Opinión

El Gobierno y los pasos torcidos

Stelios Kouloglou
Stelios Kouloglou
· 3 minutos

No existe otro ejemplo en la historia política universal relacionado con la dimisión del ministro más importante de un gobierno nuevo, incluso antes de su jura.

La decisión de Vassilis Rapanos de no hacerse cargo al final del Ministerio de Economía no se debe a sus problemas de salud, que de todas formas existían antes de aceptar la dirección de este Ministerio: al ministro griego con… el mandato más breve le habían prometido que iría a rodearse de personas de su selección y no de mandos del Nea Dimokratia, como pasó al final.

Nea Dimokratia ha elegido formar un gobierno que está pagando las deudas de los que le apoyaron

En lugar de estar sentado en la silla eléctrica, con la compañía de Staikouras [ministro suplente de Economía] como único consuelo, Rapanos ha preferido irse con pasos torcidos.

La responsabilidad por todo esto pesa, sobre todo, al presidente del Nea Dimokratia, que ha elegido formar un gobierno que en lugar de dedicarse a los préstamos del país, está pagando las deudas de los mandos que le apoyaron en períodos de crisis en el seno del partido.

Pero la responsabilidad es también de los otros partidos, que apoyan al gobierno y en lugar de pretender o de determinar como condición de su participación en el gobierno algunos avances en cuanto a la formación del Consejo de ministros, que podrían ofrecer un matiz diferente, satisfaciendo así el deseo de la opinión pública por un cambio radical de camino, han aceptado sin protestar a “las personas solventes” de Samaras.

Los partidos que ganaron las elecciones no están preparados para gobernar según exige este período

Todo lo referido demuestra la insoportable levedad con la que se afrontan los problemas del país: el gobierno mandó una delegación a la Cumbre que no fue aceptada, conforme a los tratados europeos, que, como parece, ninguno de los responsables se tomó la molestia de leer. Toda esta imagen corresponde a un país totalmente desorganizado, dirigido por una casta de incapaces, a punto de hundirse. Además, se trata de un país a punto de derrumbarse y todo esto resulta muy preocupante.

Al final se demuestra que los partidos que ganaron las elecciones no estaban para nada preparados para gobernar según las exigencias de este período. La victoria de las “fuerzas filoeuropeas” simplemente ha facilitado a la señora Merkel para que ella siga su política intransigente, que agudiza los problemas en toda la zona euro y en su eslabón más débil, Grecia. Con la bandera del euro, las fuerzas filoeuropeas han dañado la marcha de Europa, llevando a Grecia más cerca de la dracma.