Mansoura Ez Eldin
«Cualquiera puede hacer que el gobierno censure un libro»
Ilya U. Topper
Mansoura Ez Eldin (Delta del Nilo, 1976) es una de las escritoras egipcias actuales de mayor proyección. Su segunda novela, Detrás del paraíso (Wara’ al Firdaus) fue este año finalista del Premio Internacional de Ficción en Árabe (IPAF), más conocido como ‘premio Booker árabe’, dado que se otorga en colaboración con este prestigioso galardón británico.
La escritora debutó en 2001 con el libro de relatos cortos La luz sacudida (Ad-Dau al-muhtazz). Su primera novela, El laberinto de Mariam (Mataha Mariam, publicada en 2004) tuvo un rotundo éxito en Egipto y fue traducida al inglés en 2007.
Ez Eldin, nacida en una familia tradicional del delta del Nilo y licenciada en Periodismo en El Cairo, trabaja en Akhbar al Adab, el suplemento literario del periódico semanal egipcio Akhbar al Yom, cuya tirada de 20.000 ejemplares convierte estas páginas en toda una referencia de la literatura árabe.
En mayo, la escritora acudió a la Feria del Libro de Sevilla, invitada por la Fundación Tres Culturas; ocasión en la que se realiza la entrevista. Además, Mansoura Ez Eldin ha cedido tres relatos ―dos inéditos y uno publicado en el diario Al Hayat― a M’Sur para su publicación, una primicia de esta autora en castellano.
Aseguran que sus relatos presentan sobre todo a protagonistas mujeres.
En Detrás del paraíso, la novela que fue finalista del premio Booker [Árabe, en 2010], sí; la mayoría de los personajes son mujeres. Aunque también hay unos cuantos hombres, como también los hay en El laberinto de Mariam, en el que la protagonista también es mujer. En mis relatos cortos… sí, casi siempre salen mujeres, aunque hay alguna en la que el protagonista es hombre, y habla desde un punto de vista masculino. Y son mis mejores relatos.
«Muchos obreros fueron a Arabia Saudí y volvieron con los valores wahabíes, que hoy dominan Egipto»
En los años setenta, las mujeres en Egipto tenían una libertad mucho mayor de la que tienen hoy. ¿Qué ha ocurrido?
Hoy hay un punto de vista religioso mucho más fuerte en la sociedad. Especialmente después de que muchos trabajadores egipcios fueran a Arabia Saudí para buscar empleo allí y fueron influenciados por los valores wahabíes del islam saudí. Y son estos valores wahabíes los que hoy dominan Egipto.
¿La migración laboral como vehículo de ideologías?
Sí; muchos obreros fueron a Arabia para diez años o más y al volver trajeron estas ideas.
¿Es un proceso que sigue avanzando o ya se ha alcanzado un punto de inflexión?
Creo que sigue empeorando. Porque muchas mujeres jóvenes están pensando ahora de esta manera.
¿No hay un movimiento para frenar este proceso?
En la clase media no luchan contra eso. Pero en otras clases, la situación es mejor.Y puede que en el ámbito rural, la situación de las jóvenes esté mejor, porque tienen una enorme motivación para cambiarla. De ir a la ciudad, de elegir sus carreras y realizar sus sueños.
«Mis vecinos no se sentían cómodos conmigo, porque era una mujer joven y vivía sola»
¿Porque las mujeres egipcias en el ámbito rural están aun menos libres que en la ciudad?
Sí, digamos que son las que más sufren. Más que en la ciudad. También las mujeres de las clases bajas sufren más que las de las clases altas. Y si en los setenta se podía salir con ropa corta, hoy el acoso en la calle, y más en los días de fiesta, es un problema enorme.
Usted fue la primera mujer de su pueblo que fue a el Cairo y vivió sola allí. No era nada habitual ¿verdad?
