Berlusconi, víctima de sus orgías
Darío Menor
¿Qué tiene que pasar en Italia para que Silvio Berlusconi abandone el poder? ¿Cuántos escándalos más están dispuestos sus ciudadanos a consentirle? ¿Hasta qué nivel puede llegar la degradación moral de la política italiana?
Es difícil encontrar una respuesta a estas y otras preguntas que le surgen a cualquier observador que siga la actualidad italiana de los últimos tiempos, en los que las prostitutas menores de edad, las orgías, los insultos y la confrontación se han convertido en el pan nuestro de cada día.
“Incluso para nosotros italianos la crisis que estamos viviendo es complicada de entender”, reconoce Edoardo Novelli, profesor de comunicación política en la Universidad Roma 3. El cacao que vive el país, con unas fronteras entre la vida pública y privada completamente desdibujadas y una sociedad dividida entre detractores y admiradores de ‘Il Cavaliere’, se explica en parte por la que tal vez sea la mayor habilidad de Berlusconi.
El hombre más importante de Italia de los últimos quince años ha sido capaz de mezclar el terreno político, judicial y moral en su provecho consiguiendo que buena parte del país haga una lectura errónea de la realidad, analizando sus últimos escándalos, que le han llevado a ser investigado por instigación a la prostitución de menores y concusión, dentro de la disyuntiva habitual frente a ‘Il Cavaliere’: o se le ve como un ángel o como un demonio.
“Berlusconi relaciona cosas totalmente privadas, que nada tienen que ver con la política, con el contexto ideológico italiano de contraposición. De esta forma es capaz de motivar a los suyos”, apunta Novelli, quien advierte de que ya ocurrió algo similar con el caso de Noemi Letizia, la menor de edad con la que también se le relacionó después de que acudiera a su fiesta de cumpleaños. “Primero estuvo dos días en silencio en los que sus colaboradores no sabían que hacer y luego respondió diciendo que se trataba de un asalto de parte de la magistratura a su vida privada”.
Bacanales habituales
El último y tal vez más grave de los escándalos sexuales del primer ministro ha provocado que la imagen del país descienda a un nivel paupérrimo. Todo por culpa de las supuestas bacanales que el mandatario celebra habitualmente hasta con una veintena de muchachas, una de ellas menor de edad.
El escándalo estalló cuando, el pasado día 14, la Fiscalía de Milán confirmó que estaba investigando a Berlusconi por un posible delito de concusión (abuso de autoridad) y de instigación a la prostitución de menores. Estos delitos, según la legislación italiana, suponen penas de cárcel que van de los 4 a los 12 años en el primer caso y de 6 meses a 3 años en el segundo.
Según la acusación, el primer ministro presionó a los agentes que habían detenido por robo a la muchacha de origen marroquí Karima Mahroug, conocida como ‘Ruby Robacorazones’, una explosiva aspirante a modelo y azafata de televisión con la que habría mantenido relaciones sexuales cuando todavía no había cumplido 18 años.
Estas fiestas, en las que Berlusconi se rodea de muchachas, reciben el nombre de ‘bunga bunga’
El nombre de Ruby ya había aparecido en los diarios italianos el pasado mes de octubre, cuando la muchacha narró con todo lujo de detalles sus participaciones en las bacanales eróticas que, al parecer, ‘Il Cavaliere’ organiza en su casa de Arcore, en el norte del país.
Estas fiestas, en las que el primer ministro se rodea de una veintena de muchachas, reciben el nombre de ‘bunga bunga’, un término que Berlusconi copió del dictador libio Muammar Gaddafi, quien aparentemente lo utiliza para referirse a los encuentros erótico festivos que mantiene con las mujeres de su ‘harén’.
Ruby, que pasó media docena de noches en la mansión de Arcore, asistió a varios ‘bunga bunga’. En ellos ‘Il Cavaliere’, por lo general el único hombre, primero invita a las asistentes a cenar y luego toca el piano, canta y cuenta chistes para divertirlas. Más tarde se dirige con las jóvenes a una piscina, donde las muchachas se bañan completamente desnudas o, al menos, con los pechos al aire. En otras ocasiones todos se dirigen a una habitación donde las jóvenes intentan seducir al mandatario con bailes y juegos eróticos.
