Artes

Pipo Romero

Folclórico

M'Sur
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· 3 minutos

La fusión después de la fusión

Pipo Romero | Foto promocional / piporomero.com
Pipo Romero | Foto promocional / piporomero.com

Ya hace unos años, en pleno furor de las fusiones musicales, hubo quien se preguntaba: ¿Qué sucederá cuando se hayan agotado las combinaciones, cuando se haya fusionado todo? La respuesta era evidente: se seguirá propiciando el encuentro de sonidos, pero éste ya no será el protagonista. No importará tanto la combinación de elementos como la síntesis de estos, la nueva música que surja del laboratorio: más o menos como debió ser siempre.

Pipo Romero, guitarrista de Cádiz y de 1983, es una buena prueba de ello. Con una larga trayectoria en el ámbito del pop –ha tocado, entre otros, con El Canto del Loco, Lagarto Amarillo, Carlos Rivera o Nena Daconte– ha alcanzado la suficiente madurez como para lanzarse a hacer algo con sello propio. Pero es tanta y tan diversa la música que lleva a cuestas, que el resultado es un disco deliciosamente ecléctico, un largo y gozoso viaje sonoro. Su medio de transporte, la guitarra acústica. Su título, Folklórico.

“Siempre digo que cada músico tiene como un baúl en el que se guardan todas las melodías que va estudiando, analizando o escuchando con atención”, explica el artista. “El mío estaba lleno de folklores y de canciones de dos guitarristas que me marcaron desde el minuto uno: Tommy Emmanuel y Vicente Amigo. A partir de ellos empecé a ordenar un poco mis ideas. Lo metí todo en una coctelera y empezaron a salir mis temas”.

Después de estudiar a fondo el estilo de Tommy Emmanuel, Chet Atkins o la guitarra acústica percutiva de Andy McKee, Don Ross o John Gomm, Romero sintió que podía “llevar la guitarra acústica a un punto un poco más melódico y con melodías muy andaluzas y de toques folklóricos argentinos, portugueses y celtas”, afirma. “Todos estos discos de guitarra acústica que podemos escuchar se catalogan con la etiqueta de acoustic fingerstyle… Yo quería hacer mi propia etiqueta y buscar el Spanish fingerstyle”.

Claro que todo lo español acaba impregnado, de un modo u otro, por el flamenco. Romero se cura en salud: “Lo que hago no es flamenco, por supuesto. Soy un concertista de guitarra acústica que suena de aquí, de Andalucía, de mi Cádiz y de todas las melodías de mi baúl”. Un baúl mestizo y personalísimo a un tiempo, fusionero y genuino, que pide a gritos ser abierto por el público cuanto antes.

[Alejandro Luque]

Sentimiento

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