Gay Pride Palermo
por Victoria HerranzDe tacones y martillos
Al inicio del otoño siciliano de 2018, durante una calurosa tarde que, tras un providencial chaparrón portador de reflejos en los que otra Italia era invitada a admirarse, un irreverente séquito de políticos, Drag Queen, personalidades varias y sicilianos anónimos se dispone a comenzar el desfile anual del Orgullo Gay. Estamos en septiembre, porque en Palermo las cosas llegan cuando llegan, pero llegan.
En Palermo, tierra de acogida, no están dispuestos a perder la ocasión de reivindicar derechos para todos, incluidos los migrantes que se juegan la vida atravesando un mar que no siempre es grato. Risas, fiesta, mantas térmicas y un arcoiris que ilumina el Teatro Massimo, el de Coppola y el de todos. Bienvenidos.
Al inicio del verano de 2019, cuando las nubes negras del odio atraviesan Europa, capitaneadas (al menos eso piensa él) por Salvini en Italia y sus acólitos en el resto de países de un viejo continente al que le cuesta recordar, Palermo, y su luz, se preparan para un nuevo desfile. Un año más, un año importante este del cincuenta aniversario de Stonewall, cuando la amenaza es más alta y más clara, no sólo para el colectivo sino para todos, porque todos somos el “otro” de aquellos que perdieron la humanidad. Pero Palermo, el “otro”, aguarda tranquilo afilando sus tacones y martillos bajo el lema “Fabulosamente antifascista”, que de estos lobos conoce ya tantos, Palermo, qué le vas a contar… Porque en esta tierra siempre sale el sol, fabulosamente gracias, Palermo.
[Victoria Herranz]