Los rebeldes se pelean
Daniel Iriarte
Madrid | Noviembre 2017
Es, probablemente, la mayor crisis a la que se han enfrentado las autoproclamadas “repúblicas populares” del este de Ucrania desde el inicio de la rebelión en 2014. Desde el 20 de noviembre, enmascarados armados tienen tomado el centro de Luhansk, controlando muy estrechamente los accesos a varias de las avenidas principales. Al día siguiente, elementos de las fuerzas especiales tomaron la Oficina del Fiscal.
“El 21 y 22 de noviembre, dentro de las áreas acordonadas, la Misión Especial de Monitorización [de la OSCE] ha visto alrededor de un centenar de personas armadas no identificadas, en su mayoría enmascaradas u ocultando sus rostros y luciendo brazaletes blancos en ambos brazos. En la misma zona, la MEM también ha visto cuatro blindados de transporte de tropas”, informa la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa en un comunicado.
Estos movimientos son la expresión de una profunda lucha de poder entre el ministro del Interior de la República Popular de Luhansk (RPL), Igor Kornet, y el presidente, Igor Plotnitsky, quien el pasado domingo decretó el cese del primero. Un día después, los leales a Kornet se desplegaban por la ciudad. “Estos intentos por parte de ciertos elementos en el ministerio del Interior de cuestionar la decisión [de despedir a Kornet] han ido más allá de lo aceptable. Puedo decir con confianza que los intentos de ciertas personas de permanecer en el poder desestabilizando la situación son en vano, y serán neutralizados muy pronto”, afirmó Plotnitsky el lunes en un comunicado.
No obstante, Kornet, por ahora, parece tener las de ganar. “Las personas con brazaletes blancos están del lado de Kornet. Le han ayudado a esquivar el ataque de Plotnisky y han pasado a la ofensiva”, explica Ivan Zheved, periodista de Luhansk desplazado a Kiev. “En el ejército, la mayoría apoya a Kornet, dado que Plotnitsky provoca bastante rechazo entre la población”, declara.
El enfrentamiento entre ambas figuras viene de lejos, solo que “ahora ha crecido más allá de los límites de la RPL”, comenta Anna Korbut, editora de Ukrainian Week. “Su primer enfrentamiento se produjo hace un año, cuando Plotnitsky intentó despedir a Kornet. Ese enfrentamiento se diluyó por un tiempo, y ha resurgido ahora”, añade.
Los ‘ministros del Interior’ de Luhansk y Donetsk dependen de los servicios secretos de Rusia
“Parte de esta animadversión se deriva de la apropiación por parte de Plotnitsky de una gran casa de Kornet que había cogido para sí mismo en 2014. Se cree que el primero es la elección del Kremlin como líder, mientras que el segundo sería el favorito del Servicio de Seguridad Federal de Rusia, el FSB”, señala Christopher Miller, comentarista de Radio Free Europe/Radio Liberty.
“Este conflicto tiene sus raíces en el sistema de liderazgo patrocinado establecido por el Kremlin en los territorios de las regiones de Donetsk y Luhansk bajo su control”, dice Denys Kazanskyi, periodista residente en Donetsk hasta el estallido de la guerra. “El asunto es que Alexander Zakharchenko [líder de la vecina República Popular de Donetsk] y Plotnitsky responden ante Vladislav Surkov [el asesor de Vladímir Putin al cargo de Ucrania], mientras que el bloque de los “servicios de seguridad” (siloviki) de Donetsk y Luhansk responden ante sus manejadores en las agencias de seguridad de Rusia. Eso significa que los ‘ministros del Interior y de la Seguridad del Estado’ en la RPD y la RPL no dependen de los líderes de las repúblicas sino de sus manejadores en Rusia directamente”, comenta Kazanskyi.
Donetsk toma partido
Al enfrentamiento, de hecho, se han sumado las tropas de Zakharchenko: el lunes, un convoy militar procedente de Donetsk fue detectado en ruta hacia Luhansk. “Las tropas de la RPD probablemente van a mantener la estabilidad, para que los participantes en el conflicto no pasen a la ofensiva”, opina Zheved.
