Entrevista

Manel

«El catalán es simplemente la lengua en la que soñamos»

Alejandro Luque
Alejandro Luque
· 8 minutos
La banda de pop Manel | © Arnau Valls Colomer
La banda de pop Manel | © Arnau Valls Colomer

Sevilla | Julio  2016

Decidieron ponerse su nombre veinticuatro horas antes de participar en un concurso. “Podríamos habernos llamado Rodolfo”, dicen muy seriamente. Pero se quedó Manel, y con esa tarjeta de presentación el grupo compuesto por Arnau Vallvé, Martí Maymó, Roger Padilla y Guillem Gisbert ha logrado escalar al número uno nacional, con el mérito añadido de cantar en catalán. Al otro lado del teléfono, Gisbert atiende a M’Sur para hablar de identidad lingüística, de folk y música electrónica, y del éxito de su último disco, Jo competeixo (Yo compito), que vienen  a confirmar la buena e inquieta línea de los anteriores Els millors professors europeus, 10 milles per veure una bona armadura y Atletes, baixin de l’escenari.

Son, junto con Lluis Llach y Joan Manuel Serrat, los únicos que han logrado ser números uno en España cantando en catalán. ¿Es lo único que les une con esos cantautores?

«Nos hemos ido a otro extremo, en nuestros comienzos el rock se veía como algo a superar»

Nosotros somos todos barceloneses nacidos en los 80, y para nuestra generación Llach y Serrat son dos cantautores que hemos escuchado mucho. Forman parte de nuestra cultura, con independencia de que te guste más uno u otro. Pero también hemos escuchado mucho a Jaume Sisa y Pau Riba. Posiblemente, cuando intentas escribir una canción en catalán, la tradición es esa, acudes inconscientemente ahí. Te ayudan a utilizar tu idioma.

¿Se encuentran más lejos de aquella ola de rock catalán encabezada por grupos como Sopa de cabra?

Sí, aunque solo sea por una cuestión generacional. Por un lado tienes esa parte de cantautores de los 60 y los 70, con unos inicios muy ligados a la política, a la lucha contra el Franquismo. Riba y Sisa fueron más por libre, eran más hippies, menos de mitin. Y luego, en efecto, vinieron esos grupos como Sopa de cabra en los años 90. Por el péndulo de la moda, nosotros nos hemos ido a otro extremo, en nuestros comienzos ese rock se veía como algo a superar. Siempre tienes una reacción agresiva con lo que hubo inmediatamente antes, aunque por supuesto ninguna animadversión. Al fin y al cabo, hemos crecido con el rock catalán, son canciones que cantábamos de adolescentes, y siguen siendo buenas canciones.

¿Cuando cantaban fuera de Cataluña, sentían que saltaban alguna muralla invisible, o que atravesaban algún vidrio?

Cuando alguien acude a un concierto, esa muralla ya no existe tanto. Alguien que decide ir a un concierto de Manel marca ya un interés, el que sea. Y nosotros hacemos nuestro trabajo como si estuviéramos, qué sé yo, en Sabadell. A partir de ahí, siempre hemos tratado con normalidad máxima cantar en catalán, y seguimos haciéndolo para gente que no tiene esa barrera, que es solo mental.

Por suerte quedan muy lejos los tiempos en que, aquí mismo en Andalucía, Serrat cantaba algo en catalán y le tiraban piedras, como si fuese una afrenta, ¿no?

«Nos preguntan: ¿Cantáis en catalán para reivindicar algo? Y la respuesta es siempre no»

Cretinos los hay en todas partes. Nosotros nunca hemos tenido problemas, siempre nos hemos sentido muy bien acogidos allá donde íbamos. Nos preguntaban, incluso dentro de Cataluña, ¿cantáis en catalán para reivindicar algo? Y la respuesta es siempre no, simplemente es nuestra lengua materna, la lengua en la que soñamos. Cualquier otra cosa sería falsa.

¿Hay hoy un circuito de salas estable para la música en catalán, prensa especializada, sellos discográficos?

Lógicamente hay una parte del circuito en general que atiende a la música en catalán pero un circuito exclusivo no. No hay un circuito donde la lengua sea el único criterio. Sí puede haberlo de proximidad.