Para nada. Estaba prohibido. Era una enorme lucha porque mis tíos no querían que yo fuera a vivir sola, pero mi madre me apoyó mucho. Creo que soy la única que lo hizo, porque mis primas fueron a El Cairo y otras ciudades para estudiar, pero después volvieron. No se quedaron para trabajar en la ciudad sino que regresaron y se casaron.
Dijo que estaba ‘prohibido’ ¿por ley?
No, por ley no, por supuesto que no… pero sí por la cultura y la sociedad. De todas formas, para mí fue una experiencia maravillosa. Para los jóvenes de Alejandría, Tanta y otras ciudades es mucho más fácil, pero yo vine de una familia religiosa de una aldea muy pequeña en el delta del Nilo, que es muy conservadora.
Vivir sola en El Cairo era dificil para usted o es algo general?
Cualquier mujer egipcia tiene enormes dificultades con eso en cualquier parte. Mis vecinos no se sentían nada cómodos con que yo fuera su vecina, porque era una mujer joven y eso quedaba muy extraño.
La misión wahabí ha influenciado enormemente la sociedad musulmana egipcia. ¿Son más libres las mujeres de la población copta cristiana?
No. Tienen los mismos problemas. Tal vez las cristianas de Líbano tengan más libertad, pero las coptas tienen los mismos problemas, porque el problema radica más en la tradición que en la religión.
¿El hiyab ―pañuelo islamista― ya se ha convertido en una prenda generalizada en El Cairo?
La mayoría lo lleva. Pero hay muchas mujeres libres e independientes. Estoy en contra del estereotipo. Se puede llevar hiyab y ser independiente, es una cuestión de libertad personal. Pero a algunas mujeres, sus hermanos obligan a llevarlos. Éste es el problema.
En Europa, los suplementos literarios están perdiendo difusión, pero en su lugar surgen blogs literarios. ¿Ocurre algo similar en el mundo árabe?
Creo que Akhbar al Adab es el periódico literario más importante del mundo árabe; se difunde en todo Oriente Medio, incluso en Palestina e Israel, y tenemos página web. Pero ahora hay muchos blogs y son cada vez más importantes, porque no hay censura en internet. Hay muchos blogueros buenos en Egipto. Eso sí, ahora la mayoría de los blogueros intentan publicar sus escritos en papel. Porque en Egipto, los libros y la prensa escrita son lo que más importa. De ahí que incluso los blogueros quieren publicar.
«No hay censura previa pero cualquiera puede denunciar un libro en el Ministerio»
¿Porque el acceso a internet no está tan difundido aún?
No es eso, sino que los blogueros sienten que la gente respeta más un libro impreso. Un ejemplo es el blog de Ghada Abdelal, titulado ‘Ayza Atgawez’ ― Quería casarme. Esta chica bloguera publicó el contenido de su blog en un libro, se convirtió en un bestseller en Egipto y fue traducido a muchas lenguas. Luego también hay blogs políticos…
¿Podemos decir que hoy día, la primera trinchera de la lucha política está en los blogs, y ya no en la prensa impresa?
Sí. Pero también hay muchos periódicos que se atreven a hablar. Como Al Dustur, Al Masri Al Yaoum… son diarios independientes. Pero desde luego en los blogs hay más libertad.
La libertad de expresión parece empeorar en todas partes. Egipto no es una excepción, imagino…
Egipto no está ahora en una buena situacion. No hay censura previa para publicar, pero hay otros muchos tipos de censura, por ejemplo la del Ministerio: cualquier ciudadano que lea un libro y no está de acuerdo con lo que lee puede ir a poner una denuncia ante los funcionarios y decir: esta novela está en contra de la religión o de la sociedad. En muchos casos, los funcionarios entonces censuran la novela.