Eso no significa que no estén tomando partido: ayer, miembros de las fuerzas especiales de Donetsk participaron en la toma de la Oficina del Fiscal y el arresto de sus máximos responsables, leales a Plotnitsky. Zakharchenko, dice Korbut, ha tenido enfrentamientos en el pasado con el presidente de Luhansk, como por ejemplo cuando hace unos meses aquel proclamó unilateralmente el establecimiento de Malorossiya, una entidad estatal “sucesora de Ucrania”, que pilló por sorpresa al Kremlin y al resto de líderes rebeldes. Plotnitsky no solo se desmarcó de Zakharchenko, sino que trató de acusarle de corrupción.
En Donetsk, los conflictos han estado ocultos al ojo público, y en Luhansk, más visibles
“Los conflictos en Donetsk han estado relativamente ocultos al ojo público. En general, Zakharchenko tiene una mejor reputación; construida en la propaganda y sin base en la realidad, pero aún así es mejor. Y la disciplina es mayor allí”, explica Korbut. “En Luhansk, en cambio, los conflictos, enfrentamientos y campañas sucias de uno contra otro han sido más visibles dentro y fuera de la república. Esto ha tenido un doble resultado: este caos ha minado la ya castigada imagen de las ‘jóvenes repúblicas’ que la propaganda de Rusia podía usar para justificar la necesidad de apoyarlas (al menos en el ámbito doméstico). Y el hecho de Plotnitsky haya protagonizado esas revelaciones de forma reiterada, convirtiéndole en una figura casi ridícula, podría haberle convertido en un personaje incómodo, tanto para Moscú como para otros en Luhansk”, indica.
Entre los escándalos protagonizados por el presidente están las acusaciones de apropiación de la ayuda humanitaria enviada por Rusia y el asesinato del primer ministro de Luhansk, Gennadiy Tsypkalov. “Plotnitsky le acusó de intentar orquestar un golpe en la RPL; según fuentes separatistas, Tsypkalov estaba planeando viajar a Moscú para encontrarse con Surkov y presentarle sus quejas sobre el caos alrededor de Plotnitsky”, dice Korbut.
«Rusia está de lado de Korent, o está intentando asustar a Plotnitksy para volverlo más leal»
Oficialmente, el Kremlin asegura solamente estar “siguiendo la situación de cerca”. No obstante, el Gobierno de Kiev denuncia el “cruce ilegal de tanques rusos” y de equipos militares en el distrito de Kranodon, cerca de Luhansk. Y según algunos observadores, el beneficiario habría sido Kornet. “El hecho de que los hombres armados [desplegados en Luhansk] no fuesen detenidos por nadie, y de que haya llegado más equipo militar -no estamos seguros de si vino desde Rusia o de los alrededores de Luhansk y Donetsk- puede significar que los responsables rusos están de lado de Kornet, o intentando asustar a Plotnitksy para volverle más leal”, indica Korbut.
“Tanto si es un enfrentamiento puramente interno relacionado con dinero, o algo más serio, podría convertirse en una conveniente oportunidad para los manejadores rusos de sacar a Plotnitsky, un elemento al que les cuesta controla, y reemplazarle con alguien más disciplinado hacia ellos”, comenta.
Pero Plotnitsky, de hecho, es uno de los signatarios del acuerdo de paz de Minsk en 2015, lo que hasta ahora le ha permitido seguir al mando en Luhansk. “Quienquiera que prevalezca estará integrado en cualquier proceso de negociación actual o futuro que sea conducido por Moscú”, señala Alexander Clarkson, experto en Estudios Europeos del King’s College de Londres, a RFE/RL. “Los escenarios posibles son un cambio en el liderazgo de la RPL o un intento de volverlo más disciplinado y menos problemático, o bien una consolidación de la RPD y la RPL, no necesariamente una unificación, pero sí una mayor unidad entre ellas para una visibilidad pública que les sería de ayuda tanto a ellos como al Kremlin”, asegura Korbut. Lo que suceda, inevitablemente, marcará el futuro del Donbás.
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