Iara Lee
«En Brasil soy una heroína, en EE UU una terrorista»
Daniel Iriarte
Estambul | Julio 2010 | Con Ilya U. Topper
Su apellido y sus ojos son coreanos, su voz y su risa son brasileños, habla inglés como si fuera su idioma ―dice “nosotros” cuando se refiere a Estados Unidos, como hace cualquier ciudadano de ese país― tiene vecinos y amigos en Beirut y en Tehéran y juega con la idea de establecerse en Estambul. Todo eso sin contar con la causa que defendió en verano ante Naciones Unidas: Gaza.
Iara Lee fue una de las muchas activistas internacionales que participaron en mayo en la Flotilla de la Libertad que intentaba romper el bloqueo de Gaza. Se hallaba en el barco Mavi Marmara cuando éste fue asaltado por comandos israelíes y fue la única persona que consiguió salvar parte del vídeo que documentaba el ataque.
Nacida en Brasil a inicios de los sesenta, de padres coreanos, Iara Lee dirigió de 1984 a 1989 la Mostra Internacional de Cinema de São Paulo. Ese año se mudó a Estados Unidos, donde se hizo un nombre como directora de los documentales Synthetic Pleasures y Modulations, en 2002 siguió el corto Beneath the Borqa, sobre Afganistán. Tras rodar, trabajar y vivir en numerosos países, se embarcó en marzo de 2010 en la flotilla de Gaza.
¿Cómo evalúa la experiencia de Gaza? ¿Valió la pena?
En la flotilla de Gaza nos masacraron, pero cambiamos el rumbo de la historia del conflicto y podemos utilizar esta oportunidad para despertar a la gente. Cuando Israel mató a los libaneses en 2006, nadie hizo nada. Mataron a los gazatíes en la operación ‘Plomo Fundido’, y nadie hizo nada. Pero como éramos tan internacionales, la gente dijo: oh, un noruego, una brasileña, americanos, belgas, franceses… Deberíamos usar este momento de reflexión para preguntar: ¿son los palestinos únicamente terroristas o es que los israelíes son terroristas, comportándose como se comportan? Y han aparecido incluso pequeñas fisuras en los medios de comunicación convencionales: por primera vez, el New York Times escribió que la ocupación era repugnante. Esto es un hito.
Usted fue la única que consiguió salvar un vídeo que documentaba el asalto. ¿Cómo consiguió sacar las cintas del barco?
Éramos cientos de personas en el barco. Esta operación de meternos a todos en prisión era muy caótica. Cuando desembarcamos en Ashdod, había una sala enorme con gente que nos interrogaba, nos tomaba las huellas dactilares, nos hacía fotos… IIara Leeban por razas, a los que tenían pinta de árabes, con barbas y eso, les miraban el pelo, los dientes, bajo la lengua… un registro completo. Pero a los europeos no los trataban tan brutalmente. Y todos escondíamos algo, en todas partes [se toca diferentes partes del cuerpo], todos decíamos: intentaremos sacar algunas fotos fuera, muy pocos lo consiguieron, y mi tripulación fue de las afortunadas y conseguimos pasar y entregarlo al mundo, hubo tan poco que sentí que era mi obligación moral compartirlo.
No pensó en exclusivas…
Cuando mostramos nuestras imágenes grabadas al mundo pensé: jo, es el único material que hay, la prensa querrá mostrar la otra versión de la historia. Pero no: no nos hicieron ningún caso. Ni siquiera nos atacaban, simplemente no nos hacían caso.
¿Y cómo lo difundió?
La estrategia era ofrecer una presentación formal en Naciones Unidas, con la Asociación de Corresponsales de Naciones Unidas, y luego colgarlo en internet, donde todo el mundo podía acceder. Israel se enfadó muchísimo, puso quejas formales, preguntó por qué Naciones Unidas nos habían permitido mostrar las imágenes. Es una guerra de comunicación. Ellos sabían que la mejor metodología era bloquear el sistema de satélite del barco, no permitir a nadie comunicarse con el mundo, meternos en la cárcel incomunicados.
¿Esta guerra sigue?
