Entrevista

Robert Fisk

«Líbano es como un Rolls Royce con las ruedas cuadradas»

Ilya U. Topper
Ilya U. Topper
· 27 minutos
Robert Fisk (Estambul, 2011)  |  ©  Ilya U. Topper
Robert Fisk (Estambul, 2011) | © Ilya U. Topper

El periodista británico Robert Fisk, probablemente el reportero de más fama en Oriente Próximo, donde vive desde hace 30 años, analiza la insurgencia en Siria.

Se toma su tiempo. Robert Fisk (Maidstone, Kent, Inglaterra, 1946), corresponsal del diario británico The Independent en Beirut, donde vive desde hace 30 años, un mito del periodismo en todo Oriente Próximo, recibe a la prensa turca ―y a M’Sur― en el salón de un hotel en las afueras de Estambul, cerca de la Feria del Libro donde la editorial Ithaki ha presentado la versión turca de su voluminoso libro La gran guerra por la civilización.

Hay cola, pero aunque tenga su copa de vino esperando en la mesa, Fisk dedica a cada uno media hora larga, se explaya, así se trate de un diario de escasa difusión y marcada línea derechista. Está acostumbrado a las críticas: en inglés, el término fisking (fiskear) describe la práctica de reproducir en un blog un reportaje, preferiblemente de Robert Fisk, preferiblemente crítico con la política israelí o la estadounidense o ambas, e intentar destrozarlo punto por punto. Algo que a Fisk no le preocupa, porque jamás lee blogs y ni siquiera usa el correo electrónico.

Fisk habla de igual manera ante cualquier auditorio, ya sea la televisión siria oficial ―a la que dio una entrevista durante su paso por Damasco, a inicios de noviembre, y que fue emitida íntegramente, contra todo pronóstico, aunque no se cortó en sus críticas al presidente Bashar Asad, asegura―, ya sea una sala llena de revolucionarios sirios entusiastas en Estambul, durante un encuentro organizado por la red turca Nahda Network. Lo cual puede llevar a escenas tensas en las que algún otro conferenciante le acuse de estar pagado por los servicios secretos sirios.

«En Israel puedo decir lo que quiero. En Londres hay comentarios desagradables y en Nueva York es peor»

Se ve que no para de crear polémica.
Hablé con el chico luego, compró incluso un ejemplar de mi libro… Él estuvo siete veces en la cárcel en Siria. Pero decirme que me pagaban los servicios secretos sirios era completamente fuera de lugar, se lo dije. Él ha sufrido mucho con el régimen y ahora no quiere que se diga nada bueno o razonable de Asad. Pero yo no soy prisionero, ni agente de los servicios secretos, yo digo lo que pienso.

Estará usted acostumbrado de que le acusan de estar vendido a un bando u otro.
Sí, pero siempre me defiendo y les cambio sus putas ideas. Ya no ocurre tanto como antes. Me solían pasar esas cosas con los defensores de Israel. Ahora ya no ocurre casi nunca.

Se leían ataques furibundos, sí.
Depende de dónde estés. Lo divertido es que cuando voy a Israel puedo hablar de lo que quiero. En Londres, el lobby israelí a veces hace comentarios desagradables. En Nueva York es muchísimo peor. ¡En Australia me llegan a llamar terrorista! Le pregunté a un amigo judío de California por qué era así y me dijo: cuánto más lejos vivan de Israel, mayor es su mala conciencia de no haber ido a vivir allí.

En Israel, hasta ahora, hay bastante libertad de expresión.
Si lees los periodistas israelíes ―Amira Hass, Gideon Levy…― verás que son mejores que cualquier periodista norteamericano.

Amira Hass no podría publicar en Estados Unidos, me temo.
Por supuesto que no. Yo la veo mucho cuando nos invitan a charlas en Europa…

«Lo que hay ahora en Siria es una insurgencia armada, una guerra sectaria»

¿Qué ocurre en Siria? Según usted, la cifra de más de mil soldados sirios muertos es bastante verosímil. ¿Quién los ha matado?
Mil ciento cincuenta soldados. Los ha matado la insurgencia. Hay ahora una insurgencia armada en Siria.

