anarquismo
El anarquismo se opone a todos los sistemas políticos jerárquicos, pero no a la organización política como tal. Propone un modelo en el que las decisiones se tomen por parte de los propios ciudadanos afectados. La palabra se deriva del griego an-arxos (sin dirigente).
Bajo el término anarquismo se agrupan muy diversas escuelas teóricas, algunas cercanas al sindicalismo, sin que se pueda dar una definición concreta. Históricamente, los movimientos anarquistas han sido rivales directos de los marxistas, a veces colaborando con ellos, a veces enfrentándose. Compartían la finalidad de derribar el modelo social capitalista y de repartir la riqueza entre el pueblo, creando una nueva sociedad.
Pero mientras que el marxismo proclamaba la «dictadura del proletariado», el anarquismo rechazaba establecer una nueva clase dominante. Además, frente a la jerarquía estricta de los partidos comunistas, los grupos anarquistas implantaban un modelo asambleario de toma de decisiones.
La ideología empezó a cristalizarse a inicios del siglo XIX en los escritos de pensadores franceses y británicos y se transformó en práctica política hacia 1864, cuando los anarquistas se aliaron con marxistas y socialistas en la Primera Internacional, una federación de diversos grupos de la izquierda. En 1872 se consumió la división ideológica entre los anarquistas alrededor de Mijail Bakunin y los seguidores de Karl Marx. En la Rusia zarista, los anarquistas fueron perseguidos duramente estas décadas y se involucraban en actividades terroristas. En 1881, un grupo anarquista asesinó al zar Alejandro II.
El activismo anarquista también jugó un papel importante durante las revueltas rusas de 1905 y participó en la Revolución Rusa de 1917. Al año siguiente, las tensiones entre anarquistas y comunistas llevaron a una guerra abierta, que acabó con la desaparición del movimiento anarquista. En 1918, el líder campesino ucraniano Néstor Makhno estableció un territorio anarquista independiente en Ucrania, pero su movimiento fue aplastado por el ejército bolchevique en 1921.
A finales del XIX se habían fundado organizaciones anarquistas en la mayoría de los países europeos, especialmente en Italia y Francia, pero raramente llegaron a superar a los partidos comunistas en influencia política. La excepción era España, el único país donde el movimiento anarquista tuvo una historia prolongada. Ya en 1870, un congreso en Barcelona juntó a 150 federaciones obreras y en las décadas siguientes se registraron rebeliones locales anarquistas, siempre aplastadas por el Estado. En 1873, Fermín Salvochea coordina el Cantón de Cádiz, una experiencia anarquista que terminó tras una intervención militar.
En 1910, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) aglutinó los movimientos sindicalistas y la Federación Anarquista Ibérica (FAI), aliada de la CNT, reunía a los activistas más destacados. Ambos movimientos se convirtieron en la mayor fuerza política extraparlamentaria de la Segunda República. En 1934, la CNT alcanzó a tener más de un millón de miembros. Organizó la defensa militar de la República contra la sublevación militar del general Francisco Franco en 1936 pero fue derrotada en 1939 y sus activistas pasaron al exilio y la clandestinidad. Hoy apenas quedan grupúsculos herederos de este movimiento.