«Luchamos en los tribunales como pasajeros secuestrados en aguas internacionales»
Están en una segunda vuelta, colgando imágenes manipuladas en el canal de las fuerzas armadas israelíes en internet. Muchos periodistas consiguieron demostrar que hubo imágenes manipuladas, pero los noticiarios de la Fox TV, Life, CNN, no van a salir para decir: por cierto, lo que mostrábamos la semana pasado era todo falso. Saben que la gente presta atención durante poco rato, tiene una memoria corta, de manera que pueden seguir mintiendo. Y las mentiras se quedarán, porque la gente está metida en su vida cotidiana.
¿Qué se puede hacer contra eso?
Lo que tenemos son los movimientos de base, los medios independientes, tenemos que unirnos y trabajar de forma disciplinada. Colgamos el vídeo en internet y un millón de personas se lo bajó. La gente ha utilizado mis imágenes para ilustrar sus testimonios; cuando BBC o Al Jazeera quieren hacer un documental también tienen que utilizarlo porque no hay nada más.
Las redacciones son más importantes en esta guerra que los juzgados?
Tenemos que luchar en los tribunales como pasajeros que fueron secuestrados en aguas internacionales. Eso es otro crimen, habrá un juicio por esto y luego otro por asesinato: dispararon a nueve personas y por las autopsias se sabe que muchos fueron disparados en la cabeza. Es una acción claramente premeditada. Es un asesinato en medio del océano. Tenemos una larga lista de denuncias que pondremos a diferentes niveles, luego saldrá un libro en el que colaboraremos.
¿Hay que repetir el experimento de la flotilla?
Sí, estamos preparando otra flotilla para septiembre, octubre. Estamos organizando convoys que irán por tierra. Deberíamos hacerlo por tierra, mar y aire: deberíamos mandar aviones. ¿Dispararían a los aviones? Iara LeeTal vez los israelíes estén locos, tal vez sí dispararían a aviones con ayuda humanitaria, no lo sé. Pero tenemos que atrevernos, no nos deberíamos dejar intimidar, tenemos que ser valientes, enfrentarnos, no aceptar lo que es ilegal.
¿Habrá que evitar el conflicto, como hizo el barco libio, o continuar, como el Mavi Marmara, arriesgándose a que ocurra otra masacre?
Pienso que tenemos que intentar volver locos a los israelíes. Porque el asedio es ilegal. No se puede bloquear Gaza, la gente necesita una vida normal, necesita vender, exportar, importar… El asedio y el bloqueo son ilegales acorde a la ley humanitaria. Si tuviéramos la capacidad logística de enviar barcos pequeños, barcos grandes, uno cada semana, cada mes [ríe], hasta que la situación cambie y se levante el asedio, eso sería lo mejor.
Incluso Irán ha anunciado que mandará unos barcos…
«Los gobiernos secuestran a veces las causas justas para justificar unos actos atroces»
Es mejor que los iraníes cancelaran su flotilla, porque no queremos que la situación ofrezca más justificación o más pretexto a Israel para cometer otra masacre. Obviamente hay que ser estratégicos. Pero es una jugada valiente que Gadafi decidiera mandar un barco, mostrar solidaridad. No rompió el bloqueo pero es más ruido. Necesitamos seguir haciendo más ruido, para que la gente siga pensando en el asunto. Porque si no, la noticia es ¡oh! ¡hay una masacre! la gente se fija y al día siguiente ya piensa en otra cosa. Debemos tener continuidad porque tenemos afrontar eso de forma diaria hasta que se resuelva, que se levante el bloqueo y que los palestinos tengan el derecho de tener su propio país. No pueden continuar siendo ciudadanos de segunda, oprimidos, ocupados.
Cómo se define usted ¿activista, cineasta, trabajador intelectual, todo junto?
Soy siempre un poco más activista que cineasta. He estado trabajando con cine desde que tengo 19 años, programando, produciendo un festival de cine en Brasil, luego me puse tras la cámara, he hecho cortos, documentales… Mis primeros documentales mostraban qué impacto tiene el arte en la gente; hice un filme sobre música electrónica, otro sobre internet. Era promocionar los valores en los que creo.
Me consta que usted ha visto mucho mundo. ¿Por dónde empezó?