Todos los refugiados sirios que entrevisté en la frontera turca en junio me dijeron que a estos soldados los matan las propias fuerzas del régimen cuando se niegan a obedecer órdenes.
Esto no es verdad. No. Yo hablé con las familias de estos soldados, fui a los funerales. Hablé con muchos amigos sirios que han perdido a familiares en el ejército. Saben qué ocurrió y cuándo. Lo que hay es una guerra sectaria.

Los familiares no están ahí cuando matan a los soldados.
Tuve libertad para hablar con oficiales sirios, incluido generales, en ese funeral. Me dieron sus nombres. Me hablaban de emboscadas concretas. Otros lo corroboraban. Llevo en esto 35 años, cuando hablo con un soldado sé si me está mintiendo o no. La idea de que ejecutan a sus propios soldados y luego les dan un funeral militar es algo totalmente contrario al partido Baaz, es completamente inverosímil que los sirios hagan algo así. Estoy seguro de que algunos soldados han sido ejecutados por otros soldados. Pero normalmente en tiroteos. Porque a los del Ejército Sirio Libre les disparan cuando los ven. Pero yo no pienso que la mayor parte de esa insurgencia sean soldados.

Entonces, ¿quiénes son?
Un soldado me dijo: desafortunadamente son sirios. Alguien me dijo que sobre todo están en el área de Idlib, allí todo el mundo tiene un kalashnikov como sabrás, yo lo sé, conozco Idlib.

Los refugiados de Yisr Shughur me dijeron que no tenían fusiles porque la ley prohíbe poseer armas de fuego. 
No: en Idlib todo el mundo tiene un fusil, créeme. Algunos dicen que hay tribus que hacen contrabando de drogas para Arabia Saudí y que se han traído a esa gente. El negocio del contrabando con Líbano, Turquía, Iraq, etcétera, es una parte muy destacada de la economía siria. Y todos van armados. Las armas vienen de Líbano. Los sirios lo dicen, y el ejército libanés encontró un par de cargamentos.

Pero, ¿quiénes son, si no son los desertores?
Yo también quisiera saber quiénes son. No lo tengo claro todavía. Pero la historia de que todos fueron ejecutados por el propio ejército por negarse a disparar, eso es una gilipollez. Habrá uno o dos. ¡Tienen hermanos! y también están en el ejército. En la mayoría de las unidades sirias, los hermanos están juntos porque vienen de la misma región. Tienen padres que también están en el ejército. Y ahora alguien va y cuenta que como se niegan a disparar, los matan. Los hermanos. Es una buena historia para un periódico y yo me la creí en un momento dado. Pero ya no.

«Buthaina, la asesora de Asad, no se atreve a viajar a Homs porque es demasiado peligroso»

Dicen que los que les disparan son los ‘shabbiha’, la milicia mafiosa al servicio del régimen, no gente de su propia unidad. 
Ya, pero eso es como en Stalingrado: mandas a los rusos al frente y si se dan la vuelta, los dispara la KGB. Eso sí que ocurrió. Pero esto no es Stalingrado.

Y si es una insurgencia ¿qué zonas domina?
La gente que vi en Damasco viajan a Alepo en avión porque la carretera es demasiado peligrosa. Les disparan. Fui a ver a Buthaina Shaaban, la asesora personal de Asad, era el segundo aniversario de la muerte de su madre, no se atrevió a irse a Homs a visitar la tumba porque era demasiado peligroso. Al oficial del funeral le pregunté: ¿Por qué no lleva usted uniforme? Y me dijo: Es más fácil venir desde Deraa sin uniforme. Porque le dispararían. Era un comandante.

