circasiano
El circasiano es uno de los dos idiomas que forman el tronco lingüístico aislado de las lenguas circasianas o norcaucásicas. Tiene una amplia variedad dialectal, y algunas variantes se consideran a menudo lenguas propias. Se habla en varios territorios situados en la falda norte del Cáucaso, así como en la diáspora circasiana que desde el siglo XIX se ha difundido por todos los países del Levante y parte de los Balcanes.
Habitualmente, el circasiano se divide en dos variantes: el kabardino se habla en las repúblicas autónoma de Kabardino-Balkaria y Karachai-Cherkessia en la falda norte del Cáucaso central. En la primera región tiene casi medio millón de hablantes; en la segunda unos 50.000. El adigio se utiliza en la zona autónoma de Adigea, más al oeste, donde tiene algo más de 125.000 hablantes. Aunque la comunicación entre ambas variantes es posible, se clasifican a menudo como dos lenguas distinas.
El kabardino se divide en varios dialectos de los que el besleney es inteligible tanto para los adigios como para los kabardinos; la variante kabardina que sirve como estándar literario se llama terek. Hoy se escribe en cirílico, aunque en el siglo XIX se utilizaba a veces el alfabeto árabe y a inicios del XX el latino.
El rasgo más característico del circasiano es su enorme número de consonantes – entre 50 y 60 en algunas variantes del adigio – de las que muchas son eyectivas, es decir se reproducen con la glotis cerrada, un tipo de fonemas que también se encuentra en otros idiomas del Cáucaso, pero no en el resto del Mediterráneo.
Diáspora
El adigio es el idioma de la ‘diáspora circasiana‘: aparte de la población en la región autónoma de Adigea en Rusia, existen colectivos dispersos por todo el Mediterráneo oriental. Esta dispersión se debe a la emigración masiva de familias caucásicas —de numerosas comunidades étnicas, pero predominantemente circasianas— a partir de 1860, como reacción a la invasión rusa del Cáucaso. El Imperio Otomano les ofreció ciertas facilidades de reasentarse en otras provincias, desde Kosovo hasta Egipto e incluso Libia.
Hoy es difícil conocer el número exacto de estos grupos, dado que no todas las familias de origen étnico circasiano conservan el idioma. Las estimaciones más cautelosas hablan de unos 60.000 en Jordania —sobre todo en la capital Ammán, fundada por circasianos en 1890—, unos 40.000 en Siria, inicialmente en el Golán y, tras la ocupación de éste, en Damasco, más de 10.000 en el norte de Iraq, unos 4.000 en el norte de Israel, y entre 10.000 y 15.000 en Libia, sobre todo en Misrata y, en menor medida, en Bengasi.
Turquía es el país con el mayor número de circasianos fuera del Cáucaso. Los colectivos circasianos viven en decenas de aldeas de Turquía central y occidental (sobre todo en las provincias de Samsun, Kahramanmaras, Kayseri, Düzce y Balikesir). Existen más de 60 asociaciones locales circasianas y la televisión pública ofrece emisiones en circasiano, pero en 2012, importantes colectivos circasianos se manifestaron para pedir la enseñanza de su idioma en los colegios.
Los estudios académicos más recientes calculan que hay entre 2 y 2,5 millones de personas de origen circasiano (algunas fuentes dan cifras de 3, 5 o hasta 7 millones), pero no todos ellos hablan el idioma. Según algunas estimaciones, sólo el 10 % – sobre todo en las generaciones mayores – de los circasianos de Turquía mantiene viva la lengua.