Entrevista

Federico Moccia

«Mis personajes estarían en las manifestaciones del 15-M»

María José Ramírez
María José Ramírez
· 9 minutos
Federico Moccia | © Antonio Acedo / FLS
Federico Moccia | © Antonio Acedo / FLS

Sevilla | Julio 2011

A partir del hito que supuso la reedición en 2004 de su novela A tres metros sobre el cielo, su trayectoria ha sido una sucesión de éxitos, varios de ellos llevados a la gran pantalla: Tengo ganas de ti, Perdona si te llamo amor, Perdona pero quiero casarme contigo… El escritor visitó recientemente Sevilla para promocionar su última novela traducida al español, Carolina se enamora (Planeta), y dejó claro que para él su público, el mismo que en su honor ha llenado los puentes de Europa de candados, es lo primero: “Las únicas críticas que me interesan son las del lector, del que estoy seguro que ha leído el libro, lo ha sentido, lo ha vivido”, asegura.

¿Es usted la versión actual de la literatura rosa de siempre?
Pues no lo sé, creo que lo que escribo contiene una serie de cosas que finalmente gusta a la gente: por una parte está lo rebelde, porque el amor es locura, pero también hay pasión, dolor e incluso la necesidad de tener una historia. Por ejemplo, en uno de mis libros, A tres metros sobre el cielo, cuento cómo es el primer gran amor y la primera vez que acaba. Mis historias pueden representar los aspectos de la sociedad moderna, que al mismo tiempo son bastante parecidos a los de la sociedad de hace algunos años. Creo que por eso tanta gente se ha reencontrado en ellos…

¿Cómo se explica el éxito de este nuevo romanticismo en un mundo tan individualista y materialista?
Quizás haya una razón. Tener éxito, ser importante, si no tienes a una persona al lado con quien compartir todo eso, no vale para nada. Te sientes muy solo, y no creo que nadie sea feliz con ser yo, yo, yo y punto. Al menos yo creo en esa fórmula.

«El libro es un buen amigo que te hace compañía, sin decirte las cosas como te las dirían tus padres»

¿El adolescente de hoy piensa tanto en la pareja, y no en hacer su camino, en probar experiencias?
Yo creo que sí. Pienso que eso ha existido siempre. La chica de 15 ó 16 años que no encuentra un novio adecuado se empeña en hacer su vida, pero en el fondo le hace falta tener al lado a alguien, porque quiere ser feliz. Busca “estar a tres metros sobre el cielo”. Esa expresión significa que todas las cosas que haces, también todas aquellas que eres capaz de hacer por tu cuenta y en soledad, adquieren una nueva luz si la compartes con otro.

Usted vende muchos libros entre el público adolescente, que es precisamente el que, según todos los estudios, no lee nunca o el que menos lee. ¿Cómo se explica?
Bueno, esto quizás sería mejor preguntárselo a ellos. No creo que haya una fórmula mágica, sino una historia simple y común a todos. A esa edad hay una serie de dificultades y de miedos que a menudo no logras contar, ni siquiera a tus amigas, y mucho menos a tus padres. Entonces descubren un libro que, de alguna forma, se convierte en un buen amigo. Y se sienten menos solos y menos desilusionados. Porque dicen: “Ah, ¿ves? Le ha pasado también a Niki”, “Ah, ¿ves? Le ha pasado también a Carolina. Entonces yo no soy la única tonta que no encuentra novio, que no consigue enamorarse, o que ha sido dejada, o que está enamoradísima”. El libro es un buen amigo que te hace compañía de forma educada, sin decirte las cosas como te las dirían tus padres: “Entonces, ¿tienes novio?”.

Y estos libros los leen también las madres de los jóvenes, tanto en Italia como en España. ¿Cree que lo hacen porque las historias que usted cuenta les sirven de ayuda para entender mejor a sus hijos?
En parte sí. Y creo que he partido desde ese razonamiento a la hora de escribir mis libros. “¿Por qué mi hija lee este libro? Tal vez ha encontrado algo en él y quizás me pueda hacer a mí entenderla un poco más”. Después se han dado cuenta, por ejemplo, de que Carolina se enamora es su historia, la suya y también la de la abuela. Y descubren que tal vez no fueran tan por delante o por detrás de sus hijas como creían.

¿Las chicas de ahora son más adelantadas en temas de pareja?
Sí y no. No se puede generalizar en esto. Muchas llegan a los 17 ó 18 años y nunca han tenido novio. Hay otras, en cambio, que son más ligeras, más fáciles o más libertinas, que viven de forma más alocada, y luego con los años se vuelven más tranquilas. Yo creo que ha sido siempre así: que estaba aquella famosa del colegio que iba con todos y la otra que nunca ha estado con ningún chico, o al menos así se dice, quién sabe si era verdad o no… [Risas]

«No sé si al Vaticano le gustará Carolina, pero creo que al Buen Dios sí»

Carolina, la protagonista de ‘Carolina se enamora’, parece ser de las libertinas…
Bueno… Ella actúa de forma alocada pero luego no es en realidad así. Quiere tener un comportamiento de esta manera, pero en el fondo no es así, es mucho más tranquila, más sencilla.