En Deraa empezó todo…
Los ‘shabbiha’ han torturado a mucha gente; los servicios secretos los han apaleado hasta hacerlos papilla. Y en Deraa torturaron a dos niños hasta la muerte por unos grafitti. Lo admiten, por cierto. Si preguntas a las autoridades te dicen: sí, hemos cometido muchos muchos errores.Yo diría que es algo más que un error: torturar a alguien hasta la muerte es algo muy gordo. Al principio utilizaban las medidas habituales para suprimir las protestas: disparar, matar, apalear, torturar, encarcelar. Creo que empezó en Deraa ―aunque no estoy seguro: no estuve― cuando mataron a alguien de una familia, pudo ser una mujer, y alguien de esa familia empezó a disparar al ejército. Una venganza, acciones individuales de familias que defendían su honor y vengaban la muerte de sus seres queridos.

Pero ahora ya no es algo individual.
Es que ahora la mentira original del gobierno se ha vuelto real. Existe una insurgencia. Y la pregunta que hay que hacer es: ¿Quién suministra las armas? ¿Quién suministra el dinero? ¿Quién está detrás? No la oposición siria, nos los médicos de clase media que almuerzan en Estambul, perdone: no. ¿Es el ejército turco? Turquía intenta ayudar al Ejército Sirio Libre, pero el Ejército Sirio Libre, ¿qué es?

«En la zona alawí de Trípoli tienen carteles de Asad con Jesucristo y la Virgen María»

Desertores, supuestamente… Sus comunicados son algo erráticos. 
The Guardian dijo hace dos días que eran 60.000. ¡Sesenta mil! Pues no. ¿Les ayudan los turcos? Sospecho que sí. ¿Los libaneses? Algunos. Seguro que están mandando armas. Los oficiales del ejército libanés lo sabrán muy bien: paran los camiones con armas porque no quieren tener un problema con los sirios, porque luego se expande a Líbano.

¿Hasta ahora no ha llegado?
Estuve en Yebel Masad hace poco, en Trípoli: es zona alawi, y tienen un cartel de Asad con Jesucristo y la Virgen María, raro ¿verdad? Los suníes en Trípoli van a Siria todo el rato, tienen familia allí y dicen que hay una insurgencia armada. Les pregunto: ¿Quiénes son? Y me dicen: Es el pueblo. Les digo: Con eso no me basta.

¿Toda la información que nos llega es falseada?
En Tel Halaq me contaron torturas muy concretas, de hombres a los que los shabiha y los mujabarat les queman las barbas o les arrancan las uñas, y creo que sí era cierto. Los videos de youtube son reales. No todos, algos tienen errores: dicen que esto pasó en Deraa… Pero claramente tiene lugar en Homs; puedo comprobarlo porque reconozco las calles. Eso no quiere decir que no ocurriera. Pero así están expandiendo la revolución mucho más lejos de lo que llega. Pregúntame quiénes son y no puedo decirlo: no lo sé. Ni creo que los refugiados de los pueblos lo sepan. Pero hay una insurgencia.

¿No hay manera de comprobarlo?
Los propios sirios son sus peores enemigos al mantener la prensa fuera del país. Es lo más estúpido que han hecho nunca. Se lo dije en televisión: es absolutamente ridículo. Yo pude entrar en Hama, en 1982. Ahora no he podido ir a Homs. Estuve bastante rato en Damasco y hablé con amigos, algunos opositores al régimen, otros del régimen. Antes de una gran manifestación a favor de Asad, yo daba vueltas por Damasco, porque quería ver si a la gente se le obligaba a acudir a la manifestación. No les obligaban. En la televisión siria dije: a Bashar Asad se le está acabando el tiempo. Rápidamente. Trato a las autoridades sirias con el mismo cinismo y la misma suspicacia como he hecho siempre.

¿Qué opina de la historia de que hay fuerzas iraníes ayudando en la represión?
Totalmente falso. He hablado con gente de Hizbulá y me fío de ellos, los conozco desde hace veinte años. Ellos también han escuchado estas historias, han hecho su propia investigación y dicen que no es cierto. Ahora bien: ¿Hay gente de Hizbulá en Siria? Claro que sí: van a Irán para entrenarse con armas y al volver pasan por Damasco, ―visten uniforme cuando llegan al aeropuerto de Beirut― y cruzan la frontera en Alepo.