Escribir bajo esta amenaza debe ser un freno…
También está la censura de los propios editores: muchos se niegan a publicar libros atrevidos. A veces hay una censura de los escritores, cuando intentan plasmar ideas que alguno podría pensar que van contra la sociedad o contra el régimen que gobierna Egipto. Pero también hay editoriales que se atreven, como Merit, por ejemplo, y la editorial Al-Ain; son osadas e intentan utilizar el margen de libertad que hay en Egipto, porque censura previa no hay.
¿Tuvo problemas personalmente para publicar sus relatos?
Yo misma nunca tuve problemas, porque publiqué mis dos primeros libros en Merit, que es la editorial más atrevida de Egipto, el tercero lo sacó la editorial Al Ain, que tampoco se acobarda. Pero si alguien lee mi libro y no le gusta, puede intentar que lo prohiban.
En tal caso ¿los funcionarios examinan el libro y emprenden acciones legales?
A veces. La primera novela gráfica egipcia, por ejemplo, titulada Metro, fue censurada dos meses después de publicarse, sin ninguna razón lógica. Los policías fueron a la editorial y decomisaron todos los ejemplares; después el juez dio su visto bueno.Creo que el autor volverá a publicar la novela, pero en Beirut.
Beirut es la editorial del mundo árabe ¿verdad?
Es un paraíso para la libertad de expresión árabe.
Egipto siempre ha reivindicado el primer puesto en términos de producción cultural y literaria en el mundo árabe. ¿Lo sigue mereciendo?
Creo que Egipto hoy es un país entre otros. Hoy día, en el mundo árabe no hay centro y periferia: hay muchos centros. Está Beirut, está El Cairo, están Dubai y Abu Dhabi. Dubai no destaca en publicaciones, pero sí en festivales culturales y premios literarios. El premio ‘Booker’ árabe se concede en Abu Dhabi y Londres. También Marruecos tiene muy buenas editoriales. Están muy interesados en temas de filosofía y crítica, y estos son aspectos a los que se les presta escasa atención entre las editoriales egipcias.
¿Hay una buena conexión entre los escritores de los diferentes países de habla árabe?
Únicamente en los festivales y a través de los eventos culturales en Europa y las capitales árabes se da una buena conexión entre los escritores. Para los libros, en cambio, es muy difícil viajar de un país a otro. En Egipto sólo hemos empezado a tener libros árabes de otros países a través de varias librerías nuevas; antes teníamos que esperar a la Feria del Libro de El Cairo para acceder a estos libros; ahora ya los tenemos todo el año. Pero los libros egipcios no pueden viajar fácilmente a otros países sin ferias de libro.
«Pese a la lengua común, para los libros árabes es muy difícil viajar de un país a otro»
Es decir que no se hace uso de esta ventaja que es la lengua común.
No se puede decir eso. Hay una gran ventaja. Pero no tanto como se esperaría.
Usted escribe en sus relatos en árabe fus·ha. ¿Es la opción más habitual?
Sí, el árabe estándar es la norma para publicar tanto en Egipto como en el resto de los países árabes. Aunque existen algunos textos en lengua vernácula.
¿Pero ésa no es la opción más común, ni siquiera en poesía?
No es la opción más común. Sí hay bastante poesía en ‘ammía’ (lengua vernácula), pero sólo cinco o seis novelas en toda la historia de la literatura de Egipto. En otros países no entenderían el árabe egipcio. Sí se escribe en árabe estándar, se escribe para todos los pueblos árabes; si se hace en lengua vernácula, se escribe sólo para los egipcios.
¿No es mucho más fácil expresarse poéticamente en la lengua que una habla en casa? Nadie habla árabe estándar en casa…
Aun así hay mucha poesía en fus·ha. Los mayores poetas egipcios escriben todos en árabe fus·ha, desde los ya fallecidos Salah Abdelsabur [1931-1981] y Amal Donqol [1940-1983] hasta Ahmed Abdelmuti Higazi [Monufia, 1935] y los jóvenes poetas Ahmed Yamani [El Cairo, 1970], Huda Yasin [El Cairo, 1972], Abdelsamad Mansouri y muchos otros.