¿Se ha preguntado si aprobaría el Vaticano su conducta?
Bueno, creo que el Vaticano ha cambiado mucho en los últimos años. No sé si le gustará Carolina, pero creo que al Buen Dios sí.

Italia es un país donde los hombres controlan todo, o al menos así lo parece, y las mujeres siempre están en un segundo plano. ¿Ha cambiado en algo esta situación?
No estoy de acuerdo, hoy las mujeres son mucho más importantes e incluso ocupan en la estructura social puestos de gran relevancia. Algo justo y merecido, porque hay mujeres muy válidas, muy preparadas, y mejores que muchos hombres. Y no sólo hablamos del terreno laboral, sino también en el seno de la familia. Pero eso es algo que depende mucho de la educación de cada persona, del hombre en este caso, que se ha acostumbrado a ver a la mujer con toda su fascinación y con su elegancia. A mí me gusta reflejar en mis libros este aspecto de la mujer, sobre todo en el último, L’uomo che non voleva amare [El hombre que no quería amar], que en España todavía no se ha publicado. Porque para mí la mujer tiene muchas capacidades de las que nosotros los hombres carecemos; instintivamente, el hecho de que ellas, por ejemplo, están capacitadas para procrear, esa feminidad… Sin embargo, desgraciadamente los periódicos y otros medios de comunicación hablan siempre de aspectos negativos; no generan noticias los aspectos normales y positivos, como el hecho de que los hombres tengan en alta estima a las mujeres. Por suerte, Italia no se compone sólo de esas malas noticias. Ni hay por qué englobarnos a todos.

¿Puede la literatura actual prescindir del lenguaje televisivo?
Sí, creo que se puede hacer. Por ejemplo, uno de mis libros, El Paseo, no ha sido contaminado por el lenguaje televisivo, responde a otro tipo de búsqueda. Está claro que en otros libros como Carolina se enamora o Perdona pero quiero casarme contigo está presente la televisión porque es la vida de todos los días, como la radio y el cine, o las noticias de los periódicos… Ese actor famoso que empieza una relación, o aquella pareja histórica que ha terminado, se convierten en parte de nuestra vida, nos hacen compañía. Pero no está establecido que todo eso lo tengas que usar en tu lenguaje cuando te decides a escribir.

Antes, el trabajo del escritor acababa cuando ponía el punto y  final de la obra. Ahora parece sólo el punto de partida, y luego vienen los blogs, el chat, Facebook, Twiter… ¿Qué piensa de esto?
Una novela empieza, por lo que a mí respecta, con una importante preparación, después hay una escaleta y después la escritura de la historia. Y todo esto puede durar un año, o un año y medio. Una vez que has terminado ese libro, empieza toda la fase de corrección y después la parte del marketing, de la promoción, de cómo lo presentas, desde la portada del libro al título, y qué noticia das, porque debes hacer llegar a los medios una imagen clara, que no se aleje mucho de lo que tú realmente has querido transmitir.

«Con el blog te llegan de forma inmediata las respuestas de los lectores y te permiten entender si has creado algo bueno o no»

¿Escribir y vender son, pues, tareas diferentes?
A mí me gusta mucho todo el proceso. Mientras que la primera parte es de mucha soledad, la segunda sin embargo es de relación con los periodistas, es divertido… Ahí se formulan las preguntas y las respuestas justas que debes dar para hacer entender lo que has escrito. Los periódicos son un puente hacia la persona que no sabe de tu libro. El blog es también otro aspecto muy interesante, porque te llegan de forma inmediata las respuestas de los lectores y te permiten entender si has creado algo bueno o no, si el libro gusta… y eso es muy bonito.

¿Entonces lo tienen más fácil los escritores de hoy?
Hoy hay más oferta, lo que no te garantiza el éxito. Pero las nuevas tecnologías te permiten conocer mejor aspectos de la obra en los que quizás no habrías reparado, y te prepara de alguna forma para el próximo libro, te hace crecer. Al final tú creces con el lector.

¿Podríamos encontrar a alguno de sus personajes en las manifestaciones que se han convocado en los últimos meses, como las del 15-M en España?
Estoy seguro. ¿Por qué no? Sobre todo los personajes de A tres metros sobre el cielo y de Tengo ganas de ti, porque son muy revolucionarios e inconformistas. Aunque tengo que decir que también Carolina va apuntando maneras.