Se hablaba de libaneses también, pero esencialmente las historias se referían a gente que no habla árabe y que se supone que son iraníes.
Dos amigos de Damasco me han dicho que creen algunos de los ‘shabbiha’ son kurdos que están del lado del gobierno. Van a Deraa y nadie entiende qué hablan. Algunos podrían darse cuenta de que es kurdo, pero un chico de pueblo no lo sabría; cuando la noticia llega a Damasco son iraníes.

«Los iraníes me han dicho que no se están involucrando en Siria de ninguna manera militar»

¿Irán no apoya tanto a Asad, pues?
Fui a Irán hace tres meses. Hablé con los guardias de la revolución, con gente que conozco que tienen que ver con los servicios secretos. Y me dijeron categóricamente: no nos estamos involucrando en Siria de ninguna manera militar. Sí, aún mandan armas a Hizbulá, si pueden, pero tienen un problema porque los aviones vuelan desde Irán por encima de Diyarbakir a Alepo, con piezas de maquinaria, es decir fusiles. La Fuerza Aérea turca los hace aterrizar y tienen dificultades.

¿Quien respalda a Siria, pues?
Las armas de Siria se las envía Rusia. ¿Por qué? Porque Rusia quiere mantener sú unica base naval que sobrevive en el Mediterráneo: Tartus. Así de sencillo. Estuve en Moscú y los corresponsales militares me dijeron: es por Tartus. A los rusos no les interesan especialmente los sirios. No más que los egipcios o los libios. Todavía hay mucho en común entre la Unión Soviética y Rusia, siento tener que decirlo.

¿Qué futuro le ve al conflicto?
Bashar Asad no es tan vulnerable como pensamos. Lees el Wall Street Journal y parece que ya no está. El tipo de la oposición con el que almorcé hoy [en Estambul] me dijo: entre seis meses y un año. Eso suena mucho más realista. Personalmente no tengo dudas de que los americanos aún quieren mantener a Asad de alguna manera. Porque así mantienen a los cristianos, a los alawíes, y evitan una guerra sectaria. Eso si los americanos no quieren una guerra sectaria.

«Hillary Clinton no es completamente idiota. Quiero decir, es idiota, pero aquí había un guión»

¿Qué quieren?
Observé una rueda de prensa de Hillary Clinton. Odio a Clinton, pero sigo sus ruedas de prensa. Y la frase era: que Asad se aparte [step aside]. Podríamos decir que es lo mismo que dimitir [step down], pero cuando ella dijo accidentalmente “que dimita” se corrigió inmediatamente. Y ella no es completamente idiota. Quiero decir, es idiota, pero aquí había un guión. América no quiere exactamente que Asad se vaya. Quieren un gobierno amigable, simpático, no quieren que Asad sea el presidente, pero creen que sin su presencia habrá todo tipo de problemas.

¿Y qué quiere Israel?
Yo creo que por varios motivos, a los israelíes les gustaría mantener a Bashar. Mejor el enemigo que conoces que el que no conoces. Lo que viene después, Al Qaeda, ya sabes…. El único país que se cree todo lo que se dice sobre Al Qaeda es Israel. Los israelíes se han perdido completamente con esta historia. El enfoque desde Israel siempre ha sido: al final negociaremos con los Asad, sea Hafez o Bashar. Al igual que intentaron mantener a Mubarak. Llamaron por teléfono al rey Abdulá [de Jordania, reunido en] Arabia Saudí para decirle que salvara a Mubarak. No soy muy fan del rey Abdulá, pero la entrevista en la BBC la hizo bastante bien. Era su manera de pedirle, supuestamente, a Bashar Asad que se fuera, aunque no exactamente. Dijo: si yo fuera Asad me iría. Lo que en el mundo árabe no es lo mismo. Y Estados Unidos hará todo lo que quiera Israel porque las políticas estadounidenses en Oriente Medio son las mismas que las políticas israelíes.