Al final de la noche, una de ellas, o en algunas ocasiones dos, pasan la noche con ‘Il Cavaliere’. Estas afortunadas reciben por lo general hasta 5.000 euros por sus prestaciones sexuales y caros regalos, como vestidos de marca o joyas . El resto de participantes en los ‘bunga bunga’ también se embolsa una buena cantidad. En total, según las escuchas telefónicas realizadas a las jóvenes, los investigadores consideran que cada una de estas fiestas le costaba a Berlusconi hasta 70.000 euros.
Además de la declaración de Ruby y de las interceptaciones telefónicas que las autoridades han hecho a su teléfono y a los otros investigados, la Fiscalía cuenta con la declaración de una chica que acudió a una de estas fiestas sin saber bien de qué se trataba y que, escandalizada, ha decidido colaborar con la Justicia.
También ha confirmado que Ruby mantuvo relaciones sexuales con Berlusconi cuando todavía era menor otra de las invitadas habituales a estos bacanales. Según su testimonio, ella y Ruby recibieron 5.000 euros por pasar la noche entera con ‘Il Cavaliere’ después de que fueran elegidas tras el ritual habitual de los ‘bunga bunga’.
Berlusconi puede parafrasear a Luis XIV: él solo no es el Estado, pero sí que es el centro derecha
La cascada de noticias sobre las orgías del primer ministro ha provocado las esperadas críticas de parte de la oposición. Han sido casi las únicas. En el partido del mandatario, el Pueblo de la Libertad (PDL), y en las filas de su principal aliado, la Liga Norte, nadie ha abierto la boca.
Sin sustituto en la derecha
Ni siquiera la Iglesia le ha criticado con contundencia: ha preferido meter prisa a la Fiscalía de Milán que le investiga para que aclare los hechos. La falta de contestación interna entre los suyos se explica porque Berlusconi puede parafrasear sin temor a Luis XIV: él solo no es el Estado, pero sí que es el centro derecha. Si deja la política, el PDL desaparece.
Este temor a que si Il Cavaliere abandona el poder el país quedará a merced de la izquierda atenaza a buena parte del electorado. Se ve claro en las encuestas, que prevén una ligera caída del PDL y sólo un pequeño avance de la principal formación de la oposición, el Partido Democrático.
Lo único que aumenta de manera significativa en los sondeos es el número de indecisos. Estos italianos que probablemente han votado alguna vez a Berlusconi y que ahora no saben bien qué hacer son el objetivo principal de la maquinaria mediática del magnate, que se ha puesto a trabajar de inmediato para conseguir contrarrestar el escándalo.
Intentan presentar a Berlusconi como la víctima de un complot de una parte de la magistratura
Los tres canales televisivos de Mediaset, el diario Il Giornale, otros medios afines y el propio primer ministro a través de dos mensajes en vídeo colgados en internet batallan estos días para insertar la investigación judicial dentro de la retórica política. Intentan presentar a Berlusconi como la víctima de un complot de una parte de la magistratura, que pretende suplantar la voluntad de los electores alejándole del poder.
El último movimiento importante ha sido el del semanario Panorama, que ha descrito a ‘Il Cavaliere’ y al resto de indagados como mártires de los magistrados al señalar que han sufrido más de 100.000 interceptaciones telefónicas en los últimos seis meses.
Marco Cacciotto, profesor de Marketing Político en la Universidad de Milán, identificaba en un artículo en Il Sole 24 Ore los cuatro puntos básicos de esta estrategia: primero, negarlo todo; segundo, si no se puede negar, minimizar los hechos; tercero, y cuando falla el paso anterior, desacreditar; y cuarto y último paso, cuando se ha fracasado en todos los anteriores, distraer.
Según este análisis, la defensa de ‘Il Cavaliere’ está ahora volcada de lleno en el tercer paso: cargar contra el rival, que en esta situación es la Fiscalía. Para comprobarlo sólo hay que echar un vistazo a Il Giornale, que insulta y difama sin vergüenza a una de las fiscales del caso.
No existe un rigor moral, la cuestión ética no es tan importante como en otras naciones
Esta forma de releer la realidad se ve favorecida por la propia idiosincrasia de los italianos. “La filosofía del listillo y la de escapar de una situación utilizando cualquier método forman parte del carácter de este país. En el fondo no existe un rigor moral, la cuestión ética no es tan importante como en otras naciones”, explica Novelli.
Sus compatriotas, además, muestran un gran enamoramiento frente al poder, un sentimiento peligroso, ya que puede cambiar de golpe. “Recordemos a Mussolini fusilado y colgado por los tobillos o la lluvia de monedas que los ciudadanos le lanzaron a Craxi”.