Hussein · Qasim · Ali
M'Sur
Trauma, desposesión y furia
En 1948 a Palestina le borraron el nombre. La proclamación del Estado de Israel por los líderes sionistas la víspera del 15 de mayo de 1948 materializó en el plano institucional la Nakba («la Catástrofe»), que, sin embargo, venía programándose y ejecutándose desde, al menos, 1896, cuando la Jewish Colonisation Association empezó a fomentar el asentamiento masivo de judíos en Palestina.
Rashid Hussein era un orador nato. Sus poemas vuelan libres, alejándose del punto de partida, como las ideas en una discusión. Pero la finalidad es buscar respuestas, no argumentar. Es una poesía intensa, emocional, espiritual y a la vez corporal. Su pasión trasluce el esplendor de la gran poesía, que suele resultar molesta a las mentes biempensantes. Ya Edward Said le atribuyó una perseverancia y una integridad políticas radicales. En concreto, Rashid Hussein defendió la solución binacional en un único Estado, lo cual para la época era visionario. La angustia y el desconsuelo fueron minándole en Nueva York.
Sus obras completas, editadas póstumamente, fueron expurgadas de los poemas que, según el narrador libanés Elias Khoury, más incomodaban, como el primer poema de su primer libro, titulado «A un poeta judío».
Samih al-Qasim defendió la unidad árabe hasta el final de sus días, al punto de supeditar a ella la viabilidad de un hipotético Estado palestino, y eso cuando los Acuerdos de Oslo aún daban alas a la solución de los dos Estados. Sostenía que «no hay futuro para los árabes sin una unidad total y completa», a sabiendas de ser tratado de «ingenuo», como reconoció en 1999 en una entrevista poco complaciente concedida al diario egipcio Ajbar al-Yaum.
Su poesía, amplia y variada, aúna lo espiritual y lo político en la visión de una humanidad de corte existencialista.
Taha Muhammad Ali (1931-2011) se describió a sí mismo como «un musulmán que vende baratijas cristianas a los judíos». Es una boutade que, no obstante, le va bien al sentido general de su poesía, que se despliega como una suerte de juego de billar, «que apunta aquí para llegar allí», explica Adina Hoffman, su biógrafa israelí, o quizá más bien, diríamos, como un corre que te pillo, pues el placer es correr y esquivar, no pillar o alcanzar.
A diferencia de Hussein y al-Qasim, Muhammad Ali fue un autodidacta apenas escolarizado, con un conocimiento rudimentario del hebreo. Sus poemas prescinden del metro y la rima y su lengua se acerca al árabe coloquial. Es una poesía al servicio de un relato parco: sucedió, me quedé aquí. Taha Muhammad Ali es el poeta que sabe que cuando muramos «el odio será / lo primero que se pudra / con nosotros».
[Luz Gómez (fragmento del prólogo del libro)]
PALESTINA/48
Poemas del Interior
Rashid Hussein
(1936-1977)
En Nueva York
Caminas medio muerto.
Llamas por teléfono.
¿Te quedan amigos?…
Detestas cortejar a las mujeres,
más a las de aquí.
Tú
aún amas a la chica que llegó del desierto.
Vives en Nueva York,
escribes poesía cuando tienes hambre
cuando mueren tus amigos
o los amigos desaparecen,
muertos cortejando unos dólares,
muertos sin nombre.
Así que… solo te queda
seguir escribiendo poesía,
morir por la poesía.
En una ciudad sin amigos.
في نيويورك
تسيرُُ ميّّتًًا
تسالُُ في التليفونْْ
هل ظلّّ أصدقاء؟…
تكرََهُُ أن تغازلََ النساء
فاكثرُُ النساءِِ من هنا
وأنتْْ
لا تزالُُ تعشََقُُ البنتََ التي جاءََت من الصحراءْْ
تعيشُُ في نيويوكر
تكتبُُ شعراًً حينما تجوع
او حينما يموتُُ الأصدقاءْْ
وأصدقاؤُُكََ انتهوْْا
ماتوا يغازلونََ دولاراتهم
ماتوا بلا أسماءْْ
لذا… تظلُُ تكتبُُ الشعرََ
تموّّتُُ بالشعرِِ
Me opongo
Me opongo a que los revolucionarios de mi país
hieran una espiga
a que un niño, cualquier niño
lleve una bomba
a que mi hermana estudie
la musculatura del fusil.
Me opongo a lo que queráis, pero
¿qué haría un profeta o una profeta
si se le bebieran los ojos
las hordas asesinas?
Me opongo a que mi hijo sea un héroe
con diez años
a que del corazón de un árbol
brote una bomba
a que los troncos de mi huerto
den patíbulos
a que los rosales de mi casa
sirvan de trinchera.
Me opongo a lo que queráis… pero
si el fuego se ha tragado a mis camaradas
mi juventud
mi tierra
¿cómo no habrán de ser mis versos un fusil?
