Fatima Naoot
Mi casa es tu quinta columna (2010)
M'Sur
Arquitecta de palabras
Fatima Naoot (El Cairo, 1964) es una arquitecta de las palabras. No sólo de las palabras: licenciada en Arquitectura en la universidad egipcia de Ain Shams trabajó durante una década en este sector. Y no reniega de él: ser una mujer de Ciencias, asegura, enriquece su universo poético.
El lenguaje de Naoot es clásico en todos los sentidos: escribe en el árabe formal (fus·ha) e incluso vocaliza sus textos, un mimo de la palabra escrita que no es habitual en la literatura árabe (normalmente se prescinde de escribir los vocales). Imágenes cotidianas, íntimas, con cierto eco juanramoniano (no será casual encontrarnos con un verso que habla de la soledad sonora), que trazan un retrato emocional de la autora. El amor reflejado en la ausencia de quien ayer estuvo aún aquí, el futuro que pudo ser, la reflexión sobre la armonía en la Historia.
Naoot, una de las voces más conocidas de la poesía egipcia, ha dirigido la revista literaria Qaus Quzah, hoy desaparecida, que reunía diferentes voces de la poesía y narrativa egipcia. Ha publicado siete poemarios, entre ellos A un centímetro del suelo (2003), Sobre la palma de una mujer (2004), Un bote de pegamento (2007, premiado en Hong Kong) y Mi nombre no es difícil (2009). Además, es traductora. Egipto le debe las versiones árabes de algunos libros de Virginia Woolf y John Ravenscroft, así como antologías de poesía anglosajona.
La poeta escribe como columnista regular para varios periódicos de Egipto y Omán. Aunque en su poesía no hay obvias referencias políticas o sociales, se considera comprometida con una visión abierta e ilustrada de la sociedad, frente al avance del fundamentalismo religioso.
Fatima Naoot ha seleccionado para M’Sur cuatro poemas, tres de ellos escritos en 2009 y uno durante su visita a Córdoba en abril pasado.
M’Sur ofrece, asimismo, una entrevista con Fatima Naoot: «Pese a la lengua común, los pueblos árabes nunca se unirán».
[Ilya U. Topper]
Cuatro poemas
Traducción del árabe: Eva Chaves
Mi casa es tu quinta columna | بيتي طابورٌ خامس |
Tu plato tiene miedo, tiembla, tu vaso llora, lo aferré con mis labios para protegerlo no me hizo caso y se suicidó: fragmentos de porcelana sobre las baldosas, las baldosas están polvorientas y las Pléyades nubladas. Tu sillón, el de allí, ha doblado una pata, ha arrugado sus cojines. Tu cepillo de dientes pierde las cerdas y tus toallas blancas hace dos días que rechazan beber agua para convencerme de que lloran.
Los libros, silenciosos, en la librería Y allí, Mi casa es tu quinta columna
El Cairo · 1 Abril 2009 | صَحْنُكَ خائفٌ يرتجفْ، وهناك بيتي
2009 القاهرة · 1 أبريل |
Me habló la rama y me dijo | حدَّثني الغُصْنُ فقال |
Brotes de jazmín blanco ramitas de gardenia hojas de albahaca pueden sustituir tu sonrisa que como una nube se fue.
Las sombras grises de los transeúntes
dejo la silla del balcón La planta es la rama que se enreda entre las rejas del balcón Fátima, allí está lo que respira contigo
El Cairo · 7 Octubre 2009 | شَتْلةُ الياسمينَ البيضاءُ ظلالُ العابرين الرَّماديةُ أبرحُ مقعدَ الشرفةِ النباتُ الغُصنُ الذي يتجادَّلُ بين قضبان الشرفة ثمة ما يتنفسُ معكِ يا فاطمة القاهرة · 7 أكتوبر2009 |
Alegría | فـرح |
Este punto blanco es la niña que habríamos hecho si fuéramos prudentes. Habría llevado tu ceceo y algo de mi nerviosismo tu nombre y por supuesto, mi nariz su nariz sin el defecto de tu nariz para que huela las flores de mi cuello y distinga entre el chocolate y la pasión, los niños deben preferir el chocolate ¡para ser niños! Esta gota redonda dentro de un pequeño estanque a lo largo, verde y ancho encima de mi cama es nuestra niña que no vino su trenza (que ahora se disuelve en el agua del grifo) de mi pelo rizado y sus ojos, por supuesto, marrones reflejan —como tus ojos— la luz del sol que se aclara al atardecer. Fui. La llamaré Alegría. El Cairo · 5 Mayo 2009 | هذه النقطةُ البيضاء كنتُ القاهرة · 5 مايو 2009 |
Córdoba | قرطبة |
Cuando confiemos la tierra a Dios deberemos devolver al Universo su primera manera de ser: plantar los bosques que hemos quemado llenar con nuestras almas los templos cuyo espíritu habíamos enterrado. Volver a dar confianza al pájaro y su canto, que aprendió a callar cada vez que nos acercamos a un árbol. Hacer que el desierto vuelva a ser desierto y los campos, el Paraíso. Acostumbrarnos a caminar sobre la arena sin que los pesados pies pisoteen alegres enjambres de hormigas. Deberemos dividir el río de Córdoba y ponerle de nombre a un brazo: Yawada * y al otro: Guadalquivir luego convertimos la catedral en mezquita y la mezquita en iglesia romana. Averroes se parará entre el templo y el mihrab para decir: ¡La verdad no contradice la verdad! Después nos plantaremos ante Dios en una larga fila para dar fe de cómo nosotros hicimos que la verdad contradiga la verdad. Córdoba · Abril 2010
| حين نسلِّمَ الأرضَ إلي الله سيكون علينا أن نُعيدَ الكونَ سيرته الأولى: نزرعُ الغاباتِ التي أحرقناها وننفخُ من أرواحِنا في الهياكل التي وأدنا الروحَ منها نُعيدُ للطير أمانَه وزقزقتَه التي تعلّمَ أن يُسكتَها كلمّا مررنا جوار شجرة، نُعيدُ الصحراءَ صحراءَ والمروجَ فراديسَ وندرّبُ أنفسَنا أن نسيرَ فوق الرمال دون أن تدهسَ أقدامُنا الطولى أسرابَ النمل الطيبة، سيكونُ علينا أن نفكِّكَ نهرَ قرطبةَ ونمنحَ شطرًا اسم: جوادا وشطرًا: الوادي الكبير ثم نعيدُ الكاتدرائيةَ مسجدًا والمسجدَ كنيسةً رومانيةً سيقفُ ابن رشد بين الهيكل والمحراب ليقول: الحقُّ لا يضادُّ الحقَّ! ثم نقف أمام الله في صف طويل لنشهدَ كيف نحن جعلنا الحقَّ يُضادُّ الحقّ. 2010 قرطبة · أبريل |
© Fatima Naoot [Cedido por la autora · Abril 2010] | Traducción del árabe: © Eva Chaves