incluso, resucitados. El propio Norte aparece fragmentado ahora que ciudades como Turín, Novara, Savona o Trieste le han dado la espalda al partido mayoritario. Y resulta irónico que el PD haya arrebatado Varese a la Liga Norte, que había instalado su laboratorio de “racismo padano” desde hace veinte años precisamente en aquella ciudad.

Aumenta aún más en la segunda vuelta la otra mitad de Italia, la de la abstención. Otro medio millón de milaneses, por poner un ejemplo, no han votado en la segunda vuelta. Pero si seguimos haciendo cuentas de este tipo correríamos el riesgo de hacer la cuenta de la vieja.

El PD tendrá su destino que, en buena medida, es el que ha elegido. Mejor aún, el que están eligiendo para él persistentemente Matteo Renzi, su “círculo mágico”, todos aquellos dirigentes felices y sonrientes aparecidos de la nada cuando estaba de moda el “desguace”, que estaban convencidos de que un sillón en televisión aseguraba carisma, credibilidad y legitimidad popular.

Dos ‘5 Estrellas’, ambas mujeres, se han convertido en alcaldesas en Roma y Turín

Es de Virginia Raggi, alcaldesa de Roma, y de Chiara Appendino, alcaldesa de Turín, de quienes toca hablar ahora. Ambas 5 Estrellas, ambas mujeres que se han convertido en alcaldesas en ciudades donde la política ha sido tradicionalmente “cosa de hombres”, hombres que entendían de cuentas y de adjudicaciones…

Ayer [19 de junio] por la noche, apenas aparecieran en cámara, lanzaron un ataque mortal con la política jurásica. Se ha notado casi de forma fulminante, la música ha cambiado. Ya no hablaba Grillo. No se escuchaban los típicos “a la mierda” ni la “comicidad” del fundador de hace algún tiempo. Y solo periódicos dirigidos con tintes pavlovianos pueden insistir aún en que con el Movimiento 5 Estrellas han vencido “la protesta”, “la antipolítica” y “el populismo”.

Qué grave error cometió Piero Fassino cuando, dirigiéndose a Appendino, la retó diciendo: “Si es capaz, póngase usted en mi lugar”. Y Appendino, que estaba diez puntos por debajo, le tomó la palabra, remontando y venciendo. Y se puso en su lugar.

Quizás en las próximas horas llegue el “auxilio rojo” a Renzi por parte del ex jefe de Estado Giorgio Napolitano, quien nos explicará que el voto al Movimiento 5 Estrellas es un “voto apático”. Ya ocurrió tras la primera vuelta pero los italianos se resignarán a ello. Basta con señalar que de los 20 ayuntamientos en los que el Movimiento 5 Estrellas se ha enfrentado en la segunda vuelta con el PD, han vencido en 19. ¿Y algún comentarista podría venir aún a contarnos que las palabras de Alessandro Di Battista en cuanto los resultados fueron claros son las de un terrorista del que los ciudadanos deberíamos tener miedo? Dejémonos de absurdeces y centrémonos un momento en Roma.

¿Era “normal” que Roma se hubiera convertido a los ojos de los romanos en la capital del Estado-Mafia?

Anoche, digámoslo claramente, nos quedamos impactados con el señorío y el coraje de Roberto Giachetti del PD, que asumió toda la responsabilidad, no culpó a nadie de su partido por haberle mandado a los leones, dando la cara.

Pero preguntémonos: ¿es normal lo que ha sucedido en Roma en los dos últimos años? ¿Era “normal” que Roma se hubiera convertido a los ojos de los romanos y del mundo entero en la capital del Estado-Mafia? ¿De verdad pensaban que nombrando a comisarios complacientes o ilusos ponían un muro de contención a la vorágine de una investigación que había sacudido a las esferas de arriba, del centro y de abajo y en la que todos, desde la derecha al PD, se disputaban los trozos del pastel? ¿O creían que echando a Ignazio Marino se lavarían la conciencia?

El Movimiento 5 Estrellas ha ganado porque los romanos esperan que Raggi los saque finalmente del fango, simplemente eso. Si lo conseguirá o no, lo veremos.

Matteo Salvini, que en el último año había copado los salones televisivos, aparecía anoche golpeado por un resultado que deja a la Liga Norte fuertemente redimensionada en su proyecto de escalada al vértice de la centroderecha. Y la centroderecha en su conjunto, y también en este caso es inútil andarse con rodeos, aparece como una suma de pedazos. Es evidente que después de más de veinte años siendo un partido de patrón, con la única guía de Silvio Berlusconi, será una empresa titánica encontrar a un nuevo aglutinador que milagrosamente le dé una forma nueva.

Está la excepción de Milán, donde se demuestra que cuando el centroderecha consigue presentarse unido puede ser competitivo con la centroizquierda. Y quizás Stefano Parisi esté calentando motores ante una posible escalada hacia el liderazgo de Forza Italia, aunque Salvini lo haya parado rápidamente. Pero, incluso en ese caso, el camino sería largo antes de volver a competir por dirigir el país, estando aún demasiado fresco el recuerdo de las dos décadas berlusconianas.

Renzi, adversario ideal de Forza Italia, se encuentra ahora en el ring con el Movimiento 5 Estrellas

Concluyendo, ahora volveremos a asistir a las “tormentas” en la casa del PD. Matteo Renzi, que diseñando el “Italicum” (reforma de la ley electoral) se había erigido como adversario ideal de Forza Italia, se encuentra ahora en el ring con el Movimiento 5 Estrellas.

Y no podrá hacer como si nada hubiera pasado. Tendrá que replegar el “lanzallamas”, tendrá que alcanzar pactos con la minoría “dem”, tendrá que sacrificar a alguno de su “círculo mágico”, tendrá que considerar un verano turbulento en el Parlamento en el que no faltarán zancadillas y emboscadas. ¿Le bastará con el leal Verdini?

Forma parte de ello el referéndum de octubre que él quiere que sea un referéndum sobre su persona. Corre el riesgo de convertirse en un movimiento arriesgado, teniendo en cuenta el viento que sopla en el país. Ahora tiene que hacer cuentas en un escenario inimaginable para él hace tan sólo algunas semanas. Este escenario se llama “rojo hundido”.

Todo lo que ha sucedido ha sacudido fuertemente aquella construcción monolítica en torno a la cual, por su despectiva definición, giraban solamente “búhos”, personas escépticas de mal agüero. Las grietas están a la vista de todos. Se ha visto que hay demasiados búhos sueltos por Italia.

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