Amre Moussa
«Sisi deberá implantar la tercera república en Egipto»
Imane Rachidi
El Cairo | Mayo 2014
El histórico político egipcio nos recibe tras varios intentos en su oficina en el barrio cairota de Garden City para charlar sobre la situación del país y el futuro de Egipto tras las elecciones presidenciales de 26 y 27 de mayo en las que, previsiblemente, ganará Abdelfatah Sisi. Acaba de volver de un sorprendente viaje a Washington en el que se reunió con importantes autoridades estadounidenses haciendo un aparente papel de ministro de Exteriores.
Amre Moussa (El Cairo, 1936), tiene una larga carrera diplomática a sus espaldas. Se graduó en Derecho apenas cinco años después de que Gamal Abdel Nasser derrocara la monarquía – 1952 – y al año siguiente empezó a trabajar en el Ministerio de Exteriores. Tres décadas y numerosas misiones en el extranjero más tarde, en 1991 asumió la cartera, que mantuvo durante diez años. En 2001 fue nombrado secretario general de la Liga Árabe, función que cumplió durante otra década.
Moussa fue claro favorito en los sondeos antes de las elecciones presidenciales de 2012, situándose en el bando de quienes fueron llamados despectivamente ‘fulul’, por sus vínculos con el régimen de Mubarak, y con una clara posición contraria al islamismo defendido por los Hermanos Musulmanes y candidatos de su entorno, como Mohamed Morsi. Al final, Moussa quedó quinto con poco más del 11 por ciento de los votos.
«Si Sisi será el futuro Charles de Gaulle depende de la situación del país en la próxima etapa»
Tras el golpe del 30 de junio de 2013 volvió a involucrarse más directamente en la política y ahora se cuenta entre los asesores del exgeneral Abdelfatah Sisi, artífice del derrocamiento de Morsi y candidato a presidente en las elecciones que se celebran este lunes y martes.
Tres años de revoluciones, atentados, violencia, gobiernos militares… Con tanto conflicto interno ¿Egipto sigue siendo Umm ad Dunia, la Madre del Mundo, como la llaman los egipcios?
Claro que Egipto es la madre del mundo y nadie cambiará eso. Es cierto que actualmente estamos pasando por una crisis, pero eso no cambia la naturaleza del país. Después del 25 de enero [de 2011, inicio de las manifestaciones en Tahrir] , se ha desestabilizado mucho la situación y hubo un retroceso en su faceta política, lo que se vio empeorado por la falta de estabilidad y la crisis económica. Pero todo eso lo dejaremos atrás, gracias a la hoja de ruta, para volver a construir el país de nuevo.
Usted ha propuesto que Abedelfatah Sisi, al mando ahora, deberá implantar la “III Republica”; ¿esto qué significa?
Yo califiqué el gobierno de los Hermanos Musulmanes como la II República. La de ahora será la tercera república porque la situación es distinta, porque las tres repúblicas son muy distintas una de la otra, y más aún de la presidencia de Anuar Sadat o Gamal Abdel Nasser. La futura república estará más ligada aún al progreso y al siglo XXI. Si Sisi será el futuro Charles de Gaulle depende de la situación del país en la próxima etapa y lo que consiga hacer. Él viene con la intención de hacer cambios en el país y aplicar una nueva política, pero no tenemos un país que conquistar como hizo con Francia Charles de Gaulle.
«Yo no puedo decir que soy “el asesor de Abdel Fatah Sisi”: soy uno de los asesores»
¿Se puede comparar la situación de Egipto con la de Francia tras la II Guerra Mundial?
Lo que pasó en Francia con Charles de Gaulle se puede resumir en la influencia de la situación en el exterior, como lo fue Argelia para ellos, que provocó inestabilidad en Francia. En cambio en Egipto, nuestro problema es a nivel interno, lo que nos provoca inseguridad está dentro del país.
¿Qué necesita Sisi para que haya una tercera republica en Egipto?