A finales de los noventa estaba investigando a los talibanes y cómo éstos trataban a las mujeres, y como mujer me parecía atroz. Organicé algunas conferencias, hice documentales breves, fui a un campo de refugiados afganos en Peshawar… Acababa de volver a Nueva York cuando la noticia era la caída de las Torres Gemelas. Y los titulares eran: Afganistán, Afganistán… Pocos días después, el gobierno estadounidense dijo que iba a bombardear Afganistán, porque allí había terroristas. Tenían incluso la cara de llamarme y preguntarme si podían usar el corto que hice en Afganistán para justificar ante las tropas que bombardeáramos Afganistán.
¿Cuál fue su reacción?
Me di cuenta de cómo los gobiernos secuestran a veces las causas justas para justificar unos actos atroces. Por eso decidí utilizar las artes y la cultura a favor de la justicia, es la mejor meta y la herramienta más eficaz. Al usar arte y cultura tocas el corazón de la gente, investigas cómo la gente usa la creatividad, la música, filme, fotografía, poesía… para promover la justicia, la paz con justicia. Desde inicios de la década 2000 trabajaba haciendo películas.
¿Y cómo se decidió por esta parte del mundo?
El punto de inflexión era cuando Estados Unidos atacó Iraq en 2003. Éramos millones en la calle, protestando, diciendo que no, que eso no era justificable, y al gobierno le daba igual. Eso me enfadó de verdad. Me dije que me iba de ese país y quería ver lo que pasaba en el mundo. Desde entonces he sido nómada.
En 2006 vivió en Líbano y le sorprendió la guerra. ¿Casualidad?
Intenté entender lo que la gente de Líbano o Irán pensaba sobre el conflicto. Fue muy educativo, y quiero compartir con la gente en Occidente lo que veo y aprendo. En los últimos tres años he rodado en 25 países, en muy distintos conflictos, algunos activos, otros pos-conflictos, como Sierra Leona, Liberia y sus niños soldados, Ruanda con el genocidio, perpetrado con machetes… En Brasil, en mi país, muere más gente por disparos que en las guerras de misiles… Este año rodaré en Congo, Sudán, Afganistán, Pakistán.
¿Qué le trae de vuelta a Turquía?
Estoy aquí para investigar. IHH [Insani Yardim Vakfi, la organización que coordinó la Flotilla de Gaza] es una organización heroica, ahora todo el mundo sabe lo importante que es su trabajo. Cada vez que alguien hace algo bueno, los israelíes intentan descalificarlo como ‘terrorista’. Ya es casi un cumplido… [se ríe]. IHH ha sido desacreditada y yo hago una película corta para mostrar el trabajo que hacen. Trabajan en 120 países, en zonas que no son ni musulmanas, ofrecen ayuda de emergencia, programas de alimentos, ayuda sanitaria…
¿Es cierto que IHH ha trabajado en el desastre de Katrina?
Sí, es cierto. Estuvieron en el desastre de Haití y también en Estados Unidos, ayudando a los americanos afectados por el Katrina. Trabajan en países cristianos también. IHH es una organización islámica pero ¿por qué habría que demonizarlos?
Se les acusa de tener lazos con Hamás.
«Si trabajas en Gaza, tienes que comunicarte con el gobierno local, que resulta ser Hamás»
Si trabajas en Gaza, tienes que comunicarte con el gobierno local, que resulta ser Hamás. Si trabajas en Cisjordania tienes que comunicarte con el gobierno de Ramalá, que es Fatah. Si intentas trabajar en Somalia, intentando asistir a los refugiados, tienes que comunicarte con Shabab. Eso pasa con todos: una organización humanitaria en el terreno no puede simplemente aparecer sin tener luz verde del gobierno local, porque sería poner en peligro a los cooperantes que van allí. Eso no significa que apoyen a ese gobierno local, simplemente hacen su trabajo, que es ayudar a los huérfanos, los refugiados, las víctimas de la guerra, llevar comida, medicinas, educación…
Occidente tiene ahora un gran conflicto con Irán. ¿Qué opina?
