Entrevista

Albert Pla

«No hay nada más bonito que oír una canción en tu idioma»

Alejandro Luque
Alejandro Luque
· 8 minutos
Albert Pla (Sevilla, Oct 2016) | © Antonio Acedo
Albert Pla (Sevilla, Mar 2009) | © Antonio Acedo

Sevilla | Octubre 2016

Autor de discos con títulos tan llamativos como No solo de rumba vive el hombre o Cançons d’amor i droga, e incluso de una novela como España de mierda, Albert Pla (Sabadell, 1966), uno de los artistas más versátiles y personales del panorama nacional, pasa a menudo por personaje provocador, iconoclasta e irreverente. Tras el éxito de su musical Guerra, se lanza a una gira, A pleno pulmón, donde actuará solo. Y aunque suele ser más que lacónico en sus entrevistas, esta vez se explayó en cuestiones como las libertades y las censuras encubiertas, su desprecio por el nacionalismo de cualquier signo o su debilidad por el flamenco.

Muchos músicos han decidido en los últimos tiempos prescindir de banda, incluso han grabado discos solos, como el último de Kiko Veneno. ¿Es algo más que una cuestión de economía o austeridad?

Yo, en realidad, no he dejado de hacerlo nunca. Me gusta ir solo, aunque depende del sitio donde te pongan. Pero la soledad en el escenario es muy bonita.

Cada vez hay menos espacios para tocar en vivo, y más acosados. ¿Se sabe qué temen las autoridades?

«Las programaciones de los teatros acaban siendo o franquicias americanas o cómicos de TV»

Miedo no creo que tengan ninguno. Sí es verdad que las instituciones se están quedando con todos los teatros, por ejemplo yo no puedo actuar en ninguno del PP. Las salas no sé, no le han visto el negocio, porque las están echando todas para el polígono… No les interesa para nada, más bien con su actitud demuestran que les molestan, ¿no? Cada vez lo ponen más difícil, cada vez las alejan más, cada vez son más una cosa residual.

Esto y la situación de la industria discográfica, ¿informan sobre el país que tenemos?

Clarísimamente [risas]. La intención está clara.

Cuando se le etiqueta como cantante políticamente incorrecto, ¿entiende usted lo que quieren decirle?

Están diciendo que no quieren que trabajes. A mí me lo han dicho clarísimamente, vaya. Los ayuntamientos del PP lo dicen: “Este tío no va a venir aquí”. Y si alguien te contrata, lo denuncian, empiezan a ponérselo difícil, difícil, y las programaciones de los teatros acaban siendo lo que son: o franquicias americanas, de estas de La Bella y la Bestia, o bien los cómicos de televisión, los protagonistas de series de televisión, y presentadores de televisión…

O sea, que si tomáramos esto como un termómetro de libertades, no sacaríamos buena nota…

No sé, cada uno debe hablar de su oficio. A mí me la suda, se lo pueden meter en el culo todo, donde les quepa.

También dicen que usted tiene letras peleonas, beligerantes, pero luego uno oye las cosas que se dicen en el congreso y parece mucho más violento.

«Te meten al fondo del pasillo, y siguen molestándose. Pues que insonoricen mejor el pasillo, ¿no?»

La realidad supera a la ficción, eso está claro. Por mucha imaginación que le eches, siempre va más allá. Pero me sorprende que los políticos se puedan sentir identificados y hasta ofendidos por una canción mía, cuando tienen que hacer el esfuerzo de ir hasta la sala que han metido en el polígono, o en el teatro “sub”. O que te entrevisten en un periódico de provincia y la armes… No sé, te meten al fondo del pasillo, y siguen molestándose. Pues que insonoricen mejor el pasillo, ¿no? Más lejos, más arrinconados, no se puede estar. Si todavía les ofende…

Hablando de sentirse ofendidos, usted dijo en sendas entrevistas que era un asco ser catalán, y que lo era ser español. Algunos se lo tomaron como si les mentaran a la madre…

Es medio ridículo, sí. Imagínate si llegan a entrar en el teatro algún día, con lo que se dice. Igual se mueren de un infarto, o algo.

