De Hama a Homs, 30 años después

Daniel Iriarte
Daniel Iriarte
· 13 minutos

 

Manifestación en Estambul contra el asedio a Homs (Feb 2012)  |  © Ilya U. Topper
Manifestación en Estambul contra el asedio a Homs (Feb 2012) | © Ilya U. Topper

Tanques, helicópteros, cazabombarderos, y miles de soldados. Esos son los elementos con los que el ejército sirio se lanzó al asalto al barrio de Baba Amro, en Homs, donde en los últimos meses se concentraban importantes contingentes de opositores al régimen.

El miércoles, los combates se situaban todavía en las afueras del barrio, donde los insurgentes del Ejército Sirio Libre trataban de mantener a raya a las tropas regulares, sin que éstas hubiesen penetrado en el interior del barrio. “Baba Amro será limpiado [de insurgentes] en cuestión de horas”, aseguró un oficial sirio a Associated Press.

Hablan de feroces bombardeos de artillería, de helicópteros disparando contra los civiles

A juzgar por los testimonios, se emplearon a fondo. Los activistas hablaban de feroces bombardeos de artillería, de helicópteros disparando contra los civiles, de duros combates calle por calle, casa por casa. En el lado rebelde, la Brigada Faruk del Ejército Sirio Libre, que recientemente cobró notoriedad en la defensa de Homs. Enfrente, la temida Cuarta División Acorazada de Maher Asad, el hermano del presidente sirio, que en los últimos meses se ha destacado en la represión de las protestas por todo el país.

Esta unidad de elite despierta el pánico entre los opositores por su reputación: desde el inicio de las protestas, ha estado al cargo de la represión en los “puntos calientes”, como Deraa o Yisr Shugur. Un terror en el que se recrean sus combatientes, que han pintado en sus blindados el lema “Monstruos de la Cuarta División”, según los testigos de Homs.

El ‘carnicero de Deraa’

El régimen utiliza a esta unidad porque la sabe leal. Maher Asad se ganó el apelativo de “Carnicero de Deraa”, cuando sus tropas masacraron sin piedad a los manifestantes —por entonces totalmente desarmados— en aquella localidad. Pero no es el único acto de barbarie que se le atribuye. Los mentideros políticos aseguran que en 1999 le pegó un tiro a su cuñado, general del ejército, durante una discusión personal. Se cree que fue quien convenció a su hermano de terminar con la breve apertura política del año 2000.

En 2008, tras una matanza de disidentes en una prisión, se le grabó tomando fotos de los cadáveres descuartizados con su teléfono móvil. Y recientemente ha circulado un video en que aparece un hombre enfundado en una chaqueta de cuero, disparando su escopeta contra un grupo de manifestantes en un suburbio de Damasco, que muchos creen que es Maher en persona. Debido a su destacada responsabilidad en la violencia contra los opositores, fue la primera figura del régimen en ser marcada por las sanciones de la Unión Europea el pasado mayo.

Hace 30 años, las tropas de Rifaat Asad aplastaron una rebelión islamista en Hama

Ante el temor a las deserciones en el seno del ejército regular —que ya alcanzan las cuarenta mil, según diplomáticos turcos—, Bashar Asad sabe que puede confiar en la firme actuación de su hermano. Mientras Bashar gobierna, Maher mata. Y todo ello tiene un extraño carácter de “déjà vu”, de historia que se repite a sí misma.

Porque hace exactamente treinta años, tropas comandadas por el hermano del presidente sirio —en aquel entonces, Hafiz Asad, el padre— también asediaban otra ciudad que se había levantado en armas contra el régimen. La artillería y los tanques de Rifaat Asad, el tío de Bashar y Maher, todavía castigaban sin piedad la localidad de Hama, donde los Hermanos Musulmanes habían organizado una rebelión armada y ejecutado a las autoridades civiles y militares y a sus familiares.

Cuando el 29 de febrero de 1982 comenzó a disiparse la humareda de los combates, emergieron los escombros de una ciudad arrasada hasta los cimientos. Entre las piedras, miles de cadáveres (entre cinco y diez mil, según el historiador británico Patrick Seale, autor de una reputada biografía de Hafiz Asad).

Centenares de islamistas se exiliaron por todo el mundo, incluyendo España. A los pocos días, el régimen invitó a decenas de periodistas a observar la devastación, de la que Rifaat se mostraba orgulloso. Se trataba de lanzar un mensaje al mundo, lo que el entonces corresponsal del New York Times en Beirut, Thomas Friedman, denominó “las reglas de Hama”: la necesidad de los gobernantes de Oriente Medio de ser despiadados para mantenerse en el poder. Una lección que parece muy bien aprendida por los Asad. Aunque Rifaat vive hoy en el exilio en Francia…

Hoy, la rebelión —y su consiguiente represión— afecta a casi una decena de grandes localidades, incluyendo el propio distrito de Hama, donde ayer al menos veinte personas murieron por los bombardeos del ejército gubernamental. Pero es Homs, donde en las últimas semanas los muertos se han contado diariamente por decenas, la que más recuerda al pasado.

