Rafael Riqueni
Herencia
M'Sur
Esencia del Guadalquivir
Guitarristas sevillanos ha habido muchos, pero no conozco ninguno que haya conectado tanto y tan bien con el alma hispalense como Rafael Riqueni. Aquel niño prodigio de la calle Fabié que asomó al mundo discográfico en un momento de efervescencia (y algo de confusión) de la mano de propuestas tan distintas como Pata Negra, Cantores de Híspalis y la Vargas Blues Band, el mismo al que vimos acompañando a grandes del cante como Carmen Linares o Enrique Morente, acabaría tomando su propio camino y convirtiéndose en un consumado guitarrista de concierto.
Un camino en el que, como en los relatos clásicos, el maestro ha debido pasar por varios infiernos personales, para salir finalmente victoriosa la música, su razón de vivir. Tras deslumbrar con su Suite Sevilla (1992), Maestros (1994) y Alcázar de Cristal (1996), un largo y forzoso silencio discográfico de veinte años se rompió con Parque de María Luisa (2017), que fue recibida como el maná por su público fiel.
Ahora regresa con Herencia, un nuevo trabajo en el que rinde homenaje a la vasta tradición de la guitarra flamenca, sin dejar de hacer patente su personalidad y ese sonido único que es su sello, entre el clasicismo y la jondura más arrebatada. Esta noche lo presenta en el teatro Lope de Vega de Sevilla, empezando una gira que le llevará por distintos escenarios españoles y europeos.
Aunque el disco no verá la luz hasta finales de febrero, M’Sur ofrece como adelanto las sevillanas ‘Aires de Sevilla’, un delicioso concentrado de las esencias de la capital del Guadalquivir. Y una prueba de que el mejor Riqueni nunca se marchó del todo, y de que el niño de la calle Fabié ha seguido creciendo sin dejar de ser él mismo.
[Alejandro Luque]
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Aires de Sevilla
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[Cedidas por la productora / Bech Music]
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