Kurdistán turco


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Los kurdos forman una importante parte de la población de la actual Turquía, probablemente entre el 15 y el 20 por ciento, aunque no existan cifras oficiales. Están concentrados en el sureste de Anatolia, donde forman una compacta mayoría de población, pero también hay grandes colectivos kurdos en todas las ciudades mayores, sobre todo en Estambul.

Historia

En 1920, el Tratado de Sèvres, firmado entre Gran Bretaña, Francia, Italia y el derrotado Imperio Otomano, preveía una zona autónoma kurda al este del Éufrates que tras el plazo de un año podía convertirse en estado independiente. En 1923, el Tratado de Lausana anuló esta propuesta y fijó las fronteras de la Turquía moderna.

A partir de entonces, el Gobierno republicano de Mustafa Kemal Atatürk promovió el elemento étnico turco como factor de cohesión entre los ciudadanos del nuevo país. Aunque la constitución de 1924 aclara que «turco» es cualquier ciudadano del país, independientemente de su idioma o religión, establece únicamente el turco como «idioma de Turquía».

En 1925, la revuelta del jeque Said, a favor de un territorio independiente, fue aplastada por Turquía. En 1927, el partido kurdo nacionalista Joibun inició la revuelta de Agri, declaró la independencia de la República de Ararat y mantuvo control sobre una gran parte del Kurdistán turco antes de ser derrotado en 1930.

Una última revuelta kurda fue la de la población zaza de Dersim en 1937; no tenía fines independentistas sino que se oponía al intento del Gobierno turco de acabar con las estructuras sociales, la lengua y las costumbres locales.

La represión disminuyó entre los años cincuenta y setenta, pero la Constitución de 1981, aún en vigor, declaró explícitamente que no se permite enseñar como lengua materna ningún idioma distinto al turco.

PKK

En 1978, un grupo de estudiantes kurdos marxistas-leninistas en Ankara, dirigidos por Abdullah Öcalan, conocido como «Apo», formó el clandestino Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK). En esta época, diferentes grupos, muchos de extrema derecha, asesinaban a millares de personas en Turquía por motivos políticos.

En 1984, el PKK, con sus cuarteles generales establecidos en el exilio en Líbano y luego en Siria, se transformó en organización guerrillera y lanzó una amplia actividad armada en el sureste de Turquía. En respuesta, el Gobierno turco estableció un cuerpo de «guardas del pueblo» (‘korucular’), armando a campesinos kurdos teóricamente voluntarios, aunque a menudo obligados a portar armas: quien se negaba sería considerado simpatizante del PKK. En consecuencia, la población estaba atrapada entre dos fuegos, ya que el PKK ejecutaba sumariamente a kurdos armados por el gobierno.

A partir de 1991, el ejército bombardeó varias aldeas y quemó otras tras obligar a sus habitantes a abandonarlas; otras fueron cercadas o sometidas a estrecha vigilancia para obligar a los habitantes a mudarse. En total, entre 2.500 y 3.000 aldeas fueron destruidas y entre 2 y 3 millones de kurdos tuvieron que desplazarse hacia las ciudades o hacia el oeste de Turquía; en Izmir, Adana y Estambul se crearon amplios barrios de chabolas habitados por kurdos.

Al mismo tiempo, la policía asesinaba a decenas de personas al año, supuestamente en «tiroteos» entre milicianos del PKK y fuerzas del orden; en realidad, aparentemente, la inmensa mayoría de las víctimas no estaban armadas. Numerosos políticos locales y periodistas favorables a la causa kurda fueron asesinados por pistoleros desconocidos, con toda probabilidad protegidos por los organismos de espionaje militar. Las detenciones arbitrarias y las torturas eran muy frecuentes.

Aunque en 1991, la ley que prohibía el uso del idioma kurdo en la calle fue revocada, comunicarse en kurdo siguió siendo tabú en la mayor parte de Turquía y algunos alcaldes kurdos fueron acusados y condenados por «utilizar un idioma inexistente». En 1994, la diputada kurda Leyla Zana fue condenada a 14 años de cárcel por pronunciar una frase en kurdo durante un acto público.

Durante los años noventa, el PKK estableció bases en los montes Qandil, situado en la zona nororiental de Iraq, bajo control de las milicias kurdas del Kurdistán autónomo. En 1997, el ejército turco invadió el norte de Iraq para perseguir a los guerrilleros y el PKK lanzó una serie de ataques, algunos de ellos suicidas, en Turquía. En 1998, su líder, Abdullah Öcalan, fue expulsado de Siria y en 1999 fue secuestrado en Kenia en una operación de los servicios secretos turcos y estadounidenses. Fue trasladado a Turquía y sentenciado primero a muerte y luego a cadena perpetua. Acto seguido, Öcalan pidió una tregua y la intensidad de la guerra en Kurdistan fue disminuyendo en los próximos años. Se había cobrado en 15 años unos 37.000 muertos.