Sisi trabajará bajo las normas de la Constitución y eso es algo nuevo en Egipto, y después bajo las leyes democráticas: respetando un gobierno elegido democráticamente con una duración de cuatro años. Establecerá una nueva hoja de ruta para volver a construir Egipto. Respetará las normas que le ponga también el tiempo, y gobernará según la situación que haya en el país. Lo que está claro es que no aceptará gobernar un régimen fallido. Sisi construirá un Estado vivo, que avanzará con rapidez, consciente de que vive en el siglo XXI y que tiene grandes retos como son los intelectuales y la velocidad de desarrollo de las sociedades internacionales.
¿Es usted asesor de Sisi?
Yo no puedo decir que soy “el asesor de Abdel Fatah Sisi”: soy uno de los asesores. Soy uno de los ciudadanos que de vez en cuando propone algo concreto u opina sobre alguna cuestión determinada. Yo no le doy consejos a Sisi sino que opino sobre diferentes puntos de vista y debatimos, y todas tienen que ver con la Constitución y la democracia.
¿Cuál es su papel en estas elecciones?
Soy un seguidor de una persona, soy un ciudadano más que va a votar a Abdelfatah Sisi y seguiré apoyándolo en todos los sentidos. No pertenezco a su campaña sino que estoy e el bando de los asesores.
¿Me puede asegurar que no habrá más gobierno militar en Egipto?
No volverá el gobierno militar a Egipto, sin duda alguna. La condición sine qua non para que Sisi se presente como candidato fue su renuncia a ser ministro de Defensa y jefe de las Fuerzas Armadas. Ahora mismo es un exmiembro del Ejército, al igual que lo fue De Gaulle. Y hay que recordar que a De Gaulle nunca se le llamaba “presidente” sino siempre “general”.
¿Se está aplicando la Constitución?
La Constitución es un conjunto de derechos y obligaciones y leyes. Pero ahora estamos en nuestro camino a aplicar la Constitución, que se hará más efectivo cuando tengamos un presidente elegido y un Parlamento, y cuando haya unas instituciones formadas. No obstante, esto no quita que ahora mismo el gobierno deba respetar la Constitución.
«Sisi viene de dirigir una gran institución como es el Ejército, con lo cual está preparado para dirigir el Estado»
¿Está preparado Sisi para la labor?
Por todo lo que lo conozco, está totalmente preparado. Está dispuesto a asumir la presidencia y tiene planes, tiene decididos los pasos a dar y está firme en su decisión de dirigir el país. La preparación se ve, por ejemplo, en su papel el 30 de junio [de 2013, fecha del golpe de Estado], cuando tomó la decisión más pacífica. Pero también, después de renunciar a su cargo en el Ejército, ha participado en reuniones sobre economía, política, entre otras, y para mi está claro que está preparado y por eso le voy a votar. Yo le voto porque está preparado, porque no viene del antiguo régimen y porque viene de dirigir una gran institución como es el Ejército, con lo cual está preparado para dirigir otra institución más grande que es el Estado.
¿Dónde está el programa electoral?
Por supuesto que hay un programa electoral, está escrito, preparado y se conocen muchas de sus partes.
¿Es posible una reconciliación de todos los sectores de la sociedad?
La reconciliación requiere que todas las partes estén dispuestas a reconciliarse. ¿Están preparados los Hermanos Musulmanes, por ejemplo, para la reconciliación o no? Eso hay que preguntárselo a ellos. De todos modos, la reconciliación sólo es posible aceptando la Constitución y las leyes para entrar en la próxima fase electoral de las parlamentarias. Poner fin a la violencia es otra de las cuestiones imprescindibles. Es el único camino.
«Cuando los Hermanos Musulmanes acepten las normas, entonces que dejen claras sus intenciones políticas»
¿Esas son las condiciones para volver a integrar a los Hermanos en la esfera política?