Los americanos e israelíes llevan diciendo que hay que bombardear Irán desde hace mucho rato. Cada año: puede que sea este año, puede que sea este mes. Pero todo eso es tan falso…. Israel es el único país de Oriente Medio que tiene cientos de armas nucleares. Irán, en cambio, es miembro del Tratado de No Proliferación, lo firmaron, tienen derecho a este programa de energía nuclear; no hacen nada que vulnere la ley. Si uno realmente quiere señalar algo ¡oiga! Israel tiene cientos de armas nucleares, ¿cómo tienen la audacia de decir algo a los demás? No quiero decir que sea en absoluto bueno que más países se unieran al club nuclear, no sería nada bueno, pero es simplemente por lo hipócrita de la situación…
Las sanciones económicas ¿pueden influir en la política iraní?
¿Quién sufrirá si se imponen? Se vio en Iraq: cuando se impusieron sanciones allí, quién sufrió era el pueblo. Lo mismo pasará en Irán: las sanciones afectarán al pueblo, no al gobierno. Por eso hacemos campaña a través de documentales, entrevistamos a artistas, mostramos el auténtico movimiento a favor de más libertad, contra el gobierno opresor, pero eso no significa justificar un bombardeo.
¿Cuáles son estos movimientos de libertad?
Mis amigos iraníes están justo en medio de la situación: atrapados entre estas terribles fuerzas externas y las internas, es más o menos lo peor que te puedes imaginar. Tenemos que estar atentos a las manipulaciones, centrarnos en ser solidarios con el pueblo iraní y en cómo pueden crear más libertad a través de sus propios movimientos de base, no gracias a fuerzas externas que no tienen realmente intención de liberar Irán.
Conoce bien el país…
Tuve el honor de vivir un año allí, en 2008; lo conocí de primera mano, tuve muchos amigos que incluso me mostraban partes del área kurda, estoy personalmente conectada con este pueblo generoso. Es impresionante: eres una occidental y llegas a Irán y te cae un alud de amabilidad, generosidad, te dan de comer, te invitan a sus casas… Es tremendo que los medios occidentales los describan como un pueblo maligno, cuando son todo lo contrario.
En Estados Unidos y Europa, la causa palestina se ve a menudo como una causa islamista. ¿Qué se puede hacer para cambiar esta imagen?
Eso es racismo, es un prejuicio contra el islam. Yo soy agnóstica. Pero respeto a judíos, cristianos, musulmanes. Obviamente hay gente que secuestra estas religiones bonitas y las manipula para promover el extremismo, la intolerancia. Pero de por sí, estas religiones son bonitas. Los musulmanes son gente generosa; uno de sus mandamientos es ayudar a los oprimidos, forma parte de sus obligaciones: ayudar a los que tienen menos, los enfermos, los heridos.
Pero las religiones no sólo tienen una cara amable…
En general los musulmanes son gente maravillosa y deberían ser respetados al igual que se les respeta a los cristianos, al igual que el judaísmo es una religión bella. Desafortunadamente, Israel están dañando el judaísmo, una de las mayores religiones monoteístas. Es un tema que hay que afrontar. Muchos judíos en todas partes del mundo se lo están pensando ahora: ¿es el gobierno israelí realmente el que mejor nos representa, a nosotros, judíos del mundo? No lo es. Esperamos que haya una disidencia interna, que se enfrenten a su propio gobierno y que provoquen un cambio.
¿Qué reacción recibió usted cuando volvió de Gaza? ¿Correos de apoyo o de ataque?
Mi vida está en un equilibrio entre las cartas de odio y las cartas de amor [ríe]. En Brasil, donde tenemos un gobierno progresista, con la mente muy abierta, soy una heroína. En Estados Unidos, con un gobierno muy proisraelí, soy una terrorista. Obviamente, el trabajo hay que hacerlo en Estados Unidos, por eso volví allí después de salir de la cárcel.
Usted es optimista.
Yo uso mis herramientas. Arte y cultura para abrir la mente de las personas, hacer pequeños gestos, pasos de niño hacia la justicia. Documentar los esfuerzos en todo el mundo. Nadie tiene por qué dejar su trabajo y convertirse en un activista a tiempo completo. Pero si cada uno hace un poquito, las cosas podrían cambiar. En esta época no se puede suprimir la verdad: saldrá a la luz. Aunque sea más lenta que la propaganda. Hay que seguir manteniendo la esperanza, fijarse en las muchas grietas pequeñas, avanzar.
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© Daniel Iriarte & Ilya U. Topper | Especial para M’Sur
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