Opinión

Arrepiéntase, Luca Palamara

Saverio Lodato
Saverio Lodato
· 4 minutos

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Palermo |  Junio  2020

Es muy fácil burlarse del poderoso que cae en desgracia. Muy fácil ocultarse detrás de las nobles palabras del jefe del estado, Sergio Matarella, para irse de rositas, para arroparse con una ética refleja —esa ética auspiciada de forma sacrosanta precisamente desde lo alto del Quirinal—, para dar el tiro de gracia al chivo expiatorio agonizante.

Los potentes prepotentes, los arrogantes al mando, los que son débiles con los fuertes y fuertes con los débiles, tal como solía decir antes, nunca nos gustaron. Pero, con frecuencia, el poderoso que se despeña estrepitosamente termina casi por enternecernos, cuando vemos que en torno a él se agitan vociferantes sus colegas de antaño. Dado que en esta historia no hay ni un César ni un Bruto, para mantener este parangón histórico sólo quedan —eso sí— un montón de cuchillos afiladísimos.

Estamos hablando de Luca Palamara. El ex poderosísimo jefe de la ANM (Asociación Nacional de Magistrados), expulsado ahora de dicha asociación. Expulsado por haber metido en un lío a la flor y nata de los magistrados de renombre, que han terminado en esos chats de la vergüenza destapados por la autoridad judiciaria de Perusa.

Han hecho bien en expulsarlo, dirán.

Palamara es indefendible, no hay duda. Aunque sólo fuera por esa red opaca que, gracias a él, durante años y años no negó a nadie —o mejor, a casi nadie— el plato de lentejas de rigor. La bazofia, el rancho para aquel que mendigaba un puestecito, adulando o lamiendo, haciendo reverencias o poniéndose literalmente al servicio.

Así que han hecho muy bien en expulsarlo, precisamente porque es indefendible.

¿Cuántos magistrados ocupan ahora altos cargos porque Luca Palamara se prestó a hacer de chef?

Pero, vive Dios que todavía queda alguna pregunta pendiente. ¿Dónde iban a parar los platos de lentejas que él cocinaba pacientemente? ¿Cuántos altos magistrados ocupan ahora altos cargos precisamente porque Luca Palamara se prestó a hacer de chef? Y, ¿podrían al menos abstenerse de comentar la estrepitosa caída de aquel que tanto hizo por ellos? Ahora, apenas expulsado, dice Palamara: “No haré de chivo expiatorio”; “Me han negado el derecho a hablar: eso ni la Inquisición”, “No actué nunca solo”.

Únicamente los imbéciles, o aquellos de mala fe, querido Palamara, pueden pensar que usted lograra hacer todo solo.

Entonces, arrepiéntase, querido Palamara. Cuéntenos todo lo que se le escapó incluso al troyano que le habían inoculado en el móvil.

Cuente con pelos y señales qué idea tienen los políticos de la magistratura italiana y del control de la legalidad. No sólo las cenitas que ya sabemos, también esas que no sabemos.

Cuente con pelos y señales qué idea tienen los políticos del control de la legalidad

Explíquenos bien cuáles son las vías abiertas entre la magistratura y la abogacía. Muy pronta esta última a meterse de lleno en el famoso asunto del CSM (Consejo Superior de la Magistratura), mientras, probablemente, sería mucho mejor que se abstuviera.

Explíquenos también cómo se consigue en Italia llevar a la picota a esos fiscales que no le pedían platos de lentejas, ni las obtenían.

Y ya puestos ¿por qué no lograban su aprobación aquellos colegas suyos que buscan otros escenarios, más allá de los consabidos mafiosos, que podrían estar detrás de los setenta años de violencia y asesinatos en Italia?

En resumen, usted puede contribuir a confirmar esta verdad, mucho más que un troyano que repite todo como un loro. De lo contrario, resígnese a todos esos cambios de chaqueta de aquel que un día iba a cenar con usted y a lo mejor conseguía incluso una entrada para el partido de fútbol. ¿O se creía que lo hacían por su cara bonita?

Pero, sobre todo, un último consejo: deje tranquila a la Inquisición. Usted es todo menos un herético.

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© Saverio Lodato | Publicado en Antimafiaduemila | 20 Junio 2020 | Traducción del italiano: Rocío Moriones Alonso

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