Yo no hablo de sentarse a la misma mesa, eso todavía no es ninguna propuesta. Me refiero a que en la próxima etapa, el futuro gobierno de Egipto es firme en su decisión de respetar y aplicar la nueva Constitución que no diferencia entre ciudadanos. Cuando los Hermanos acepten las normas, entonces que dejen claras sus intenciones políticas.
¿Quiénes son los Hermanos Musulmanes y dónde están a día de hoy?
Algunos de ellos están en la cárcel a la espera de ser juzgados, otros en el exterior y algunos en Egipto. Muchos han dejado a la organización y ahora son opositores a ella.
¿Los egipcios que no apoyan las presidenciales, son todos de los Hermanos?
Esos son opositores, y acepten o no, las presidenciales se celebrarán el 26 y 27 de mayo y se votará al nuevo presidente. En este país manda la mayoría, que está dispuesta a participar en esos comicios a la presidencia y al Parlamento. Hay gente que no aceptan las elecciones, que dice que no va a participar o que prefieren hacer vandalismo antes de elegir el camino democrático. Yo sólo digo que si son opositores dentro de un marco político y pacífico, son aceptados.
¿Cuál podría ser el papel de los Hermanos en la etapa futura?
Estas son palabras del pasado. Hoy estamos en un régimen democrático y aquí nadie le dará un papel a nadie, ni se lo quitará. Este sistema democrático les permite participar en las próximas elecciones, tanto parlamentarias como locales. Se acabó la idea de que un dictador vendrá y les prohibirá participar. No hay ningún dictador, habrá un presidente elegido democráticamente; y unas elecciones siguientes en las que ganarán todos los que tengan intención de participar en la vida política.
Usted visitó recientemente Estados Unidos. ¿Cómo va la relación con Washington?
Fue una invitación del Instituto de Oriente Medio para dar una charla y hablar sobre la situación en Egipto y Oriente Medio. Cuando llegué a EE UU, la verdad es que encontré las puertas abiertas y muchas ganas de escuchar información sobre la transición en Egipto, los problemas de la región y las relaciones de El Cairo con los EE UU y el resto de países árabes. Fue también una oportunidad para reunirme con el ministro de Exteriores, consejeros en temas de seguridad, periodistas estadounidenses, etc. Ahora es un momento en el que queremos estrechar las relaciones con ellos.
¿Cuáles son los países a los que Egipto se debe acercar más a partir de ahora?
En las relaciones internacionales no se eligen amigos en concreto, sino que hay que intentar llevarse bien con todos los países. Rusia y Estados Unidos son nuestros amigos, y ninguna relación es excluyente. Yo soy partidario de que haya fuertes relaciones con EE UU, lo que no quita que haya también con Rusia, Grecia, China o Brasil.
¿Tendrá usted un puesto en el próximo gobierno?
A mi esa cuestión no me preocupa ahora mismo, tener un puesto o no. Desde cualquier puesto en el que esté yo puedo trabajar para Egipto.
¿No es un error votar a Sisi por ser “un heróe” y por su papel el 30 de junio?
Nosotros como ciudadanos consideramos que hizo una gran labor nacional y nos hace pensar que es el hombre que necesita Egipto a día de hoy.
«La prensa dice que 529 personas fueron condenadas a muerte, y es mentira, sólo se sentenció a siete»
¿Qué opina usted de las frecuentes acusaciones a prensa extranjera de “traicionar” a Egipto cuando describe lo ocurrido el 30 de junio como golpe de Estado?
La prensa extranjera debe ser honrada a la hora de dar información, pero algunos cuentan muchas mentiras porque dicen que en Egipto hay una gran inestabilidad, que estamos al borde una guerra civil, que es muy peligroso. Son informaciones contrariadas, falsas, exageradas… Deben saber tratar asuntos como el del Sinaí, donde la lucha contra el terrorismo no ha terminado aún. En las universidades, en algunas zonas de Egipto, hay manifestaciones. Los medios deben dar información contrastada y equilibrada.
