The Lab

por Joan Alvado
Activistas de la PAH protestan ante la sede del PP en Barcelona.Lo perdió todo y fue realojada en un piso social ocupado por activistas.nueve días en la calle exigiendo casa de acogida.La policía acordona un nuevo edificio ocupado por la PAH en Barcelona.Una nueva ocupación para dar cobijo a 21 familias desahuciadas.Los vecinos escuchan la distribución de familias desalojadas.Elisabet y sus dos hijos, Alex y Alba, realojados en Insula Utopia, proyecto social de bloque ocupado.Reunidos con las familias afectadas, evalúan la entrega de vivienda a quien más lo necesita.Alba Martin (15) vivió con su madre, abuelo y un hermano en el bloque ocupado Insula Utopia.La PAH ayuda a las personas afectadas a estudiar sus condiciones de contrato de la vivienda.Miquel Ángel y Laura y sus dos hijos viven relajados. Perdieron su casa al quedarse en paro.La PAH  y las familias gestionan ahora un conjunto de 40 viviendas en muy buenas condiciones.Abdellah, marroquí de 53 años vive en un bloque ocupado por la PAH Sabadell.Tercer bloque ocupado por la PAH, con capacidad para 40 familias.

Laboratorios de vivienda

Ocupaciones colectivas ante la oleada de desalojos

Uno de los principales síntomas de la crisis económica en el Estado español ha sido un gran aumento de los desahucios por impago de la hipoteca. Como respuesta, personas afectadas y grupos de apoyo promueven desde 2013 la iniciativa de ocupar edificios de viviendas para evitar que las familias desalojadas se queden sin hogar.

El colectivo solidario más conocido es la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). La PAH recoge entre su ideario la ocupación de edificios en desuso, propiedad de los bancos, como una manera de gestionar la vivienda social en casos extremos, cuando las familias desalojadas no tienen dónde ir.

Para la PAH y otros grupos de activistas similares, la ocupación de estos bloques trasciende más allá de la mera consecución de una vivienda para los afectados. Los bloques de viviendas ocupados suponen un experimento social sin precedentes en el estado: son laboratorios de autogestión de la vivienda.

 

La fórmula: Procedimiento experimental

En un bloque de pisos vacío, de entre 10 y 20 viviendas de protección oficial congeladas, (inmuebles en desuso pertenecientes a los bancos), se introducen núcleos familiares de distintas procedencias, pero de idéntica condición actual: paro y situación económica precaria, seguida de un desalojo por impago inmobiliario.

Una vez liberadas las viviendas del bloque, partículas activistas de apoyo facilitan la consecución de agua, electricidad y otras condiciones básicas de habitabilidad, como paso previo al reparto de pisos entre las familias necesitadas. Se agita vigorosamente la mezcla y se calienta con cuidado de no sobrepasar la temperatura de ebullición, también conocida como temperatura desencadenante del fin de la paz social. A continuación, se añade lentamente una disolución de soporte mutuo y unas gotas de prácticas asamblearias, como catalizador para la generación de consciencia colectiva entre los ocupantes. Esta reacción genera una fuerza, hasta entonces inexistente, que capacita al nuevo sujeto para la negociación con gobierno y entidades bancarias.

La mezcla se mantiene en agitación hasta que se observe la desaparición de las últimas gotas de inaccesibilidad por parte del ayuntamiento y la entidad propietaria del inmueble, indicación ésta del comienzo de las negociaciones. Entonces, sobre el crudo en reposo se añaden 20 ml de reivindicaciones: dación en pago, alquiler social y realojo, a poder ser en el propio bloque ocupado. Con ayuda de una varilla de vidrio, la terquedad inicial de los bancos se rompe en trozos pequeños los cuales se filtran a vacío y se dejan secar al aire de la impopularidad que genera la protesta durante varios días, tras los cuales las reivindicaciones colectivas están listas para la victoria final.

Es importante notar que, en todo proceso de estas características, la sociedad civil organizada ha de adelantar a las instituciones, tomando la iniciativa sin limitarse a esperar respuesta o ayuda alguna de éstas.

[Joan Alvado]