Esa ficción de respeto
Sanaa El Aji El Hanafi
Y otra vez empiezan a hablar de la necesidad de respetar las creencias y los sentimientos de los musulmanes…
En el primer momento de pánico parecen palabras sensatas. Es nuestro deber respetar las creencias de los demás. Pero un momento…
¿Tú no eres aquel que repite “amén” detrás del imam de la mezquita después de todo rezo, cuando este despotrica contra “los cristianos y los judíos”? ¿Eso es respetar la fe de los demás? ¿La respetan los demás que rezan obedientes a tu lado?
Tú que repites obedientemente “amén” cuando el imam invoca llorando: “Oh Dios, haz que sus mujeres sean viudas y sus hijos, huérfanos” ¿estás respetando las creencias y la vida de los demás?
Cuando dices que los chiíes tergiversan el islam ¿respetas las creencias de los demás?
Cuando lees las interpretaciones del Corán en las que se explica que el versículo “Y no nos guíes por el camino de quienes son objeto de tu ira ni de los desviados” se refiere, nuevamente, a judíos y cristianos, ¿respetas la fe de los demás?
Cuando dices que los chiíes tergiversan el islam o que no son musulmanes verdaderos, ¿respetas en ese momento las creencias de los demás?
Además ¿no asegura la mayoría de los musulmanes que el Evangelio y la Tora fueron manipulados? ¿Esto no es una burla punzante de las convicciones y la fe de otros, que creen en las enseñanzas de su religión y sus directrices?
¿No se burla la mayoría de los musulmanes de los monjes y las cartas de indulgencia católicas? ¿Y no es estouna burla de las creencias de los demás y el ejercicio de su fe?
¿No criticamos nosotros, tanto en la prensa como en las redes sociales, el extremismo del movimiento jaredí judío? Entonces, cuando un medio de comunicación occidental escribe sobre las formas de extremismo suní o chií ¿por qué lo consideramos un ataque contra el islam?
Nos creemos el centro del mundo: nosotros tenemos derecho a burlarnos de todas las religiones
Tú mismo, cuando te burlas de los hindúes porque son “adoradores de las vacas” (lo cual en realidad traduce más tu ignorancia que la verdadera fe hindú) ¿estás respetando las creencias de los demás?
¿Nos imaginamos qué pasaría si algunos hindúes extremistas empezaran a cortarle la cabeza a todo musulmán que se burle de ellos por “adorar a vacas”
¿Nos imaginamos qué pasaría si algunos hindúes extremistas empezaran a cortarle la cabeza a todo musulmán que se burle de ellos por “adorar a vacas”, bajo pretexto de que esto es “una ofensa a sus creencias”?
¿Esta imagen nos parece bárbara, chocante, inaceptable? Pero no es más bárbara que matar a un artista porque haya dibujado una caricatura del profeta del islam, o a un profesor que ha utilizado este dibujo en un debate con sus alumnos. ¿Pero sí te imaginas que tu rechazo a que otro critique tu fe o se burle de ella te hace a ti matarlo o “entender” que lo maten?
Dios, es como si nos creyéramos el centro del mundo: nosotros tenemos derecho a burlarnos de todas las religiones, incluso de las corrientes que hay dentro de la nuestra (¿no se burlan los suníes de lo chiíes y no se mofan los chiíes de los suníes?) pero a la vez decimos que nadie tiene derecho a burlarse de la fe de los demás. En este caso tendremos necesidad de ir muy seguidamente al psicólogo para que nos cure ese narcisismo excesivo y de la ficción de ser el centro del universo. Una ficción que nos hace imaginarnos de forma implícita que que tenemos el derecho, casi la obligación religiosa, de mofarnos todas las creencias del mundo, pero que nadie tiene el derecho de burlarse de las nuestras ni de criticarlas.
Al asesino nada lo puede exculpar. Y menos cuando su motivo es una diferencia de idearios religiosos
Nosotros tenemos derecho a criticar la institución monacal cristiana o burlarnos de ella, pero los demás no tienen derecho de criticar el concepto de “esclavos adquiridos en la guerra” del islam ni de burlarse de él. Nosotros podemos reírnos de que una mujer tenga a varios maridos en algunas tribus asiáticas, pero si otra persona critica el que el islam permite tener varias esposas, lo consideramos un ataque a nuestra religión. Nosotros tenemos derecho a hablar del abuso sexual infantil en la Iglesia, pero hablar de los imames que violan a niños o mujeres es tergiversar el islam y atacar la religión.
Fueron sintomáticas las reacciones cuando algunos musulmanes criticaban de forma tajante el criminal asesinato del profesor Samuel Paty en Francia: “El asesino no representa el islam… pero el profesor tendría que haber respetado las creencias de los demás”. Esto se repite con insistencia: incluso cuando denunciamos el asesinato, primero denunciamos la actitud del profesor y exculpamos al asesino por su “furia y su fervor islámico”.
Al asesino nada lo puede exculpar. Y mucho menos cuando su motivo era una diferencia de idearios religiosos.
Hoy día, el laicismo y la capacidad de criticar todas las religiones es lo que ha hecho avanzar la sociedad europea y americana y lo que ha posibilitado su apertura y su capacidad de aceptar y asimilar diferentes religiones y confesiones. Es esto lo que permite a los musulmanes en Estados Unidos, Canadá, Francia, Holanda y otros países practicar sus ritos en libertad, construir mezquitas, y ser activos en la sociedad, la política y los sindicatos (¿imaginan que un inmigrante senegalés en Marruecos o un sudanés en Egipto o un paquistaní en Arabia Saudí se presente a las elecciones y llegue a ministro?)
Por supuesto hay formas de altercados y racismo en estas sociedades, pero también las criticamos para ir reformándolas y mejorándolas. Así evolucionan las democracias: con debates, críticas, ajustes y cambios. Como no se puede evolucionar es recluyéndose en uno mismo y considerando que todo intento de crítica desde dentro o desde fuera… es un ataque contra el islam.
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© Sanaa El Aji | Primero publicado en Al Hurra · 22 Octubre 2020 | Traducción del árabe: Ilya U. Topper
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