Opinión

Hermanos contra Emiratos

Sultan Al-Qassemi
Sultan Al-Qassemi
· 5 minutos

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A principios de 2012, yo era uno de los pocos emiratíes no afiliados a los Hermanos Musulmanes que estaban dispuestos a visitar a la cúpula dirigente de este grupo y celebrar reuniones con la esperanza de escribir una nueva página en las relaciones mutuas tras la revolución egipcia. En una serie de artículos para el diario Egypt Independent, resumí las expectativas que los Emiratos Árabes Unidos tenían respecto a los Hermanos y hasta dónde estaba dispuesto a llegar el país del Golfo para hacer gestos de buena voluntad. Sin embargo, desde que la hermandad llegó al poder en Egipto, unas semanas después, sus miembros han hecho todo lo posible por intimidar a Emiratos usando la retórica y la acción.

Emiratos ha hecho todo lo posible al invitar al presidente egipcio Mohamed Morsi, miembro de los Hermanos Musulmanes, a visitar el país al principio de su mandato. También siguió financiando proyectos como el de la Universidad Al Azhar, a pesar de que las relaciones se iban deteriorando. No obstante, no ha habido ningún gesto de buena voluntad del grupo exterrorista desde que llegó al poder. En lugar de eso, los Hermanos han aumentado los vínculos con el Irán de Mahmud Ahmadineyad, un país que ocupa tierra emiratí, lo que ha causado consternación entre los egipcios de a pie. Mohamed Morsi recibió a Ahmadineyad y visitó Teherán, en lo que ha sido la primera visita oficial de un dirigente egipcio en décadas.

Los líderes de los Hermanos escupen odio hacia Emiratos casi cada semana

Sin embargo, los líderes de los Hermanos escupían odio hacia Emiratos prácticamente cada semana, siendo la peor de todas las amenazas la que proviene del presidente del partido político de los Hermanos, el Partido Libertad y Justicia. A Essam El Erian, que también es presidente del Comité de Relaciones Exteriores en la Asamblea del Pueblo dominada por los Hermanos, se le conoce por su desprecio hacia los egipcios que no pertenezcan a la hermandad. Pero sobresale aún más por su odio absoluto contra Emiratos Árabes Unidos.

El pasado marzo, El Erian se refirió a Emiratos como “la tierra donde viven los demonios”. En lugar de que su administración se responsabilice del desgobierno, acusa a Emiratos de “financiar militantes” en el Sinaí para desestabilizar Egipto. Una vez declaró que “el 80 por ciento de la riqueza robada de Egipto” se halla en un banco nacional de Emiratos.

El 16 de junio, la prensa egipcia informó de que El Erian había dicho al embajador de Emiratos en Egipto, contraviniendo todas las normas diplomáticas, que los emiratíes “serán esclavos de los persas”. Inmediatamente, unos cuantos egipcios me enviaron tweets y comentarios disculpándose por el comportamiento hostil de la cúpula dirigente de los Hermanos. Sin embargo, ellos no son responsables de estas acciones. De hecho, los egipcios que no pertenecen a este grupo, tanto dentro del país como aquí, en Emiratos, son víctimas de los Hermanos.

Emiratos Árabes Unidos se enfrenta ahora a un dilema. Un grupo muy hostil en un Estado de importancia regional que se consideró alguna vez un aliado, está amenazando abiertamente la seguridad del país del Golfo y está trabajando de forma activa para minarla. Como si ya no fuera lo suficientemente grande el problema, este grupo hostil está respaldado, tanto económica como políticamente, nada más y nada menos que por un estado vecino que estuvo una vez muy cerca de unirse a la propia unión emiratí.

Emiratos Árabes Unidos debería considerar romper los vínculos diplomáticos con el gobierno egipcio, o al menos disminuirlos. No existe lógica alguna en mantener estos vínculos con un gobierno que es abiertamente hostil a Emiratos. Además, la invitación emiratí al presidente Morsi debería retirarse públicamente.

La semana pasada, Emiratos cerró filas con otros países del Golfo al anunciar que tomará medidas contra los miembro de Hizbulá en el país, “bien respecto a su estatus de residencia o sus condiciones económicas y comerciales”. Personalmente, no veo cómo Hizbulá se considera una amenaza ni tampoco la razón por la que Emiratos se prepara para desplegar tantos esfuerzos contra un grupo libanés que ni siquiera está activo en su tierra, cuando tiene un peligro claro y presente en los Hermanos. ¿No debería Emiratos dar al menos tanta importancia a sus propios ciudadanos que a nuestros hermanos sirios?

Emiratos también debe recordar a nuestro vecino del Golfo que, desafortunadamente, está respaldando a los Hermanos, que éstos tienen un largo historial de asestar puñaladas traperas a sus propios compatriotas una vez que han conseguido sus objetivos. Los Hermanos, un día no muy lejano, traicionarán a este Estado del Golfo al que los emiratíes queremos mucho.

La hermandad egipcia se ha convertido en la mayor amenaza contra Emiratos Árabes Unidos. Los líderes emiratíes deberían tomar cartas en el asunto de forma inmediata para mostrar que no tolerarán tales amenazas por parte de los Hermanos.