pueblo


El concepto central de la fe es la definición del ‘pueblo judío’ como un conjunto de personas descendientes de Abraham, elegido por Dios como su servidor y fundador del monoteísmo. La alianza sería reafirmada por Moisés en el monte Sinaí, momento en el que se le revelara la tora, el libro central de la fe mosaica.

Hoy hay consenso en que Abraham y Moisés no son figuras históricas y se cree que el judaismo empieza a formarse como religión a partir de la influencia del sacerdote Esdras en el siglo V a.C. Aun así, el dogma de una unidad étnica y genética de todos los judíos —que carece de fundamento científico— es aceptada muy a menudo también por judíos poco o nada religiosos y forma incluso una de las bases ideológicas para la política del estado de Israel.

Judío es, según la halaja o ley judía, quien ha nacido de una madre judía, de ahí que apostatar es imposible: no se trata de una decisión libre sino una condición genética. Aunque todas las ramas aceptan conversiones al judaismo, hoy se trata de casos individuales y no se realiza una misióna gran escala. En la historia, no obstante, el judaismo se difundió, tal y como más tarde el cristianismo y el islam, a través de extensas campañas de conversiones que llevaron la fe mosaico a todos los países del ámbito mediterráneo y más lejos, desde Marruecos a Etiopía y Afganistán.

Como consecuencia, los judíos etíopes, yemeníes o marroquíes no se distinguen apenas de la población que los rodea, hablan los idiomas locales y normalmente consideran el judaismo una religión, no una pertenencia étnica. Distinto es el caso de los judíos europeos que, tras siglos de aislamiento en los guetos, se conciben como un grupo étnico distinto a los ‘goyim’ es decir no judíos.