¿Qué informaciones falsas se han dado, por ejemplo?
Yo me sorprendí mucho cuando estaba en EE UU y leí una noticia que decía que 529 personas fueron condenadas a muerte. Eso es mentira, en un único caso, todos ellos recibieron diferentes penas, desde muerte a prisión o libertad. Pero algunas informaciones de prensa se titulaban así, y eso es mentira. Yo me escandalicé cuando vi esa noticia y me pregunté que por qué había pasado eso, pero cuando volví a Egipto me di cuenta de que era mentira. Sólo se sentenció a siete de los presentes a muerte, y me preguntará si eso me parece poco, pero es que el fiscal recurrió la sentencia.
Desde hace años observamos en Egipto una expansión del ideario religioso, incluso un acercamiento al wahabismo de Arabia Saudí.
Ha terminado la etapa en la que se mezclaba religión y Estado. Eso ya no existe y no vamos a volver nunca. Es un gran error y es muy peligroso. Mezclar política y religión no es útil, sea cual sea la forma de entender la religión o quien lo haga.
«Los salafistas piden aplicar la sharia, pero la propia Constitución dice que la fuente de legislación es la sharía»
¿Y qué ocurre con los salafistas que fueron en 2011 el segundo partido más votado?
Que las elecciones nos demuestren cuál es su poder y su futuro en Egipto. En un contexto democrático porque en este país hay una Constitución y unas normas. Es un partido político, no religioso, que llama a aplicar de una determinada manera de la sharía. Pero la propia Constitución dice que la fuente de legislación es la sharía.
Tras la caída de Mubarak, la palabra “fulul” se utilizaba despectivamente para quienes tenían vínculos con el régimen antiguo. ¿Aún existe esa división social?
Encontraremos a ‘fulul’ en cualquier etapa de las anteriores; si quieres encontrar ‘fulul’, los habrá en diferentes estratos. Pero eso es un invento de los Hermanos Musulmanes para crear conflicto en la sociedad egipcia. Todos son ciudadanos egipcios y que tienen los mismos derechos, en igualdad. No hay distinción entre ellos, ni entre hombres y mujeres, pequeños y grandes, blancos y negros. Todos tienen el mismo gobierno, no hay nada que se llame fulul ni división entre la sociedad. Todos tienen las mismas oportunidades y son iguales ante la ley.
Pero sí que sigue habiendo miembros del partido de Mubarak.
El próximo gobierno se construirá sobre lo elegido en las presidenciales y yo no puedo hablar sobre eso. No sé qué partido predominará o no…
«Lo que ocurrió en Egipto y Túnez es un movimiento de cambio y ningún país árabe volverá a su situación anterior»
Egipto ha vivido mucho del turismo, pero en los últimos dos años, éste ha bajado mucho. ¿Lo recuperará pronto?
El turismo volverá a Egipto cuando se consiga la seguridad y la victoria sobre el terrorismo y la violencia, algo que conseguiremos pronto. Aplicando las leyes, con un nuevo presidente, un nuevo parlamento, unas leyes que se respeten.
Hablando de leyes: la ley de protestas impone enormes restricciones a las manifestaciones.
Las leyes de manifestación existen en todos los países y hay que respetarlas. Todo el mundo tiene derecho a la manifestación pacífica pero no violentamente, cortando carreteras o creando un ambiente de violencia. La ley de protesta es imprescindible porque legisla las manifestaciones, no las prohíbe. Y es para que la gente se acostumbre a las manifestaciones como algo que forma parte de la vida política y como algo democrático. De todos modos, en Egipto habrá un Parlamento y si una ley necesita modificaciones, las hará.
Muchos dicen ahora que con Mubarak eran pobres pero al menos vivían tranquilos.
Lo que ocurrió en Egipto, en Túnez y el resto de países árabe, y lo que seguirá ocurriendo, son movimientos de cambio con sus complicaciones, pero ningún país árabe volverá a su situación anterior.
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