Durante dos días, la batalla de Baba Amro ha mantenido en tensión a los opositores. Los rebeldes hicieron un llamamiento a todos los sirios para que acudan a defender este y otros barrios de Homs. “Rezad por el Ejército Sirio Libre. No ahorréis plegarias por ellos”, pidieron en un comunicado, en el que solicitaban también voluntarios para la lucha.

“El ejército está usando todas sus armas, y estamos realmente asustados, porque podemos decir con seguridad que estas áreas van a ser el objetivo de fuertes bombardeos”, aseguró Hadi Abdullah, un activista de Homs, a la cadena Al Jazeera. La localidad, la tercera de Siria, tiene una población de un millón de personas, que ahora se encuentran retenidas por los combates.

«Sabemos que estas áreas van a ser fuertemente bombardeadas», asegura el activista Hadi Abdullah

“No se mueve ni un coche en toda la ciudad, a menos que sea un vehículo militar”, explicaba a M’Sur un insurgente llamado Abu Sharif, en conversación telefónica desde Homs, el miércoles. “Están intentando aplicar guerra psicológica, diciendo que nos van a conquistar, pero han fracasado. No han logrado avanzar ni un metro dentro de Baba Amro”.

Los combatientes grabaron varios videos para demostrar que la zona continuaba bajo su control. “Han tirado un montón de proyectiles. El resto de barrios están siendo castigados al mismo nivel que los días anteriores, están en la misma situación”, nos dijo Sharif. Pero la peor parte, aseguró, se la lleva Baba Amro: “Es como Dresden tras la Segunda Guerra Mundial, está totalmente destruido”.

Se calcula que unas cuatro mil personas permanecen atrapadas en este distrito, sin agua ni electricidad, y donde la obtención de comida está empezando a convertirse en un verdadero problema. Los opositores habían organizado redes de abastecimiento desde localidades vecinas, e incluso desde Líbano.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha indicado también que la electricidad ha sido cortada en los barrios de Bayadah y Jaldiyeh, también en manos rebeldes, en lo que se teme sea la antesala de otra ofensiva terrestre por parte del régimen para recuperar el control de dichas áreas.

“Hemos interceptado una conversación entre un general de división, que pensamos que puede ser Maher Asad, y un subordinado, que le dice que han tirado cinco veces más bombas que en la guerra de octubre [la del Yom Kippur de 1973, contra Israel], pero no han logrado hacerse con el control del barrio”, asegura Abu Sharif en plan triunfalista, el miércoles por la noche. “Es imposible que nos saquen de aquí, a menos que usen armas químicas”, aseguró.

La caída de Baba Amro

Pero finalmente, el jueves, tras veintisiete días de bombardeos y combates, Baba Amro cayó. Lo hizo por la tarde, cuando los insurgentes del Ejército Sirio Libre se admitieron incapaces de seguir resistiendo. Por unas horas, pareció que la nieve podía retrasar el avance de las tropas leales a Assad, pero, conforme pasaron las horas, la abrumadora superioridad militar de éstas terminó imponiéndose.

«La lucha contra Asad continuará hasta su derrocamiento», afirma el coronel Riad Asaad

“Ha habido una retirada táctica. El Ejército Sirio Libre ha dejado Baba Amro debido a las brutales acciones del régimen contra los civiles”, aseguró el comandante insurgente, el coronel Riad Asaad, desde su base en el sureste de Turquía. “Pero la lucha contra Asad continuará hasta su derrocamiento”, añadió.

De acuerdo con los testigos, apenas unos pocos combatientes permanecían anoche en el barrio para cubrir la retirada de sus compañeros. Mientras tanto, en un paisaje nevado, las tropas regulares penetraron en el distrito desde todas las direcciones, liquidando a los escasos rebeldes con los que se iban encontrando.

“Hemos limpiado la zona de grupos armados. Los soldados han revisado cada calle, túnel y casa, buscando armas y a los hombres armados. Todavía queda un poco de trabajo por hacer, pero puedo asegurar que Homs ha vuelto a ser territorio seguro”, aseguró un funcionario de la seguridad siria a la agencia EFE.

“Advertimos al régimen de que se abstenga de toda represalia contra la población civil, y le hacemos plenamente responsable de su seguridad”, dijo el Ejército Sirio Libre en un comunicado tras la retirada. De hecho, muchos opositores sirios temen la posibilidad de una masacre entre unos civiles que durante estos meses han cooperado abiertamente con los rebeldes.

“Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional y a los países árabes e islámicos a intervenir inmediatamente para prevenir una eventual masacre en las próximas horas contra decenas de miles de niños, mujeres y ancianos”, pidió el Consejo Nacional Sirio en un comunicado emitido tras conocerse la noticia de la caída de Baba Amro.

La Liga Árabe se desvincula del apoyo militar a los rebeldes, que ofrecen Qatar o Kuwait

Mientras tanto, la Liga Árabe indicó su desvinculación como organismo de cualquier intento de armar a los rebeldes, una postura que han defendido los gobiernos de Qatar, Arabia Saudí y Kuwait, cuyo Parlamento votó ayer a favor de apoyar a la insurgencia y pidió a su gobierno que corte relaciones con Siria. Pero otros países de la Liga, como Iraq, Líbano, Egipto o Argelia, se han mostrado en desacuerdo con esta iniciativa. «Soy contrario al uso de la violencia, y la Liga Árabe no tiene relación con el envío de armas», declaró ayer el secretario general del organismo, Nabil Arabi.

De hecho, las especulaciones acerca del suministro de armas a los rebeldes se dispararon el jueves después de que un supuesto oficial del Ejército Sirio Libre afirmase ante la prensa internacional haber recibido asistencia militar de Estados Unidos y Francia, incluyendo misiles antiaéreos.

“Con todo eso, venceremos a Bashar. Tres cuartas partes de las armas de Asad [que los rebeldes utilizan] no funcionan, y si Dios quiere, en diez días oiréis las buenas noticias sobre el Ejército Sirio Libre”, aseguró el militar en un vídeo. “Desde ayer, el ELS ha empezado a derribar aviones. Ayer derribó tres”, afirmó.

Dicha información no ha podido ser comprobada de forma independiente, pero algunos analistas han interpretado esas declaraciones como un intento de elevar la moral de unos combatientes que, en esos momentos, todavía resistían, cada vez con menos esperanza, en Baba Amro. Horas más tarde, la batalla había concluido.

Rescate de periodistas

Edith Bouvier (Estambul, Dic 2011)  |  © Ilya U. Topper
Edith Bouvier (Estambul, Dic 2011) | © Ilya U. Topper

“Tengo buenas noticias. El periodista español está fuera”. Al teléfono, Omar está pletórico. Su organización, la Alta Comisión para la Ayuda a Siria, es la responsable de la evacuación de los reporteros que, desde hace dos semanas permanecían atrapados en Homs. Se trataba de los franceses Edith Bouvier y William Daniels, el británico Paul Conroy, y el español Javier Espinosa, corresponsal del diario El Mundo en Oriente Medio.

Tanto Bouvier como Conroy resultaron heridos en el bombardeo del centro de prensa en el que murieron la reportera estadounidense Marie Colvin y el fotógrafo francés Remi Ochlik. Además, esa misma semana murieron dos jóvenes videoperiodistas sirios que durante meses habian alimentado los canales de televisión extranjeros, Rami Sayed y Anas Tarsha. Otro, Mazhar Tayyara, fotógrafo y videorreportero, había muerto dos semanas antes en el mismo barrio bajo un bombardeo.

“Espinosa está en Líbano, en un lugar seguro, protegido por la Brigada Faruk del Ejército Sirio Libre. Los demás todavía están en movimiento, pues hay unidades del ejército que están intentando atraparlos”, explica Omar, que ejerce de enlace con la prensa extranjera para esta organización, que tiene sus cuarteles en Estambul. Este grupo logró ayer evacuar a Conroy, en una operación en la que un mínimo de tres activistas fueron abatidos por las tropas de Assad.

En un primer momento, se informó de que el total de opositores muertos en la evacuación podían ser hasta trece, un extremo desmentido por Omar. “Hay mucha confusión, la operación todavía está en marcha, así que no estamos en contacto con los activistas sobre el terreno y no tenemos información de última hora. Pero trece son demasiados, seguro”, indica.

Esta semana, en un intento de descargar de responsabilidad al régimen por la muerte de los reporteros, la televisión pública siria calificó a Ochlik y Colvin de “espías”. Se cree que la posición de los periodistas en Homs podría haber sido ubicada rastreando la señal de sus teléfonos por satélite. De acuerdo con algunas informaciones, el gobierno ha hecho circular el rumor de que matará a todo periodista que encuentre en territorio sirio “sin autorización”, lo cual incluye a todos los que trabajan en el bando rebelde.

Tras la salida de Conroy se anunció que también Edith Bouvier había sido rescatada — tiene el fémur izquierdo partido a consecuencia del mismo impacto de misil que mató a Colvin y Ochlik y su transporte era difícil— pero la noticia fue desmentida horas después. Finalmente, a última hora del jueves, los medios volvieron a anunciar la llegada de la joven periodista francesa, una reportera freelance que escribe para Le Figaro, a territorio libanés. Este diario confirmó el viernes su rescate.