ضد
ضدُُّ أن يجرحََ ثوّّارُُ بلادي سنبلة
ضدُُّ أن يحملََ طلٌفٌ –أيُُّ طلٍفٍ– قنبلة
ضدُُّ أن تد سَرَ أختي عضلاتُُ البندقيّّة
ضدُُّ ما شئتم ولكن…
ما الذي يفعلهُُ حتّّى نب أو نبيّّة
حينما تشربُُ عينيهِِ وعينيها
خيولُُ القتلة؟
ضدُُّ أن يصبحََ طفلي بطلاًً في العاشرة
ضدُُّ أن يثمرََ ألغاماًً فؤادُُ الشجرة
ضدُُّ أن تصبحََ أغصانُُ بساتيني مشانق
ضدُُّ تحويل حياض الودِرِ في بيتي خنادق
ضدُُّ ما شئتم ولكن…
بعد إحراق شبابي
ورفاقي
وترابي…
كيفََ لا تصبحُُ أشعاري بنادق…؟
Samih al-Qasim
(1939-2014)
Billetes para el viaje
Un día de estos, cuando me asesinen,
el asesino hallará en mi bolsillo
los billetes para el viaje.
Un billete a la paz.
Otro a los campos y a la lluvia.
Un tercero
a la conciencia de la humanidad.
(Te lo ruego, no los tires,
querido asesino;
por favor, haz el viaje…)
تذاكر سفر
وعندما أُُقتل في يوم من الأيام
سيعثر القاتل في جيبي
على تذاكر السفر
واحدة الى السلام
واحدة الى الحقول والمطر
واحدة
الى ضمائر البشر
(أجروك ألا تهمل التذاكر
يا قاتلي العزيز
أجروك أن تسافر…)
Final de una discusión con un carcelero
Por la mirilla de mi angosta celda
veo árboles que me sonríen,
azoteas llenas de mi gente,
ventanas que lloran y rezan
por mí.
Por la mirilla de mi angosta celda
veo tu celda grande.
خاتمةُُ النقاش مع سجان
خاتمةُُ النقاش مع سجان
من كوّّة زنزانتي الصغرى
ابصُُرُُ اشجا اًرً تبْْسمُُ لي
وسطوحاًً يملأها اهلي
ونوافذ تبكي وتُُصلّّي
من أجلي
من كوةِِ زنزانتي الصغرى
ابصرُُ زنزانتك الكبرى
Taha Muhammad Ali
(1931-2011)
Campesino
Campesino
hijo de campesinos,
sincero como una madre
y astuto como un pescadero.
No pararé de moler
mientras en la rueda de mi molino
quede una pizca de grano.
No dejaré de arar
mientras en la alforja me quede
simiente
para llenar el puño.
(25/6/2000)
فلاح
فلاح
إبن فلاح
بي سذاجة الأم
ولي مِِكْْرُُ
بائع سمك
لا أوقِِفُُ الجََرْْشََ
وفي حلقِِ جاروشتي
قبضةُُ حََبّّ
ولا أكفّّ عن الحََرْْثِِ
ما بقيََ في خُُرجي
من بِِذاري
ملءُُ كََفّّ.
(٢٠٠٠/٦/٢٥)
El día que Sábir y Zainab subieron a la azotea
Sábir, un chaval,
Zainab, una chiquilla,
y el campamento: balas y explosiones.
Suben a la azotea.
Sábir salta desde la azotea,
la sombra de su frente es más alta que la azotea,
sus pies en la tierra
dos estacas clavadas
delante de los soldados,
lluvia las balas.
Zainab se atrinchera en la azotea.
Sábir se abre la camisa
y enseñando el pecho
les grita a los soldados:
¡Vamos, disparad!
Zainab lanza una botella vacía
sobre el jeep,
las balas llenan el aire,
humo y balas.
De un agujero chiquitín
del pequeño corazón de Sábir
chorrea, como de una paloma,
un líquido rojizo, caliente…
Zainab no baja de la azotea.
Muchos en el campamento vieron una Zainab
que echaba a volar…
y se elevaba más y más
y desaparecía.
Una golondrina desaparecía
en los pliegues de las nubes
de los siete cielos
desaparecía.
(24/8/2001)
يوم صعود صابر وزينب إلى السطح
صابر الصبيّّ
والبنت زينب
والمُُخيّّم رصاص وانفجارات
.صعدا إلى السطح
صابر قفز عن السطح
ظِِل جبينه أعلى من السطح
قدماهُُ على الأرض
..وتدانِِ في الأرض
أمام الجند
.والرصاصُُ مطر
زينب مََتْْرََسََتْْ على السطح
صابر بعد أن مزّّق قميصه
وكشف عن صدره
:صاح بالجنود
!أطلِِقوا أطلِِقوا
زينب ألقت زجاجتها الفارغة
على سيارة الجيب
الدنيا رصاص
دخان ورصاص
من ثُُقبٍٍ صغير صغير
في صدرِِ صابر الصغير
..تدفََقََ احمرارٌٌ زََغلولي
!سائلٌٌ حار
.زينب لم تهبط عن السطح
« زينب « كثيرون في المخيّّم شاهدوا
..تطير
ترت عُفُ ترتفع
وتغيب
سنونوةٌٌ تغيبُُ
في طيّّات غيمات
السماوات السبع
!تغيب
(٢٠٠١/٨/٢٤)
© Ediciones del Oriente y del Mediterráneo (Marzo 2024) | © Traducción del árabe y prólogo: Luz Gómez | Cedido a MSur por Ediciones del Oriente y Mediterráneo. Comprar el libro