Ha cantado en catalán y en castellano. ¿Son elecciones conscientes, o las canciones vienen como vienen?

Vienen como vienen, es al azar. De repente, te sale una cosa en catalán, o en castellano, sin poder controlarlo. O te sale un espectáculo en catalán y lo puedes traducir más o menos al castellano, si es algo teatral…

¿Puede un catalán sentir que Fonollosa es un poeta solo suyo? ¿Puede un español sentir que es ajeno?

Lo de los catalanes y los castellanos son tonterías supinas. Fonollosa es un tío catalán que vivió toda la vida en Nueva York y escribió en castellano, pero podía haber sido francés y haber vivido en Alemania… No le doy ninguna importancia, aparte de que puedas amar tu lengua porque es familiar, y no hay nada más bonito que que te canten una canción en tu idioma. Aparte de esto, no creo que haya ninguna peculiaridad más.

¿Diría que el idioma es una patria?

No sé si es una patria, o un rincón. A mí me gusta mucho cuando escuchas canciones que me emocionan. Cuando escucho una canción en catalán que me gusta mucho, me gusta mucho. No sé por qué, no sé por qué.

¿De dónde le viene el punto flamenco que tienen algunos de sus trabajos?

«Te vas a Cádiz y estás en casa, como en Sevilla. El flamenco para mí es como la familia»

Me viene de la infancia, era una debilidad por Peret, por los Chichos, por Camarón… pero era un caso aislado en Cataluña, ¿eh? [risas] Ahora ya sí que el flamenco entró más, y la rumba. Aquello era un gusto personal mío.

¿Se sentía raro cultivándolo?

Aquí sí, ni lo consideraban. Se creían que era un esnobismo, que lo decías para quedarte con ellos. Luego todo cambió, se globalizó, la rumba y el flamenco que se hacía en Cataluña llegó más a los catalanes, incluso a los españoles. Todo eran artes muy locales, y en los últimos 30 años imagino que los músicos nos hemos ido conociendo más. Con Kiko, con Tomasito, con Benavent, con Tino, con Diego Cortés, no sé, con muchos flamencos que son como de tu casa. Y te vas a Cádiz y estás en casa, como en Sevilla. Es una cosa muy natural. La semana pasada estuve en Córdoba con Fernando Vacas y José el Francés, es muy natural, es como encontrarte en la carretera. El flamenco para mí es como la familia.

No quiero acabar sin preguntarle por la experiencia de ‘Guerra’, el montaje que ha hecho con Fermín Muguruza y Raúl Refree. Ahora se van de gira americana, ¿cree que ese público va a encontrar cosas distintas que el de esta orilla?

«Te parecerá raro, pero no escucho música. Si acaso, los discos de los amigos, que me los mandan»

Van a ver lo mismo, es como lo que decía antes de catalanes y castellanos. No hay diferencia entre un público de Buenos Aires, de Barcelona o de Sevilla. Solo depende del sitio donde los pones, si en un teatro o en una salita pequeña, o todos borrachos a las tres de la mañana. Sí hay particularidades, hay gags, detalles que de repente en un sitio, la gente tiene más receptividad.

Un alegato antibélico, ¿puede cambiar algo hoy?

Yo lo hago todo porque sí. Se me ocurre y lo hago. En este caso me encontré con Fermín y Raúl y nos coincidió todo, llevamos un año y medio de gira y ha sido genial.

Y se demuestra de paso que los musicales no solo cuentan historias de amor Disney…

Sí, cada uno cuenta lo que quiera. A nosotros nos salió así. Pero hay muchas maneras de hacer musicales, fuera de la fórmula franquicia.

¿Qué música escucha Albert Pla en el coche, en casa?

Te parecerá raro, pero no escucho música. Si acaso, los discos de los amigos, que me los mandan, o para cosas técnicas y profesionales, pero no, no… No te podría decir qué es lo último que he escuchado, porque no lo hago.

¿Y sobre los suyos, vuelve?

¡Los míos menos! Ya con los amigos casi no tienes tiempo de escucharlos todos…

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