Por una transición política sin euro
Stelios Kouloglou
El hecho de no haber celebrado el día 24 de este mes, por primera vez desde el año 1974, el aniversario de la restauración de la República en Grecia fue correcto. Porque cuando un cadáver apesta, se entierra, no se celebra. Y el entierro de la República se realizó el 6 de mayo [la fecha del primer turno de las elecciones]. Cuando los partidos políticos, que dominaron durante el período de la transición, se desaprobaron totalmente. Y cuando el 7% de los griegos votó por un grupo de neonazis, que, entre más cosas, cree que los líderes de esa banda criminal, corrupta y ridícula que gobernó el país desde el año 1967 hasta el año 1974 y se derrumbó después de la traición nacional en Chipre, eran más honestos y patriotas que los que gobernaron el país los 38 años siguientes.
La Grecia de 1974, pobre y aislada por el delirio de la dictadura, se metió en la aventura de la democracia
La Grecia de 1974, pobre y totalmente aislada, por las torturas y por el delirio nacionalista de la dictadura, se metió en la aventura de la democracia arrastrada por las olas de cambio en todo el Sur europeo gris: desde la revolución de los claveles en Portugal hasta la caída del régimen fascista de Franco en España.
Para una nación, que desde su independencia estuvo vacilando entre su pasado otomano y la visión de su entrada a la familia europea y civilizada, la restauración de la República fue una ocasión única e histórica: gracias a la insistencia de un hombre, de Constantinos Karamanlis, Grecia consiguió formar parte de la Unión Europea antes de otras nuevas Repúblicas del Sur europeo, contra la cultura del aislamiento y de Constantina la Tiñosa [mendiga en época del primer gobierno de la Grecia moderna, que representa la miseria nacional], a la que la dictadura elogiaba y la mayoría de la población abrazaba.
Pero el partido de Karamanlis y mucho más de quienese tomaron las riendas más tarde no consiguieron responder a las exigencias de la historia: por supuesto, el nivel de la vida actual, a pesar de la recesión destructiva de los últimos años, es mucho más alto que el de 1974. Y fue la primera vez en la historia griega moderna que las instituciones parlamentarias no fueron abolidas de forma violenta por los tanques, que llevaban el dolor y las torturas, la recesión social y el aislamiento nacional.
La dictadura se acabó el 1974; lo que no se ha superado es el retraso de Grecia frente a Europa
La dictadura se acabó el 1974; lo que no se ha superado es el retraso de Grecia en comparación con los otros países europeos, que tenía como ejemplo. Las grandes subvenciones que llegaron de la Unión Europea se convirtieron en locales nocturnos de baja calidad y la corrupción autoritaria de la dictadura se reemplazó, simplemente, por la corrupción consensuada que impusieron los nuevos medios de comunicación de la interdependencia.
Ya, desde el año 1989, con la caída del Muro de Berlín y con la entrada al juego gradual de los estados europeos del otro lado del ‘telón de acero’, Grecia perdió su ventaja histórica. Porque aparecieron los búlgaros, los checos, los estonios. La campaña famosa del asunto de Macedonia de los principios de los años 90, en la que se derrocharon increíbles fuerzas nacionales, la convirtió de un factor de solución del problema en una parte del problema.
La dominación del personal político corrupto e incapaz alejó Grecia de los países europeos
La dominación del personal político corrupto e incapaz, basado en las relaciones familiares, alejó Grecia de los países europeos a los que quería parecerse. A pesar de su entrada al club de los fuertes de la zona euro, las condiciones ya habían madurado, para que volviera a encontrar su posición geopolítica “normal”: por algún sitio entre Bulgaria y Albania.
La dominación universal del neoliberalismo, después del derrumbe del comunismo, dio al sueño europeo de Grecia el tiro de gracia: el año 2008, la crisis económica internacional no llamó la puerta de un país fuerte, que podía resistir, sino a la jarapa desgarrada de una tienda de gitanos.
Debido a los errores imperdonables del gobierno de Karamanlis [2004-2009], que ya había saboteado la credibilidad nacional y sobre todo, debido a la incapacidad criminal del gobierno de Papandreou en cuanto a la gestión de la crisis de la deuda, el país ahora hace frente un desastre político, moral y social, que marcará las décadas que vienen.
Exactamente igual que durante la dictadura, Grecia está completamente aislada a nivel internacional. Sin Papadopoulos esta vez [uno de los coroneles de la dictadura], ha vuelto a ser el hazmerreír de Europa. A veces sirve de cobaya de medición de la tolerancia de un pueblo en varias terapias choque y a veces es el ejemplo a evitar, como los alumnos desobedientes, que se castigan todo el tiempo e injustamente a veces, para que se conformen los demás.
Grecia a veces sirve de cobaya de medición de la tolerancia de un pueblo en varias terapias choque
Si el problema de la zona euro tuviera que ver con la particularidad griega, haría falta más esfuerzo y paciencia. Pero se trata de una crisis del sistema, que se difunde a todo el Sur, puesto que Alemania está realizando la guerra económica actual de la misma manera violenta e implacable que sus guerras convencionales del siglo pasado. Parece que al euro no le queda mucho tiempo de vida. Pero incluso si consigue sobrevivir, Grecia no puede esperar más su recuperación. Está a punto a derrumbarse, a explotar, o las dos cosas.
Las fuerzas políticas que ganaron las últimas elecciones, a pesar de sus declaraciones preelectorales, han tomado la decisión de no volver a exponer el asunto griego en Europa, para pedir así un cambio fundamental de la terapia destructiva del FMI, que se está aplicando desde el año 2010 royendo la última rama, en la que estaba sentado el país y ellas mismas también.
La expulsión de la zona euro es ya un tema de tiempo, incluso si el gobierno se convierte en el alumno más obediente. Y puesto que ya sabemos cómo marcha la situación internacional, un gobierno serio tendría que preparar el país para una salida sin dolor, en la medida de lo posible, de la zona euro. El sueño europeo de Grecia tampoco esta vez se ha podido realizar, por culpa suya y por culpa de los europeos también. Tiene que curar sus heridas y aprender —si es posible— de sus errores y empezar una nueva transición política.