Crítica

La novela de una reportera

Mimunt Hamido Yahia
Mimunt Hamido Yahia
· 5 minutos

Kenizé Mourad

En el país de los puros

Género: Novela
Editorial: MSur Libros
Año: 2018 (2025 en España)
Páginas: 328
Precio: 18,95 €
ISBN: 978-84-129475-2-6
Idioma original: Francés
Título original: Au pays des purs
Traducción: Ilya U. Topper

Mourad puros

Comienzas a leer esta novela y piensas: bueno, una novela de aventuras… A Anne, reportera francesa, la envía a Pakistán la revista francesa para la que trabaja. Debe hacer un buen reportaje, uno que les aclare a sus conciudadanos franceses cómo de peligroso es que ese país tenga la bomba atómica y cuál es el riesgo de que algún grupo terrorista pueda robarla y cometer la barbaridad, el crimen execrable que nunca se ha cometido, de hacerla estallar. Ah disculpen, eso ya pasó, Hiroshima y Nagasaki dan cumplida fe de ello, aunque ahora en el aniversario de ese terrible día cuenten con un invitado de honor, el país que los masacró, EE UU.

Anne llega a Pakistán con una historia detrás: ser una joven reportera en un mundo de hombres no es nada fácil. Ama su trabajo quizás más que a ese novio que ha dejado algo mosqueado en París. Pakistán la atrae; su abuelo ya estuvo allí en misión diplomática cuando Lahore pasó a ser parte de Pakistán, y debe ser por eso, por las historias de su abuela siempre tan enigmáticas, que siente un lazo de conexión fuerte con ese país. Poco a poco irá desentrañando la madeja de esa historia familiar secreta.

Aventura, sí, pero la aventura más interesante en este libro es adentrarse en la historia, volver a recordar quienes decidieron, después de soportar una cruenta guerra (la segunda guerra mundial), que había que dividir la India antes de darle su independencia. Por supuesto, a los ingleses no se les ocurrió algo más brillante que dividirlas por religión, India para los hindúes y Pakistán para los musulmanes, ¡ah! Y no se nos puede olvidar Bangladesh, a 1600 km de Pakistán, pero también por mor de su mayoría religiosa musulmana convertida en parte de Pakistán. ¡Una división, como se ha comprobado, brillante!

Mourad hace que los amoríos y la pasión de Anne queden en segundo plano y que nos absorba lo que nos cuenta sobre el país

El mérito de esta novela es que puede leerse como si fuese una crónica. La autora, Kenizé Mourad, ha sido una gran periodista internacional, y eso se nota. Durante estas 328 páginas, Mourad hace que la historia familiar, los amoríos, el deseo o la pasión de Anne queden en segundo plano y que lo que nos absorba sea lo que nos cuenta sobre el país, sobre las facciones terroristas, sus luchas y alianzas con sus vecinos de Afganistán y cómo el islam político ha conseguido gobernar la vida de los ciudadanos gracias a la corrupción del Gobierno y a esas oenegés financiadas por hermanos musulmanes que siempre están al lado de los pobres cuando el Gobierno los abandona en su miseria. Eso sí, siempre a cambio de su vasallaje.

Adivinamos que los personajes que aparecen son totalmente reales y no podemos sino conmovernos con la vida de Perween, Samiya, Asma, Nusrat… mujeres que luchan contra el islamismo, contra los crímenes de honor, contra el matrimonio infantil, y siempre junto a los más desfavorecidos, plantándole cara, pese al peligro real de ser asesinadas, a ese nuevo islam político que se ceba sobre todo en las mujeres.

Interesa leer las protestas de mujeres musulmanas paquistaníes como la Begum Nusrat en contra de la apología del velo. Porque… hay un movimiento feminista en Pakistán, si, lo hubo y lo hay. Ya en 1931, mujeres paquistaníes participaron en la conferencia internacional de mujeres de Asia donde se discutió ampliamente sobre los derechos de las mujeres e incluso sobre la prostitución.

Hay que aplaudir, la forma exquisita de introducirnos en el antiguo Pakistán desconocido que quisiéramos volver a ver

De esta novela hay que aplaudir, más que las peripecias y aventuras de una aguerrida reportera, la forma exquisita de introducirnos en el antiguo Pakistán desconocido que quisiéramos volver a ver, con su cultura, sus jardines emblemáticos, sus gentes viviendo en paz, compartiesen o no creencias religiosas, y al Pakistán de hoy, cuyos habitantes tienen que sobrevivir entre luchas de facciones político-religiosas, soportando una corrupción que no les deja muchas salidas.

Siempre admiré a esas mujeres que decidieron echarse una mochila al hombro y desafiar no solo al sistema que no las quería enredadas en conflictos bélicos ni en tierras hostiles. Kenizé Mourad fue una de ellas. Una reportera internacional que estuvo presente en la revolución islámica de Irán y pasó por todo Oriente Medio, conociéndolo y entendiéndolo.

En esta novela viviremos historias de amor, dulces y amargas, aventuras, pero sobre todo conoceremos de primera mano como descubrir la pureza escondida en el país de los puros, Pakistán.

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© Mimunt Hamido Yahia (2025) | Especial para MSur