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El turco es desde hace muchos siglos una lengua culta con una rica literatura aunque en su forma actual fue estandarizada en la década de 1930. La lengua escrita y utilizada en la Administración del Imperio Otomano fue bastante distinta al turco actual y se conoce como turco osmanli.

El turco es parte de un complejo de numerosos idiomas túrquicos, muy similares entre sí, cuyos orígenes se buscan en Asia Central. Llega a Anatolia a partir del siglo XI con grupos selyúcidas, pero sólo empieza a utilizarse para la Administración con la dinastía otomana a partir del siglo XIII. En esta fase va absorbiendo un enorme número de vocablos persas y árabes, que se integran en una estructura gramatical turca. Este idioma, llamado «turco osmanli» se escribe con el alfabeto árabe, pese a que la fonética túrquica y la semita son muy distintas.

El alfabeto árabe fue reemplazado en 1928 por el latino dentro del marco de las reformas de Atatürk, cinco años después de abolirse el Imperio Otomano y de fundarse la república de Turquía. Se eligió una versión del alfabeto latino inspirada en la alemana, con las vocales ö y ü representando el mismo valor fonético que en alemán (oe y u franceses). La c se pronuncia como una ye sonora (j francés), la ç como una ch española. Además se crean tres caracteres nuevos: la ş, pronunciada como la sh inglesa (ch portuguesa o francesa), la ı, una vocal oscura entre i y u (similar a la existente en ruso), y la ğ (yumuşak G o «g blanda»), que prácticamente desaparece en la pronunciación y únicamente alarga la vocal que le precede.  El resto de las letras prácticamente no se distinguen de sus equivalentes en español, salvo la z, una s sonora, como en portugués.

A partir de 1932, con la fundación de la Academia Turca (TDK), se inició un proceso de «limpieza» del turco de sus préstamos árabes y persas, que en esta época formaban más de la mitad del vocabulario de la lengua escrita culta, con sólo un 35% de palabras de raíz túrquica. De forma paulatina, las palabras árabes fueron reemplazadas o bien por equivalentes que se utilizaban en el lenguaje popular, bien por derivaciones gramaticales de raíces turcas, bien por palabras documentadas históricamente pero caídas en desuso, bien por términos existentes en otras lenguas túrquicas de Asia Central.  Así, en 30 años, la presencia de palabras árabes en la prensa bajó del 50%  al 26%, según un estudio. Hoy es aún más baja: según datos oficiales, de los 104.000 palabras registradas en el diccionario, casi 6.500 son arabes, 5.000 francesas  y casi 1.400 persas, si bien numerosas palabras árabes llegaron al turco a través del persa.

Las diferencias entre el lenguaje formal osmanli y el turco actual son tan grandes que un texto de la década de 1920, aunque esté escrito en caracteres latinos, es difícil de entender para un ciudadano del siglo XXI: incluso los discursos del propio fundador de la  repúblico e impulsor de las reformas, Mustafa Kemal Atatürk, se han «traducido» varias veces al turco moderno y se estudian en los colegios en una versión modernizada. Por otra parte, una sencilla canción popular del siglo XIX no sería tan difícil de entender hoy día, porque la reforma lingüística en parte volvió a acercar el idioma oficial al que se hablaba desde siempre en el pueblo, y del que el osmanli estaba muy alejado.

El proceso de «turquificación» se combinó con una visión nacionalista turca y laica y continuó hasta el siglo XXI, pero se frenó en la década de 2010, debido a la expansión de la ideología islamista del partido AKP, en el gobierno desde 2002. Este partido revalorizó el estudio del árabe como parte de su proyecto de crear una sociedad religiosa, y sus dirigentes usan a menudo palabras de raíz árabe menos comunes en el habla cotidiano. En 2015 incluso se censuró el uso de la palabra túrquica ‘Tanrı’ (Dios) en la televisión, prescribiendo su sustitución por el árabe ‘Alá’, un gesto que revierte décadas de un proceso, inspirado por el ideario kemalista, que alejaba el idioma del complejo árabe-islámico.

El turco es el único idioma oficial de Turquía, donde tiene rango de símbolo nacional y es el único utilizado en la enseñanza pública primaria, aunque sólo alrededor del 80% de los ciudadanos turcos, es decir unas 60 millones de personas, hablan este idioma como lengua materna.

Además, la Constitución de Chipre considera el turco lengua oficial al mismo nivel que el griego. Pese a la división de la isla, las monedas y billetes de la República de Chipre llevan leyendas tanto griego como turcas y en rigor, al ser lengua oficial de un Estado miembro de la Unión Europea, el turco debería considerarse idioma oficial en el Parlamento de la UE. También está reconocido como lengua de minoría en Grecia, donde un importante colectivo turco vive en la región nororiental de Tracia, así como en Rumanía, Macedonia, Kosovo y Bosnia.