¿Barcelona sigue siendo la plaza fuerte para la música que fue?

Realmente no me siento preparado para responder a esa pregunta. Un grupo está muy encerrado en sí mismo, no tienes ni idea de lo que pasa en tu ciudad. Solo puedo responder con un encogimiento de hombros, apenas alcanzo a saber lo que hacen los cuatro colegas músicos que tenemos más cerca.

¿Sienten que llegan más en la Comunidad Valenciana o Baleares, o son públicos como cualquier otro?

Siendo música pop, donde la lengua es importante, es lógico que tengamos más público donde se habla o entiende el catalán. Esta música te emociona más si entiendes lo que te está contando, las letras son un punto importante. En Sevilla nuestro público es más reducido, la gente debe hacer un esfuerzo mayor, y no siempre está por hacerlo. Hay mucho buen pop en castellano, además.

¿Qué aportan hoy los elementos folk al pop? ¿Son solo un adorno, se han convertido en algo ya casi indistinguible, de tan asimilados…?

«Cuando descubrí a Bob Dylan a los 21, me bebí la discografía entera, es fácil meterse mucho ahí»

El folk es un género, una tradición dentro de la canción. Recuerdo con qué gusto me puse a escuchar a Bob Dylan cuando lo descubrí a los 21. Me bebí la discografía entera, es fácil meterse mucho ahí. Sisa y Riba tenían también mucho de eso, mientras que Llach y Serrat eran más afrancesados. Pero luego gente como Nacho Vegas hicieron cosas que deben mucho a Dylan, a Leonard Cohen… En todo caso es una música que ha ido evolucionando, como lo hemos hecho todos. Nos quedamos con la parte de arreglos con guitarras acústicas y de armonías vocales, y con el elemento narrativo, que nos interesa mucho.

¿Y lo electrónico? ¿Qué suma en un proyecto como Manel, además de contraste?

En nuestro caso, lo que aporta es elementos que hasta el momento no has utilizado, es decir, un poco de novedad y diversión para uno mismo. No pretendemos sorprender a nadie a estas alturas, solo disfrutamos, nos ayuda a componer, estimula la imaginación. Al principio empezamos con un ukelele, pero lo que sale es muy distinto a cuando trabajas con un teclado.

¿Se ha intelectualizado demasiado el pop, ha perdido ingenuidad o frescura?

Yo diría que no. Es una cuestión de comportamiento del ser humano, te puedes aproximar a algo de manera más cerebral, o a visceral, a través del estómago. No sé hasta qué punto el pop hoy es cerebral. Sí es mucho mayor la conciencia de lo que es un medio de comunicación, lo que es salir en televisión… En los 70 todo era más nuevo. Pero ya digo, a nivel estético, un tío haciendo una canción y esperando que merezca la pena es el mismo. Si la escupe o se la piensa mucho, es igual.

Hay quien habla incluso de una generación Youtube para la que puede ser un hándicap haber escuchado demasiada música… ¿Lo cree?

«Lo sencillo a veces funciona mejor. Pero conocer y escuchar mucho nunca es malo»

No me parece un argumento que funcione para nada. Otra cosa es que te pierdas en los referentes, y te salga algo culterano en exceso porque no has sabido parar a tiempo. Lo sencillo a veces funciona mejor. Pero conocer y escuchar mucho nunca es malo.

¿Han renunciado a las versiones? ¿Les molesta que sigan pidiéndoselas?

No, no. La que más fortuna hizo fue Common people, de los Pulp, lo intentamos para un programa de la televisión catalana y estamos muy orgullosos de ella, nos sirvió mucho para darnos a conocer. En esta gira sin embargo no la tocamos, porque llevamos demasiado tiempo haciéndolo. Pero que la gente te pida que cantes algo siempre es bueno. Ahora lo que hacemos es gran parte del último disco, y luego tener cuatro álbumes está muy bien, permite picotear, jugar con los setlists, recuperar cosas antiguas…

¿Qué escucha Manel ahora en la furgoneta?

Escuchamos mucha música trap, que aquí en Barcelona se hace bastante. En concreto, un grupo llamado Pxxr Gvng está muy bien.

¿Te ha gustado esta entrevista?

Puedes ayudarnos a seguir trabajando

Donación únicaQuiero ser socia



manos