¿Todavía?
Más y más que nunca. Los turcos las han revuelto un poco, sí [risas]. Israel no desea especialmente una revolución en Siria. Con Egipto ya tienen bastante por ahora… Los americanos sufren de la misma obsesión que los israelíes porque les creen a los israelíes: que veremos esa impactante llegada al poder de los islamistas Hermanos Musulmanes y todo eso. Me gustaría saber qué dicen los americanos de Turquía, dado que los turcos querían que los Hermanos Musulmanes volvieran a Siria. Los americanos reflejarán los intereses de Israel, eso es parte de su papel en la vida, desafortunadamente. Qatar es el gran enemigo de Asad, no Turquía.

¿Por qué Qatar?
Porque forma parte de la Liga Árabe. Los únicos aviones árabes que sobrevolaban Libia eran qataríes. Qatar empujó a la Liga Árabe a dar su visto bueno a la zona de exclusión aérea. Ahora exige enviar 500 observadores a Siria. Es Qatar peleándose con Asad. Y es Qatar a quien hablan los americanos. Qatar es ahora como el Imperio Británico: un lugar minúsculo que controla todo el mundo árabe…

¿A través de la cadena de noticias Al Jazeera?
Claro, eso es parte del proyecto de política exterior de Qatar. Al Jazeera juega con mucha suavidad en el caso de Bahréin, lo que es un escándalo aparte. Y Qatar se arriesga a perder mucho dinero en Siria: tienen residencias de verano y palacios en las montañas. Qatar habla constantemente con Turquía. Qatar es el nuevo dueño del Golfo Pérsico, no Arabia Saudí. Qatar, y el miedo de Arabia Saudí…

«Qatar es ahora como el Imperio Británico: un lugar minúsculo que controla todo el mundo árabe»

¿Qatar le da miedo a Arabia Saudí?
Qatar le tiene miedo a Arabia Saudí. Quien le da miedo a Arabia Saudí es Bahréin. Los chiíes de Bahréin le dan miedo. Todo eso de las conspiraciones iraníes son estupideces.

¿Y quién está detrás de la revolución egipcia de Tahrir? Primero se dijo que era Irán…
Desde luego no era Irán. Irán es chií y no tiene interés en ayudar a los suníes llegar al poder.

…luego que Estados Unidos ayudaba a los blogueros egipcios…
Estás empezando a hablar como un árabe, buscando conspiraciones.

No es que yo las busque: hay muchas teorías sobre apoyos foráneos.
¿Quién está detrás de la Revolución Egipcia? Yo creo que es cosa de sindicatos. Cosa de la frustración. Educación, energía, jóvenes que crecen y se cansan de esos tipos, Hosni, Gamal [Mubarak]… y dicen: no es su propiedad personal. Recordemos Mahala y los sindicatos [Fisk habló en su conferencia sobre las huelgas de los obreros textiles en 2008 en esta ciudad del delta del Nilo]. Jugaron un papel importante en lo de Egipto.

En Libia sí hubo intereses extranjeros, en cambio.
Desde luego. A Gadafi le mataron dos días después de que la señora Clinton hablara de matarle… Se llega a un punto donde ya no se puede hablar de casualidades.

Hay un documental de TV británico…
No veo la televisión británica.

«¿Crees en los Reyes Magos? ¿Hay hadas en tu jardín? ¿Ordenó George Bush el 11-S? ¡No!»

Un documental de la productora británica Frontline News asegura que Otpor, el movimiento que derrocó a Milosevic, entrenó a los egipcios.
A ver. Estuve en Belgrado y me interesé por la historia. Los serbios dominan mejor la tecnología que los egipcios, claro. Y unos cuantos egipcios invitaron a serbios a Egipto para que les enseñaran como usar Facebook y eso. Es verdad que, si miras el derrocamiento de Milosevic y las masas que marcharon hacia el edificio del Parlamento, hay ciertos paralelismos, pero nada comparable a Egipto. Y los serbios no hablan árabe, hablan inglés para comunicarse con los egipcios. Esto es el contexto de Otpor.

