¡Viva Túnez!
Sanaa El Aji El Hanafi
De verdad que temo por Túnez en estos momentos de descalabro.
Temo por los tunecinos y las tunecinas porque se acaba de nombrar a una mujer en el cargo de jefe del Gobierno.
Temo que se arruine su sociedad y temo por su futuro político, social y económico.
Temo por los principios religiosos de los tunecinos y las tunecinas y por sus valores.
¿Cómo triunfarán en el futuro cuando sobre ellos manda… una mujer? ¿Cómo pueden triunfar si la máxima autoridad del Gobierno es una persona disminuida en cuestión de razón y fe?
¿Cúal será su destino, cuando la tradición profética y toda la colección de dichos verdaderos recogidos por Bujari afirman que “no triunfará un pueblo que delega el mando en una mujer”. ¿Seguirán el ejemplo de Alemania y Singapur y similares Estados fallidos?
¿Cómo creerán los tunecinos en su futuro, que hasta ahora estaba en manos de hombres a los que nadie preguntaba si tenían éxito o no?
¿Cómo se calmará el corazón de los tunecinos y las tunecinas?
¿Detrás de quién rezarán el viernes? ¿Quién hará la prédica? ¿Quién convocará la oración por la lluvia cuando amenaza sequía? ¿Quién encabezará las misivas de la peregrinación?
¿Seguirá Túnez el ejemplo de Alemania y Singapur y similares Estados fallidos?
Es más… ¿podrá la nueva primera ministra saludar con un apretón de manos a los miembros del gabinete tunecino y a los demás jefes de Estado y de Gobierno con los que tendrá que interactuar? ¿Y qué pasa cuando escuchen su voz desnuda? Y su marido ¿no temerá por su honor porque ella se sentará en reuniones de hombres? Y por cierto ¿se les ha preguntado a su tutor (su marido o su padre) si aceptan su nombramiento en el cargo? ¿Y podrá viajar sola? ¿O necesitará que la acompañe un hombre de su familia como custodio?
¿Aceptarán los ministros del Gobierno tunecino que su jefa sea una mujer, con toda la debilidad y pasión que caracterizan a las mujeres?
¡Todas esas preguntas deberían quitarle el sueño a los tunecinos y a las tunecinas que defienden el futuro de su país!
Mientras esperemos unas respuestas convincentes, nuestro corazón está con Túnez y afirmamos nuestra total solidaridad con los tunecinos y las tunecinas en estas graves circunstancias que, esperamos, no afecten a los valores de nuestros hermanos en la verde Túnez, ni a su devoción, ni a su fe en el Supremo Todopoderoso y en la religión islámica.
En Marruecos se acaba de elegir en los comicios locales a tres mujeres como alcaldesas
Nuestro corazón está también con Marruecos, que no ha dado aún este paso decidido hacia esa actitud hostil a un dicho del Profeta confirmado o al menos considerado probables por los exégetas. Pero también en Marruecos se acaba de elegir en los comicios locales a tres mujeres como alcaldesas de tres importantes ciudades: Casablanca, Rabat y Marrakech en lo que es un precedente político inaudito en Marruecos… Y no sabemos todavía cuál será la situación de los vecinos de estas urbes, que verán en vivo y en directo a mujeres gestionando sus asuntos y tomando decisiones en todos los ámbitos de la vida cotidiana ciudadana.
Tampoco sé en qué estado quedará la población de Marruecos cuando en las últimas elecciones han salido elegidas 94 diputadas, sumando la Cámara Baja y la Alta.
Hace dos días nos preguntó alguien por los límites de poder de las nuevas alcaldesas en Marruecos en la gestión de las guerrillas políticas en las que tanto destacan los hombres. Dijo: Cuando se elige o se nombra a un responsable hombre, poca gente cuestiona sus cualificaciones políticas y administrativas. Pero cuando se nombra o se elige a una mujer para un cargo, todo el mundo cuestiona sus cualificaciones; los periodistas preguntan cómo conseguirá compaginar llevar su casa y ocuparse de su familia, por una parte, con sus nuevas responsabilidades políticas, por otra. Como si a un hombre de entrada no le podría afectar esa cuestión… y como si todo pueblo necesariamente triunfase si delega el mando en un hombre.
El nombramiento de Nadjla Bouden es un precedente histórico en Túnez, Magreb y Oriente Próximo
Es cierto que el nombramiento de Nadjla Bouden es un precedente histórico en Túnez y en todos los países de la región del Magreb y de Oriente Próximo. Pero el miedo, todo el miedo, es que a veces estos procesos conllevan una normalización popular: los ciudadanos y las ciudadanas, los y las creyentes, traspasan un umbral y con el transcurrir del tiempo aceptan que sea una mujer la que gestione los asuntos públicos desde el Gobierno. Lo aceptan como aceptan hoy día que haya mujeres diputadas y ministras, sin que eso a nadie le cause ansiedad para el futuro.
Y quién sabe: quizás mañana veamos lo mismo o algo similar en Marruecos o Egipto o Iraq o Líbano.
Cuando ocurra podremos decir, efectivamente, que la conspiración occidental contra las sociedades islámicas, esa que se llama derechos humanos y derechos de las mujeres, ha triunfado.
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© Sanaa El Aji | Primero publicado en Al Hurra · 30 Sep 2021 | Traducción del árabe: Ilya U. Topper
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