Mayte Martín

La voz en busca de la fibra

Cuando se pone flamenca, no hay ninguna más flamenca que Mayte Martín. Pero, como sucede con otros compañeros de escenario y de generación –pienso, por ejemplo, en su paisano Miguel Poveda–, la artista de Barcelona ha demostrado a lo largo de su trayectoria una notable inquietud y curiosidad por asomarse a múltiples géneros, así como su capacidad para interpretar lo que le venga en gana tocando siempre la fibra más sensible del oyente. Ha hecho boleros con el maestro Tete Montoliú, canción española junto a las hermanas Katia y Marielle Labèque, ha defendido ella sola, guitarra en ristre, los versos de Manuel Alcántara… “Cuando hago boleros, o tangos, no me siento cantaora, no soy una cantaora haciendo otras cosas”, confesaba en una entrevista a MSur. “Soy bolerista, cantante de tangos, lo que toque. Me zambullo en cada lenguaje, en cada estética, de un modo profundísimo. Yo solo hago el flamenco desde el flamenco”.

Ahora regresa con Tempo Rubato, que sale a la luz hoy mismo en el sello Satelite K. Un disco largamente incubado, producido por suscripción popular, donde la voz de la catalana brilla como en sus mejores arrebatos jondos para cantar a cosas tan aparentemente demodé como el amor, la amistad, la emoción, la ternura, pero que para mucha gente siguen siendo artículos de primera necesidad. El acompañamiento exquisito del Qvixote Quartet y la garantía en los arreglos del maestro Joan Albert Amargós hacen el resto para que Tempo Rubato ocupe, desde el primer día, un lugar destacado en ese joyero que es la discografía de Mayte Martín.

[Alejandro Luque]

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Antes de ti

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