¿Por qué precisamente Serbia?
Siempre hubo una conexión entre los Balcanes y Oriente Medio. En un momento dado, la Falange libanesa cristiana vendió todas sus armas a las milicias croatas, porque la guerra [libanesa] ya había terminado. Afortunadamente, el buque lo paró la marina serbia ―la yugoslava― y todas las armas las metieron en un almacén en Serbia y luego le mandaron una factura a la Falange por el alquiler del almacén [risas]. Esto es una auténtica historia balcánica croata-libanesa. Es perfecta. La confirmaron los serbios y me la confirmó la Falange. Todas estas conexiones existen, desde luego. Pero hay ciertas historias que llegan demasiado lejos. ¿Crees en los Reyes Magos? ¿Hay hadas en tu jardín? ¿Ordenó George Bush el 11-S? ¡No!

¿Cada revolución hay que analizarla aparte, pues?
Lo que me maravilla es que en una parte del mundo donde siempre dicen ‘Arab Wahda’, unidad de la nación árabe, han mantenido las revoluciones nítidamente dentro de nuestras fronteras coloniales. Los tunecinos no fueron a ayudar a los rebeldes libios. Los egipcios tampoco. Los libaneses no corren a ayudar a los suníes de Siria. Se mantienen dentro de las fronteras que nosotros [europeos] diseñamos. No dicen: al diablo las fronteras coloniales de Sykes-Picot, ahora somos todos un pueblo. Me sorprende. Porque hace cien años lo habrían hecho.

Las fronteras se han solidificado, pues.
Es curioso: cuando dibujas una frontera sigue ahí siempre, incluso si ya nadie cree en ella. Es como los puestos de control en la guerra: cuando un bando abandona un control, otro lo ocupará, pero nunca desaparece. El ejército libanés aún mantiene puestos que montaron los milicianos cuando yo llegué allí, en 1976, exactamente en el mismo lugar. Un puesto de control jamás se entrega.

¿Cuándo tendremos un resultado claro de las revoluciones?
Un periodista árabe dijo hace poco: Las revoluciones no son perfectas. Eso sí es verdad. Todos amamos la Revolución Francesa y nos dio a Robespierre. Mucha gente ama la Revolución Rusa y nos dieron a Stalin. Así que mejor espera sentado. Probablemente la mayoría de nosotros hayamos muerto de viejo antes de que esto termine. Dicen que estamos a medio camino. Anda ya, perdone. Aún no han pasado ni los primeros cincuenta años. La edad de los Estados que existen desde los años cincuenta hasta hoy es de 60 años. ¿Realmente alguien se cree que ahora viene el cambio, ya está, ahora hay democracia? Olvídalo.

«Yo creo que a Hariri lo mataron los sirios. Los servicios secretos del partido Baath»

Usted dijo que el despertar árabe empezó en Líbano en 2005. Efectivamente, ese año se vivía una sensación de unidad nacional en Beirut.
Es bastante natural que la primera gran protesta tuviera lugar en el país árabe con más libertad. Empezó con una gran manifestación después de la muerte de Hariri. Yo estuve allí. [Émile] Lahoud, el presidente, el hombre de paja sirio, ordenó al ejército frenar las manifestaciones. El comandante del ejército en Beirut era un amigo mío personal. Me lo dijo antes: Me han ordenado pararlo. Le pregunté: ¿Qué harás? Y me dijo: Ven y míralo. Los soldados llevan el fusil en bandolera, con el cañón hacia arriba y la culata hacia abajo ¿cierto? Pues les ordenó a todos llevarlo al revés: culata arriba y el cañón apuntando hacia abajo. El mensaje era claro: No disparamos sobre nuestro propio pueblo. Egipto. Luego les dijo: Si la muchedumbre se hace muy grande, dejadla pasar. La idea era: Lo siento, señor, eran demasiados. Había mucha gente, no pudimos con ellos. Por eso la manifestación tuvo éxito.

