Feminismo ¿islámico?
M'Sur
· 1 minuto
Medio | El País |
Replicantes | – |
Titular | Las mujeres que hacen temblar el patriarcado en el mundo árabe |
Fecha | 29 Abril 2019 |
Texto bajo lupa | Subtítulo EL PAÍS reúne en Sevilla a la periodista egipcia Mona Altahawy y a la ilustradora marroquí Zainab Fasiki, dos generaciones de mujeres unidas en su lucha a favor del feminismo islámico |
Fuente | Propia |
Lo observó | Hasna Yahia |
Análisis | El artículo relata, en forma de entrevista reportajeada, las opiniones de dos importantes feministas del ámbito musulmán: la periodista egipcia Mona Eltahawy y la dibujante marroquí Zainab Fasiki. Nada en el artículo hace referencia al islam, ni a la religión, salvo para encuadrar su activismo -correctamente- en la lucha «contra el patriarcado en el mundo islámico». En el subtítulo, sin embargo, se afirma que las dos mujeres luchan «a favor del feminismo islámico», una frase que ha suscitado polémicas en las redes sociales. Ignoramos si el subtítulo es obra de la periodista que firma el reportaje, Amalia Bulnes; en la prensa es muy frecuente que este tipo de elementos se añaden luego en la redacción, sin consultar con la autora. Y es obvio que El País utiliza el concepto de «feminismo islámico» para hablar de cualquier asunto relacionado con los derechos de las mujeres en el mundo musulmán: bajo la etiqueta se agrupan incluso entrevistas con feministas como Wassyla Tamzali o Amina Tyler, que rechazan explícitamente este concepto. Sin embargo, utilizar la expresión «feminismo islámico» para «feminismo en una sociedad musulmana» es un grave error por parte de El País, porque este concepto fue creado con un significado concreto para definir una corriente ideológica que nació en círculos de conversas españolas en Barcelona a finales del siglo XX: «En la década de los 90 se acuña el término feminismo islámico como una forma de validar el islam como garante para alcanzar derechos legítimos», explica una de sus promotoras, la conversa Laure Quiroga. Es decir: esta corriente busca fundamentar el ordenamiento político y social sobre interpretaciones del Corán y el cuerpo de escritos teológicos. En otras palabras: se trata de un islamismo (fundamentalismo religioso) con especial atención a las condiciones de las mujeres, una ideología que no parte de la igualdad de mujer y hombre, sino de la sacralidad del Corán como norma de obligado cumplimiento, si bien con margen de interpretación. Feministas como Mona Eltahawy o Zainab Fasiki nunca se han pronunciado a favor de utilizar un libro sagrado como base para definir los derechos de las mujeres. Otras, como Wassyla Tamzali, han denunciado con dureza que esta ideología religiosa se camufle como «feminismo». Por todo ello es un error de El País mantener esta etiqueta ideológica para describir a toda feminista en un entorno musulmán: parece dar por hecho que en una sociedad musulmana, una feminista automáticamente debe aceptar la religión como fundamento de su vida. Y eso es falso. |
Agravantes | Pese a la polémica desatada en Twitter durante la primera semana de mayo, la redacción de El País no ha tomado medidas para corregir este error periodístico. |
Medusa Aunque el reportaje firmado por Amalia Bulnes es en su totalidad acorde a a las normas periodísticas, la introducción del término «feminismo islámico» en el subtítulo desvirtúa el mensaje de las dos feministas entrevistadas y debería cambiarse por «feminismo en países islámicos» o «feminismo» a secas. | |
Actualización | Horas después de publicarse esta Lupa, El País corrigió el subtítulo y eliminó el adjetivo «islámico» del subtítulo, decisión que celebramos como esfuerzo de ofrecer una información siempre precisa. |
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