Troncos lingüísticos
El conjunto de idiomas hablados en el ámbito mediterráneo se puede clasificar en tres grandes familias: la indoeuropea, que agrupa la mayor parte de las lenguas europeas, la afroasiática y la turca. A ellas se añade el aislado vasco, tres troncos diferentes de idiomas caucásicos —kartvelias, circasianas y daguestani—, sin parentesco entre ellos, así como algunos islotes del grupo nilo-sahariano, ampliamente presente en África.
Además, en la periferia del espacio mediterráneo se hallan otros troncos. El húngaro, finés y estonio pertenecen a las lenguas urálicas, al igual que el lapón y varios grupos lingüísticos de Siberia, como el samoyeda.
En la orilla noroeste del Mar Caspio se habla kalmico, un idioma mongol, tronco al que pertecen también numerosas lenguas de Asia Central. Aunque gran parte del vocabulario mongol coincide con el de las lenguas turcas, hoy se ha abandonado la teoría de un tronco ‘altaico’ común y se cree más en una influencia mutua durante una época de convivencia.
En la franja sur del Sáhara no sólo se hablan decenas de lenguas del grupo chadiano, que forma parte de la familia afroasiática, sino también otras muchas de un bloque africano distinto, conocido como congo-níger.
Parentesco
Es habitual representar las diversas familias lingüísticas en forma de árbol: de un tronco común surgen ramificaciones que se van dividiendo… Sin embargo, esto es una imagen simplificadora que no representa toda la realidad. Con el tiempo, los idiomas no solo se alejan unos de otros, también se acercan, copian vocabulario y estructuras sintácticas de otras, convergen, se solapan…
Además, la «lengua original» postulada como origen de una familia idiomática —el latín en el caso de las lenguas románicas, el árabe clásico en el de las lenguas árabes— es normalmente en mayor o menor medida también una estandarización de un conjunto de variedades habladas en su época. Sería un error, por ejemplo, considerar que el árabe magrebí actual se haya derivado del árabe clásico utilizado en el Corán. Más preciso sería decir que el magrebí es una evolución a partir de ciertas variedades árabes hablados en el primer siglo del islam, que también se utilizaron para crear un idioma normativizado y escrito.