Claudio Granaroli

Objetos pequeños

Claudio Granaroli va de aquí para allá, desde Noruega hasta el sur de España, en una vieja furgoneta. En medio de la gente suele mantenerse algo apartado, como un poco perdido en su gentileza y en su sonrisa distraída. Pinta cuadros. Hace libros. Con poetas y pintores. Objetos pequeños, encuentro entre artes y menesteres, que se aferran a la sobriedad y a la elegancia de una cultura en continua mutación. Granaroli, tímidamente, a escondidas, es en realidad un hombre de pasionalidad irreductible. (Evelina Schatz)

Un compañero de viaje ejemplar, un puro artista donde los haya. Raramente he encontrado hombres tan al margen de banalidades, tan dedicado a un mundo en el que lo importante no es figurar aquí o allá, que el crítico famoso escriba sobre ti, formar parte de la “cuadra” de un galerista importante, haber sido embalsamado vivo en este o aquel museo: sino vivir, en silencio, la conmoción de la belleza sin buscar una pose para la posteridad, sin exhibicionismos, sin engañosos tráficos … El arte auténtico debe mucho a estos eremitas, que se apartan del mundano mercantilismo, que trabajan en su nombre, en el del arte, no en el de los mercados; a quienes saben hacer dejación de sí mismos: como Claudio Granaroli. (Sebastiano Vassalli)

Como editor ha publicado desde finales de los años setenta más de 400 plaquettes y libros de artista, siempre en edición privada; un ampl´simo catálogo en el que se encuentran, entre tantos otros, títulos de Vincenzo Consolo, Maria Attanasio, Rafael de Cózar, Miguel Ángel Cuevas, Trino G. Rodríguez.

[Miguel Ángel Cuevas]