Por cierto, ¿quién mató a Hariri?
Yo creo que lo mataron los sirios. Los servicios secretos del partido Baath. Olvídate de Hizbulá. Pero ¿qué hace Naciones Unidas? Encarcela a cuatro hombres que tal vez fueran responsables, luego los libera sin pruebas, luego le creen a un testigo falso, luego difunden los nombres de cuatro dirigentes de Hizbulá, por lo que Estados Unidos está muy agradecido, pero sin ninguna prueba material. ¡Perdone!

Hay cosas que llevan años sin aclararse.
Mire: yo creo que Irán ordenó [el atentado del avión derribado sobre] Lockerbie [en diciembre de 1988]. Porque el [portaaviones estadounidense] ‘Vincennes’ había derribado el avión de pasajeros iraní [Iran Air 655 en julio de 1988]. Todas las declaraciones iraníes después dejaron claro que iba a haber venganza. Estaba bastante seguro de que iba a ser la PFLP-GC: son los que saben hacer bombas…

«Pienso que los iraníes ordenaron el atentado de Lockerbie a través de sus aliados sirio-palestinos»

¿PFLP-GC?
Frente Popular para la Liberación de Palestina – Comando General. Trabajaban para los sirios. Yo creo que hicieron lo de Lockerbie. Poco después de Lockerbie, todos los periodistas occidentales abandonaron Líbano, excepto yo y un boliviano, Juan Carlos Gumucio [luego, charlando sin grabadora, Fisk vuelve a subrayar la gran amistad que le unió con Gumucio, cuyo obituarió escribió para el Independent]. Los de la PFLP-GC ofrecieron una rueda de prensa para decir: “¡Nosotros no hicimos lo de Lockerbie! Intentan acusarnos.” Yo estuve y dije: Es la primera vez que oigo algo así. ¿Quién os acusa? Creo que temían que se corriera la voz y preferían montar su historia primero. Eso los hizo aparecer culpables.

La justicia escocesa condenó a un alto cargo libio, Abdelbaset Megrahi.
Yo pienso que los iraníes ordenaron Lockerbie a través de sus aliados sirio-palestinos. Los sirios tal vez lo supieran, tal vez no. No pienses que Bashar Asad lo ordenara. Seymour Hersh estaba con Asad cuando escucharon las noticias. Estaba absolutamente chocado. Los servicios secretos alemanes trabajaron bastante con Lockerbie y yo tengo todos los interrogatorios que realizaron con miembros de la comunidad chií en Alemania. Había un joven del Valle de Bekaa [libanés] que estaba a bordo del avión y murió. Hablé con sus padres. Lo llevó al avión alguien que se ocupaba de él y ése tenía una maleta que puso en el ‘check-in’, en su lugar. El joven no sabía lo que estaba dentro, nunca la abrió. Ésta era la maleta.

Suena más fácil de demostrar que lo de Hariri. 
Nadie ha resuelto jamás el asesinato de un líder político en Líbano. Jamás. Mi chófer, que es suní, tenía consigo en el coche una ‘haqiqa’: “La verdad” [sobre el asesinato de Hariri, una chapa]. Hace dos años la quitó. Le dije: No se averiguará nunca, tendrías que haberla quitado de inmediato [risas]. Solían tener un gran reloj en Líbano: tantos días sin resolver… Ya no lo tienen.

Es extraño que un asesinato de este calibre, con tantos muertos, no deje pistas.
Tardé mucho en entender los asesinatos en Líbano. Preparar los asesinatos de un presidente, un primer ministro, tarda meses. Dinero. Traiciones. Gente en la que confías o no confías. Y más dinero. Y aún más dinero. Cuando hicieron saltar por los aires al presidente René Moawad [en 1989] ―probablemente fueron los sirios― yo fui al lugar y el oficial de los servicios secretos libaneses que estaba investigando el asesinato ―y que más tarde se convirtió en agente de servicios secretos para Rafik Hariri, por cierto [risas]― estaba allí y yo le pregunté: Mohamed ¿quién lo mató? y él hizo eso: [traza un amplio gesto]: Lo mató Líbano.

