Observando desde el Sur

Conocido como escritor de novelas negras – de las buenas – y como guionista de cine, Petros Markaris (Estambul, 1937) es, ante todo, un atento observador. La crisis bancaria, que con tanta furia ha atacado Grecia, le dio pie para plantear una trilogía de novelas que refleja la evolución social y económica del país. Y a su mirada no escapa el aumento de las tensiones intraeuropeas, ese tira y afloja entre jefes de Gobierno que en teoría sólo deberían dirimir las cuestiones prácticas de cómo resolver el pitifostio de una deuda impagable, pero que parece convertirse en una lucha de titanes entre dos concepciones del mundo. Entre el norte y el sur.

Markaris conoce de primera mano el norte: se escolarizó en un colegio austríaco en su Estambul natal, más tarde estudió en Viena y Stuttgart, escribe alemán y ha traducido el Fausto de Goethe al griego. Y al observar este choque tectónico entre norte y sur, quizás sobrealimentado por ciertos políticos, el escritor recuerda que efectivamente, hay diferencias de cultura entre los pueblos mediterráneos y los de más arriba. Pero advierte que «la gente del Norte y de Centroeuropa ha creado una imagen del Sur que no tiene por qué coincidir con la realidad», como dijo en una entrevista con M’Sur. La corrupción no propia sólo del sur. Pero tampoco quita responsabilidades: «Turquía y Grecia no conocen la cultura de la riqueza. Lo único que saben hacer es gastar, consumir», había advertido ya en 2011. Eso sí, lo peor es pensar que nuestra civilización se reduzca a este enfoque. Así lo ha dejado claro: «Todo el mundo parece haber olvidado el argumento principal de 1789: nosotros somos el pueblo. Ahora decimos: somos los mercados. Y eso es un desastre».

[Ilya U. Topper]

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Neptuno & Volcano

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Goethe, que no fue solo un gran poeta, sino también un famoso científico natural de su época, afirma en la segunda parte del Fausto que existían en la antigua Grecia dos teorías acerca de la creación del mundo. La primera era la ‘teoría volcánica’, según la cual la Tierra había sido creada por Vulcano, el dios del fuego, a través de terremotos y sus correspondientes desplazamientos de montañas. La segunda era la ‘teoría neptúnica’. Neptuno rediseñó los mares y los océanos, y así fue creada la Tierra.

Ignoro si hay algo de verdad en esas teorías. Si la hubiera, entonces debería señalar que los Mediterráneos descendemos de la teoría neptúnica. Nuestra cultura y el modo en que vemos el mundo están bajo el signo de Neptuno. La cuestión no es que no tengamos montañas en el Mediterráneo. Vaya si tenemos, pero no bloquean o condicionan nuestra mirada neptúnica sobre nuestra historia y nuestra cultura. Zeus y los demás dioses antiguos podrían haber vivido en el monte Olimpo, pero nuestro modo de vida estuvo atado desde tiempos inmemoriales, y hasta hoy, a los mares y océanos.

La mayoría de los países centroeuropeos tienen salida al mar, pero su forma de vida, a excepción de los alemanes, sigue siendo volcánica. Miran hacia las montañas, y no hacia el mar.

Incluso en el Fausto de Goethe, la escena central y la más extravagante de la primera parte de la tragedia, la ‘Noche de Valpurgis’, se sitúa en Brocken o Blocksberg, el pico más alto de la cordillera de Harz. El mar egeo aparece solo en el segundo y tercer acto de la segunda parte de la tragedia, durante el viaje a la antigua Grecia.

Sería estupendo para todos los que vivimos en la UE mirar a Europa también a través de las teorías neptúnica y volcánica de Goethe, y no solo a través del euro.

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© Petros Markaris 2014. Cedido por Fundación Tres Culturas) | Traducción del inglés: © Alejandro Luque · Primero publicado en Caleta (Dic 2015)