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chiiesComo todas las religiones, el islam se ha ido dividiendo a lo largo de los siglos en distintas escuelas, orientaciones y sectas, algunas tan alejadas hoy que sólo forman nominalmente parte de esta religión, otras extremamente similares.

La división más conocida, aunque no la única, es la que separa suníes y chiíes. La importancia de esta diferencia, teológicamente bastante reducida, se ha exagerado enormemente en los últimos años, debido a su utilización como factor de enfrentamiento en guerra civil en Iraq. Junto a estas dos grandes ramas se clasifica una tercera, muy minoritaria, la de los jareyíes.

Las diferencias entre estas grandes ramas del islam no son llamativas. No existen diferencias teológicas o de interpretación de la fe entre suníes y chiíes y ambas ramas se reconocen mutuamente como válidas. Suníes y chiíes no tienen inconveniente en rezar en la misma mezquita, aunque en las ciudades de población mixta, cada comunidad suele disponer de su propio templo. La llamada a la oración chií es algo más larga que la suní, pero los añadidos —que maldicen a los responsables de la muerte de Alí— tampoco se consideran imprescindibles teológicamente.

En lo que a vida social y política se refiere, la gran división del islam actual es la que separa las formas tradicionales de entender la fe y los movimientos islamistas modernos, tanto en el ámbito suní – fomentado por la secta wahabí en Arabia Saudí – como en el chií, donde reciben respaldo de la severa teocracia iraní.

En el otro extremo se hallan las corrientes y cofradías sufíes, es decir místicos. Su religiosidad es habitualmente antidogmática y muchos son incluso considerados herejes por los teólogos ortodoxos. Existen en todas partes del mundos musulmán, aunque su influencia social ha perdido peso frente al nacimiento de los movimientos fundamentalistas islámicos.

Fuera de la división suní-chií y de la comprensión ortodoxa del islam se sitúan la corriente alauí, presente en Siria y Líbano, aunque por comodidad se le suele categorizar como «rama chií», al igual que ocurre con la religión aleví en Turquía.  En Líbano, también a los drusos se les encuadra a veces en la categoría de «rama musulmana».

Historia

La división del islam en suníes y chiíes se atribuye a las primeras décadas de la existencia del islam: dado que el profeta Mahoma no designó sucesor, a su muerte, la asamblea de los fieles de Medina votó por aclamación a Abu Bakr, suegro del profeta y hombre influyente, tras la muerte de éste fue elegido Omar y finalmente Othmán. Tras el asesinato de Othmán, el ‘eterno candidato’ Alí Ibn Abu Tálib, yerno de Mahoma por su matrimonio con Fátima, la hija del profeta, consiguió imponer su candidatura.

Aicha, la viuda de Mahoma, se opuso y provocó una guerra civil. Se formaron tres bandos: los partidarios de Alí o chiíes —chi’a significa ‘partido’— , los tradicionalistas o suníes —de sunna, tradición— y los neutrales o jareyíes, que optaron por salirse de la asamblea (de jaraya, salir). Aunque el cisma tuvo lugar poco después del nacimiento del islam, la división política del mundo musulmán en dos bloques, el suní y el chií, sólo se generalizó a partir del siglo XVI.