liberales


Mitin del Partido Liberal Demócrata de Bosnia-Hercegovina | © Liberalno Demokratska Stranka
Mitin del Partido Liberal Demócrata de Bosnia-Hercegovina | © Liberalno Demokratska Stranka

El término ‘liberal’ tiene hoy dos acepciones distintas: la referida a una postura ideológica, ética y moral, y otra estrictamente económica, esta última también definida como neoliberal.

Originalmente, tal y como fue definido en el siglo XIX, el liberalismo propugna un sistema de valores que favorece las libertades civiles, sin interferencias de la Iglesia o los poderes estatales, se opone a la censura y defiende la libertad de pensamiento y los derechos humanos.

La oposición a la influencia del Estado en la esfera de la vida privada se extiende al ámbito económico y propone reducir la función reguladora de las autoridades públicas en el mercado, dando un gran peso a la iniciativa privada.

Hoy, este último aspecto es a menudo el más llamativo cuando se habla de liberalismo, hasta el punto de que se clasifican como ‘liberales’ o ‘neoliberales’ numerosas políticas que favorecen a las grandes empresas, pero a costa de reducir las libertades públicas, una deriva contraria a los fundamentos ideológicos liberales.

En los países del norte de Europa existen varios partidos liberales históricos, a menudo socios menores de una coalición democristiana. En los países mediterráneos, su presencia es muy reducida. Sólo en Rumanía y Bulgaria, los liberales representan la segunda mayor fuerza del Parlamento, aunque en casi todos los países de Europa del Este existen pequeños partidos con esta orientación.

En Israel, el partido Shinui, varias veces tercera fuerza parlamentaria, defendía durante durante tres décadas la separación entre religión y estado, un planteamiento fundamental del liberalismo, pero perdió todos sus escaños en 2006. En Egipto, el Wafd, heredero del histórico partido homónimo fundado en 1919, se considera liberal. Pese a ocupar menos del 2% de los escaños era hasta la revolución de 2011 la tercera fuerza parlamentaria. Una referencia nacional era el Ghad,  todavía menor, que destacaba como fuerza de la oposición. Tras la

En el Magreb, donde la lucha por un orden social más libre ha sido abanderada sobre todo por los partidos de izquierda radical, los partidos liberales tienen una presencia apenas testimonial. El granero de votos de esta ideología es la clase media ilustrada y progresista, un sector social muy pequeño en esta región. Dos grandes partidos marroquíes —MP y UC— pertenecen a la Internacional Liberal, pero siguen un curso político estrechamente ligado al del gobierno, a menudo tradicionalista, y prácticamente no tienen perfil ideológico propio.