Deshielo

La represión de la cultura kurda se fue reduciendo a principios de la década. En 2000 se pudo por primera vez celebrar a gran escala la fiesta anual del Newroz kurdo en Diyarbakir; en 2004 se pudo abrir la primera academia para enseñar kurdo a adultos. Muchos ex miembros del PKK se reintegraron en la vida civil y política, sobre todo a través del partido DEHAP, más tarde DTP. Este partido exige el reconocimiento de la cultura kurda como parte del estado de Turquía y tiene hoy medio centenar de alcaldes y 35 diputados en el Parlamento. El PKK, sin embargo, no se disolvió y continuó cometiendo ataques. Sin embargo, también se atribuyen al PKK atentados cometidos posiblemente por agentes secretos del ejército turco, una práctica de «guerra sucia» largamente practicada por Ankara.

En otoño de 2007, el PKK realizó varios ataques llamativos contra patrullas turcas en zonas cercanas a la frontera de Iraq. En diciembre, el ejército turco pasó al contraataque: bombardeó el norte del Kurdistán iraquí para destruir los cuarteles de retirada del PKK y en febrero de 2008 invadió la región durante una semana con armamento pesado. En los años siguientes, los bombardeos aéreos de los montes Qandil se hicieron rutinarios.

En 2009, ocho guerrilleros del PKK entraron en Turquía sin armas a través del paso de Habur en lo que parecía un primer paso para una negociación de paz, pero al ser recibidos como héroes por la población local, una campaña nacionalista  incitó al Gobierno a volver a posturas represivas.

En 2010, la Justicia empezó a encarcelar a miles de personas, entre ellas políticos, periodistas, activistas y abogados, bajo la acusación de pertenecer a la Unión de Comunidades de Kurdistán (KCK), una nebulosa red ciudadana propuesta por el PKK. Ninguno de los acusados en prisión preventiva tiene cargos de delitos violentos.

El partido Paz y Democracia (BDP, sucesor del DTP) cosecha un importante éxito al alcanzar 35 escaños – parte de ellos caracterizados como Independientes – en las elecciones de 2011. Pero la violencia continúa y 2012 es el año más sangriento de la década, al morir 120 policías y militares así como más de 600 guerrilleros en combates y ataques con minas.

En otoño, el PKK intenta tomar varias poblaciones en el sureste del país, en lo que parece un despliegue de poderío inaudito. Al mismo tiempo, el Gobierno implanta la lengua kurda como materia optativa en el segundo ciclo de la enseñanza primara, es decir para niños a partir de los nueve años, si bien lo sujeta a la «disponibilidad» de profesores. En 2013 permite la defensa en kurdo en los tribunales.

A comienzos de 2013, el gobierno turco inicia conversaciones preliminares con Öcalan, con el fin de alcanzar el desarme de la guerrilla. En marzo, mediante una carta leída en la fiesta del Newroz en Diyarbakir, Öcalan declara la vía armada por concluida y pide continuar la lucha de manera únicamente política. El PKK libera a sus secuestrados y empieza a retirar sus guerrilleros de Turquía y a finales del verano declara prácticamente terminada la retirada, cosa que el gobierno pone en duda.

Ankara no corresponde a los gestos del PKK y no da los pasos que exige el movimiento kurdo: la implantación del kurdo como idioma de enseñanza básica, la liberación de miles de presos políticos, una mayor libertad de movimientos para Öcalan. Pese a varias amenazas, el PKK no rompe la tregua y en otoño decide dar plazo al gobierno hasta las elecciones municipales de marzo 2014.

Cronología

1920 El Tratado de Sèvres promete un Kurdistán independiente.
1923 El Tratado de Lausana pone fin al Imperio Otomano y establece las fronteras actuales de Turquía.
1925 Turquía aplasta una revuelta independentista kurda.
1927 El partido independentista kurdo Joibun toma el control de una amplia zona y proclama la república de Ararat.
1930 Batalla del Ararat. El Joibun es derrotado.
1937 Revuelta de los kurdos de Dersim contra la política de asimilación turca, masacres y deportaciones.
1978 Formación del PKK, organización clandestina kurda marxista-leninista.
1984 El PKK lanza una amplia campaña de guerrilla en el Kurdistán turco. Represión turca.
1991 Ankara inicia una política de destrucción y evacuación de aldeas kurdas.
1999 Abdullah Öcalan, líder del PKK, es capturado en Kenia y juzgado en Turquía. Anuncia una tregua.
2007 El DTP, partido kurdo democrático, gana 20 escaños en el Parlamento.
2008 El ejército turco invade y bombardea el norte de Iraq para perseguir a guerrilleros del PKK.
2009 Intento frustrado de negociación.
2010 Inicio de los ‘Procesos KCK’, que llevan a prisión preventiva a miles de activistas y políticos kurdos.
2011 El BDP, sucesor del DTP, gana 35 escaños en el Parlamento.
2012 Año más sangriento de la década, con 120 militares y policías y más de 600 guerrilleros muertos. El kurdo se enseña en los colegios de primaria como optativa.
2013 El Gobierno lanza primeras conversaciones de paz con Öcalan, encarcelado con cadena perpetua. Se admite la defensa en kurdo en los tribunales. El PKK retira sus guerrilleros de Turquía, pero Ankara no corresponde al gesto y el proceso se estanca.