Opinión

En Italia se tortura

Saverio Lodato
Saverio Lodato
· 5 minutos

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Palermo | Marzo 2018

Al menos Enrico Mentana ha tenido la agudeza «anglosajona» de ofrecer a los espectadores de su programa TG La7 tanto la entrevista al fiscal general de Génova, Enrico Zucca, como la entrevista al jefe de Policía, Franco Gabrielli. Integradas ambas como una conversación a distancia entre los dos representantes de las instituciones respecto a los acontecimientos acaecidos en Génova con motivo del G8 [de 2001], evidencian sus posiciones que parecen irreconciliables.

Considerar que la audiencia está en pleno poder de su razón, y es capaz de formarse una opinión propia, es una buena práctica periodística . Si incluso quisiéramos parafrasear a Platón, diríamos que «un hombre interrogado correctamente, siempre responde adecuadamente». Por ello, resultó acertado trasmitir ambas posiciones.

Quien torturó en el G8 de Génova de 2001 se encuentra hoy en la cúpula de la policía italiana

Por el contrario, el panorama que ofrece la prensa escrita al referirse a las escandalosas palabras de Zucca («Quien torturó en el G8 se encuentra hoy en la cúpula de la policía. ¿Cómo podemos reclamar justicia a Egipto en el caso Regeni?») no sólo no tiene nada de «anglosajón», sino que se acerca incluso peligrosamente -inquietándonos- al modo típico de «contar» la realidad que practican precisamente los medios de aquellos regímenes que consideramos «inferiores» al nuestro.

La cuestión, resumida en dos palabras es esta: los graves episodios de «carnicería mexicana» que acontecieron en Génova no impidieron que los funcionarios que, directa o indirectamente, mediante pistas falsas y silencios cómplices, se convirtieran en responsables de ellos, pudieran luego proseguir, al fin y a la postre -como suele decirse- (o sea, a fin de cuentas), sus brillantes carreras en la policía.

Esto es lo que dijo, en resumen, el fiscal Zucca.

El jefe de Policía, Franco Gabrielli, en pocas palabras, no está de acuerdo, y recuerda el elenco interminable de caídos de la policía a manos del terrorismo y la mafia. Y asegura que la institución bajo su cargo ha llevado a cabo, en su propio seno, todo cuanto debía hacerse.

Dado que las torturas se produjeron, la pregunta es: ¿Los altos cargos de la Policía de entonces, hicieron o no hicieron carrera? Carrera hicieron. ¡Claro que sí! Y todos los protagonistas de aquella página humillante de nuestra historia se encuentran hoy allí donde están, precisamente para recordárnoslo. Que se sepa, ni uno solo de los responsables ha cumplido un solo día de cárcel.

En este tema, los periódicos usan condicionales; pero en muchos casos atribuyen aquello que es simplemente un hecho, el que las torturas existieron, a una «opinión» de Zucca.

No podemos dejar de preguntarnos: ¿Es esto periodismo? A simple vista diríamos que no.

¿Cómo se atreve a comparar las torturas italianas con las egipcias? ¡Egipto es totalitario, Italia no!

Asimismo, existe otra acusación dirigida a Zucca: ¿Cómo se atreve a comparar las torturas italianas con las torturas egipcias? Egipto –nos explican muchos periódicos– es un «régimen totalitario», Italia un «país democrático». De todos, este nos parece el argumento más estrafalario.

¿De qué estamos hablando? ¿Que por tener el estatus de un país democrático se nos reconoce una facultad –la de torturar – que no se les reconoce a los países que niegan los derechos civiles? ¿A nadie se le ocurre que esta debería ser precisamente la piedra de toque del escándalo, más que las palabras – fieles a la verdad – pronunciadas por Zucca?

En resumen: ¿Es un crimen haber torturado en Génova a jóvenes desarmados o es un crimen decir que en Génova se torturó a jóvenes desarmados? La elección es vuestra.

En fin. Como se sabe, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó en su día lo sucedido en el G8, y con durísimas palabras. Y estamos hablando del mismo tribunal que condenó a Italia a indemnizar al policía Bruno Contrada, que había sido condenado en Italia por mafia y con sentencia firme. Bien.

Los periódicos que hoy hacen oídos sordos en el Caso Génova son los mismos que entonces aplaudieron a la Corte Europea en el Caso Contrada. Irónico, ¿cierto?

Decía Leonardo Sciascia: «Italia es un país sin verdad».

Es poco probable que las iniciativas contra Zucca que se van anunciando ya por parte del ministro de la Justicia, Andrea Orlando, y por el Consejo Superior de la Magistratura, enriquezcan la historia de esta Italia desgraciada con alguna pizca extra de verdad.

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© Saverio Lodato | Publicado en Antimafiaduemila | 22 Mar 2018 | Traducción del italiano: Natasha Castro Slobinsky

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