En otras palabras, ser político en Líbano es una forma de suicidio…
Mi mujer me dijo una vez: Sólo hay un motivo por el que yo podría abandonarte, y es que me dijeras que quieres ser presidente de Líbano, porque entonces sí que estarías loco perdido [risas]. Una vez coincidí en un vuelo a Qatar con Selim Hoss, mil veces ex primer ministro, tiene ochenta años, me dijo que le costaba un poco subir las escaleras del avión, pero que estaba bien. Dije que es extraño que los políticos libaneses siempre llegan a los noventa años y me respondió: excepto si los asesinan.

«Es imposible abandonar el sectarismo en Líbano, porque su identidad es sectaria»

Extraño país…
El problema de debatir Líbano es que o bien dices lo que pasó la semana pasada o el mes pasado o el año pasado, o vuelves hasta el mandato francés. Líbano es como un bello Rolls Royce: pantalla plana, tele en color, bar de cócteles, asientos de cuero y ruedas cuadradas. No funciona, ¡coño!

¿Ni modo?
Lo llevo diciendo desde hace cinco años y créeme, es verdad. El problema de Líbano es que los franceses lo crearon adrede como un Estado sectario ―como creamos Chipre e Irlanda del Norte― donde todos se quieren mucho mutuamente, porque si no, se odiarían. Se quieren de forma desesperada. Por eso nadie en Líbano te pregunta: ¿Cuál es tu religión? Te preguntan: ¿De dónde eres? Y en el momento en que uno dice: de Yebel, es druso. Me sé cada pueblo: chiíes, cristianos…

¿Eso frena la vida?
Para ser un Estado moderno hay que abandonar el confesionalismo. Hay que promover a la gente según sus capacidades, no que el presidente tenga que ser cristiano maronita, el primer ministro suní…. Pero es imposible abandonar el sectarismo en Líbano, porque su identidad es sectaria. Líbano deja de existir. Porque vive y respira confesionalismo, es como funciona.

¿Existe el peligro de que Hizbulá imponga algún tipo de gobierno islamista?
Absolutamente ningún peligro. No tienen la más mínima intención de hacerlo. ¿Para qué? Con todos esos cristianos, todos esos suníes, todos esos drusos. Los chiíes son la mayor comunidad del país, pero no son la mayoría. Hizbulá nunca ha mostrado ningún interés en tener una república islámica.

«Hay una cosa que sabemos de Oriente Medio: que nunca sabes»

Podrían imponerlo en sus feudos…
Bueno, si vas a Sidón, que es una ciudad suní, no puedes comprar alcohol. En Tiro sí, pero sólo en los barrios cristianos. Incluso algunos restaurantes en Beirut Oeste no mantienen alcohol en los escaparates durante el ramadán. Es una señal de respeto hacia su clientela musulmana, pero te lo sirven si quieres. En los suburbios del sur no puedes comprar nada de alcohol: es territorio de Hizbulá. Dominan el aeropuerto, pero en el aeropuerto sí hay alcohol. Eso es distinto… En Trípoli y Sidón, ahora cada vez más, el fin de semana cae en viernes. En Beirut es sábado y domingo. Claro, los bancos abren, y los servicios públicos también, pero muchas tiendas cierran los viernes. Sale de la gente.

¿Por qué se vuelven cada vez más religiosos?
Porque han llegado a sentir que son musulmanes antes que libaneses. Hablo de los suníes, no de Hizbulá. La asistencia a las mezquitas crece, especialmente entre los suníes. En Trípoli, con su bella mezquita de piedra del siglo XVIII, construyeron ese monstruo masivo de hierro blanco… y ahora la gente va a ver el monstruo. La cultura viene en segundo lugar. El arte viene en segundo lugar.

¿Dónde acabará todo eso?
Hay una cosa que sabemos de Oriente Medio: que nunca sabes. Puedes seguir los discursos y descodificarlos, pero lo que realmente pasa… no creo que siquiera la gente que hace las cosas sepa realmente qué está pasando.