hassanía
El hassanía es una rama de las lenguas árabes que se habla en toda Mauritania, en el Sáhara Occidental y en el extremo sur de Marruecos, así como entre los refugiados saharauis que viven en Argelia. También en Mali hay poblaciones que hablan hassanía; se les conoce en francés como «maures» (moros).
El idioma muestra una serie de diferencias fonéticas, de vocabulario y de gramática frente al magrebí de Marruecos, Argelia o Túnez, de manera que la comunicación entre ambas variantes es difícil. Aunque algunos lingüistas encuadran el hassanía dentro del tronco magrebí, otros afirman que en su fonética se acerca más al árabe peninsular. Un rasgo llamativo es su riqueza consonántica que preserva la mayoría de los fonemas del árabe antiguo pero añade nuevas variantes.
Se estima que algo más de 3 millones de personas hablan hassanía como idioma materno. La mayor parte – quizás 2,5 millones – vive en Mauritania, donde alrededor del 80 por ciento de la población habla esta lengua. Más difícil es estimar el número de hablantes en el Sáhara Occidental, donde toda la población autóctona habla hassanía, pero sólo constituye una parte – quizás cien mil – del medio millón de habitantes censados. Otros cien mil hablantes viven en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf en Argelia.
A esto se añade una cifra probablemente similar en la franja sur de Marruecos entre la falda del Anti-Atlas y la frontera norte de la antigua colonia española. Las provincias de Tarfaya, Tan Tan, Guelmim y Assa cuentan todas con una importante población saharaui autóctona.
Finalmente, los censos de Mali señalan unos 130.000 hablantes del ‘maure’, es decir hassanía, sobre todo en el oeste del país.
Sin embargo, el hassanía no es lengua oficial en ningún país. Tanto Mauritania como las instituciones del Frente Polisario —que representa a los saharauis exiliados en Argelia y reivindica la soberanía del Sáhara Occidental— mantienen el árabe fus·ha o clásico como única lengua oficial. Mali utiliza el francés en administración y enseñanza, pero incluye el hassanía entre las trece lenguas reconocidas como «nacionales».
La Constitución de Marruecos aprobada en 2011 menciona el hassanía en su art. 5 y ordena que el Estado la «preserve como parte integrante de la identidad cultural» del país, pero en la práctica, esta protección no ha salido del ámbito local, en forma de veladas de poesía organizadas por las autoridades.
Senegal reconoció el hassanía en 2005 como una de sus «lenguas nacionales» y estandarizó una transcripción fonética oficial en grafía latina, pese a que el colectivo de hablantes de esta lengua en el país debe de ser muy reducido.