conservadores
El judaísmo conservador, también conocido como masortí, nace a finales del siglo XIX en Norteamérica. El término puede confundir, dado que se distingue de la corriente principal, llamada ortodoxa, precisamente por ser menos conservador y permitir al creyente una gran flexibilidad respecto al cumplimiento de las normas religiosas.
El nombre «conservador» se debe a que el movimiento surgió como una rama de protesta dentro del judaísmo reformado, que rompía con gran parte de las interpretaciones de la halaja. En la década de 1880, rabinos de Nueva York que formaban parte de este movimiento de reforma, nacido en Alemania casi un siglo antes, decidieron conservar parte de las tradiciones y se posicionaron como opción intermedia entre los reformados y los ortodoxos.
Los conservadores mantienen que hay que cumplir la letra de la ley (no sólo vivir según su espíritu, como ocurre entre los reformados), pero buscando una interpretación mucho más liberal e innovadora que la definida por los rabinos ortodoxos. Un ejemplo es el permiso de conducir durante el shabat si es necesario para dirigirse a la sinagoga.
Aunque la escuela conservadora tiene gran difusión en Norteamérica, nunca ha llegado a tener mayores ecos en los países del Mediterráneo, exceptuando Francia, donde existe una importante comunidad masortí.
En Israel sólo se hallan pequeñas comunidades masortíes, normalmente formados por inmigrantes. Es un fenómeno limitado prácticamente al mundo asquenazí, sin presencia entre sefardíes o mizrajíes. Aunque el Estado de Israel llegó a reconocer en 2012 los rabinos conservadores, no forman parte del sistema religioso oficial y no pueden oficiar bodas, divorcios etc. Una conversión al judaísmo conservador no tiene validez legal en Israel.