Primavera árabe


Primavera Árabe, despertar árabe, revolución dominó… Lo que arrancó en diciembre de 2010 en Túnez con el suicidio de un vendedor callejero, se convirtió en un movimiento mundial el 25 de enero con la ocupación de la Plaza Tahrir en El Cairo. En doce meses, el movimiento derrocó a tres dictadores que llevaban décadas en el poder – en Túnez, Egipto y Libia – y puso en jaque otros dos en Yemen y Siria. Incluso en los países donde no ha conseguido sus objetivos inmediatos ha abierto los horizontes y ha formado una nueva conciencia ciudadana, ha derrocado los miedos y ha convertido a los habitantes de las dictaduras en ciudadanos.

En los países en los que ganó Túnez, Egipto, el primer efecto de la nueva democracia ha sido una aparente contradicción: ha permitido la llegada al poder de movimientos islamistas con tintes muy conservadores y una ideología opuesta a los valores que los propios manifestantes proclamaron como sus ideales. En todas las protestas, y especialmente en Tahrir, mujeres y hombres participaron juntos, formaron una hermandad revolucionaria que rompía con las barreras tradicionales.

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(Informe M’Sur)

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